En verano pueden relajarse los horarios de las comidas. /
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¿Sabías que
relacionar lo que comes con la hora a la que lo haces tiene un nombre? Se llama crononutrición, y trata de adaptar la ingesta de alimentos a los momentos del día en los que el cuerpo está más receptivo para digerirlos. De esta materia es de donde viene la afirmación de que
se debe cenar temprano para no engordar y dormir bien.
Pero al igual que la crononutrición habla de adaptar la ingesta de alimentos a la ventana metabólica, también
contempla las diferentes situaciones y momentos vitales de cada individuo. De ahí que en verano, las horas a las que se cena sean un poco más flexibles.
Y es que en verano anochece más tarde y los ritmos de todos nosotros cambian, por lo que es normal que
los hábitos alimentarios deban modificarse en función de esta situación. Así, si la mayoría de las personas se acuestan más tarde y la norma dice que
deberíamos cenar dos horas antes de irnos a dormir, la hora de la cena también se retrasaría ligeramente.
Eso sí, se debería tener en cuenta que
lo ideal es no cenar más tarde de las 21.30 ya que, aunque sea verano, la franja que va entre las 19.00 y las 21.00 es la mejor para que el organismo digiera correctamente los alimentos y los nutrientes cumplan su función.
Aunque en verano se pueda cenar más tarde, nunca deberías cenar más tarde de las 21.30. /
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Y es que cenar temprano no sólo es beneficioso para la digestión, sino que también
optimiza el metabolismo nocturno, fomenta la quema de grasas y la resistencia a la insulina y regula los niveles de glucosa. Lo que es especialmente importante si buscamos perder peso.
Cena: además del qué y el cuándo, también es importante el cómo
Según aseguran los expertos, no sólo es importante los alimentos que ingieres en la cena y la hora a la que lo haces, sino también
el ambiente en el que cenas. Y es que más allá de que la alimentación sea saludable y la cena en particular sea ligera, es muy beneficioso crear un ambiente relajado sin dispositivos electrónicos.
Esta premisa es la que defiende la nutricionista y divulgadora María González Pacheco, que aseguró en una publicación de sus redes sociales que «
Establecer una rutina de cena sin distracciones ayuda a ser más consciente de lo que se come y a disfrutar más de la comida«.
Por otro lado, expertos como Jean-Luc Riehm, licenciado en Actividad Física y del Deporte, asegura que
mantener un ambiente relajado durante la cena ayuda a reducir la fatiga mental, combatir la ansiedad y mejorar la calidad del sueño. Todo ello hará que se active el metabolismo, haciendo que se favorezca la pérdida de peso.
Además de
alejarte de dispositivos electrónicos durante la cena, en verano puedes crear un ambiente relajado cenando al aire libre, en una terraza o un parque o, si estás de vacaciones, disfrutando de planes en plena naturaleza como la montaña o incluso la playa.
