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lunes, noviembre 4, 2024

Las DANA más mortíferas registradas en la historia de España

Virulentas y demoledoras, las DANA llevan documentándose en España desde hace siglos. Estas son algunas de las más terribles.

Las inundaciones de Valencia de 1957

La riada sepultó en el agua la ciudad de Valencia en 1957. Fuente: Wikimedia/Autor desconocido


– Ciudad de Valencia devastada por la riada de 1957

Erica Couto


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El fenómeno DANA o gota fría es un evento meteorológico asociado a la aparición de lluvias torrenciales y repentinas.  Se produce cuando una masa de aire frío en las capas altas de la atmósfera se encuentra con aire cálido y húmedo en la superficie. En el caso español, las DANA se han verificado a lo largo de la historia, sobre todo, en el área levantina, pero el fenómeno no es exclusivo de la cuenca mediterránea. Ciudades como Burgos, Bilbao y Tenerife también han tenido que enfrentarse con casos de gota fría de virulencia extrema. Estas han sido algunas de las DANA más destructivas de la historia de nuestro país.

1517, una de las primeras gotas frías documentadas en España

La riada del 27 de septiembre de 1517 constituye uno de los primeros eventos catastróficos documentados en Valencia por gota fría. Las intensas lluvias provocaron el desbordamiento del río Turia, causando una devastación generalizada en la ciudad y sus alrededores. Entre las infraestructuras afectadas, se registró la destrucción de numerosos puentes, molinos y otras edificaciones cercanas al cauce fluvial. La crecida arrasó gran parte de los cultivos de la región y causó una grave crisis alimenticia en los meses posteriores. Aunque las crónicas no detallan cifras exactas de víctimas, se estima que murieron decenas de personas y numerosos animales, fundamentales para la economía de la época.

Ante la magnitud del desastre, las autoridades locales reaccionaron con medidas de emergencia. Se procedió a proveer asistencia a las familias afectadas y a organizar jornadas de trabajo para reparar infraestructuras esenciales. Esta catástrofe hizo patente la necesidad de diseñar medidas más efectivas que protegiesen la ciudad frente a las inundaciones y sentó un precedente en la gestión del riesgo fluvial en la región. La riada de 1517 motivó algunas de las primeras iniciativas para mejorar las defensas urbanas y reducir la vulnerabilidad de la población ante futuros desastres naturales.

Barro, agua y destrucción en Valencia tras la riada de 1957
Consecuencias de la riada de Valencia de octubre de 1957. Fuente: Wikimedia/Talayuelo

1796, Burgos arrasada

El 10 de junio de 1796, la provincia de Burgos sufrió un evento climático devastador que afectó gravemente las cosechas de cereales. Este fenómeno, debido probablemente a la formación de una gota fría inusual, también tuvo repercusiones en otras regiones de España.

En Cataluña, las fuertes lluvias y granizadas arrasaron la cosecha de uvas. En Galicia y Alicante, tormentas similares ocasionaron pérdidas agrícolas y daños significativos en las infraestructuras.

1879, la riada de Santa Teresa

La riada de Santa Teresa ocurrió el 15 de octubre de 1879. Esta inundación devastadora afectó la provincia de Murcia, en especial a la ciudad de Orihuela. Las intensas lluvias provocaron el desbordamiento del río Segura, que adquirió una fuerza destructiva a su paso por las áreas habitadas. Dejó un saldo trágico de más de mil muertos y grandes pérdidas materiales.

Este evento reveló la vulnerabilidad de la región frente a las inundaciones. Aunque la reconstrucción fue lenta por la magnitud de los daños, sirvió para motivar mejoras en las infraestructuras hidráulicas.

Ciudad arrasada por la inundación en una obra de Doré
La riada de Santa Teresa en una ilustración de Gustav Doré. Fuente: Wikimedia

1891, la riada de Almería

La riada de Almería del 11 de septiembre de 1891 fue un desastre natural catastrófico que afectó, sobre todo, el sureste de España. Ese día, lluvias torrenciales causaron una crecida repentina en la rambla de Almería y otros cauces de la región, que no pudieron contener el volumen de agua. La inundación arrasó viviendas, cultivos y puentes. La fuerza de las aguas fue tal que varias calles y edificios quedaron destruidos o muy dañados, y se reportaron numerosas pérdidas humanas y materiales.

Ciudades como Adra y pueblos como Gádor y Benahadux sufrieron inundaciones severas, con extensas áreas agrícolas devastadas y una gran pérdida de cultivos. La crecida repentina de las ramblas arrasó casas, animales y cultivos. Esto afectó la economía de la región, que dependía principalmente de la agricultura. En total, se estima que hubo más de cien fallecidos en toda la provincia, aunque algunas fuentes elevan las cifras por la dificultad de contabilizar las víctimas en las áreas rurales.

Las autoridades locales no contaban con sistemas de alerta efectivos ni con infraestructuras adecuadas para gestionar un evento de tal magnitud. Este desastre demostró la necesidad de invertir en obras hidráulicas y de protección civil en una región proclive a las DANA. A partir de esta tragedia, se intensificaron las iniciativas para mejorar la gestión de riesgos de inundación en Almería y en otras zonas del sureste peninsular.

Almería destruida tras la riada de 1891
La riada de Almería de 1891 en una ilustración de la época. Fuente: Wikimedia

La riada de 1957 en Valencia: un caso paradigmático

El 14 de octubre de 1957, Valencia vivió una de las inundaciones más devastadoras de su historia. Una intensa gota fría causó el desbordamiento del río Turia. En menos de 24 horas, la ciudad quedó completamente anegada y, en los barrios más cercanos al río, el nivel del agua llegó a alcanzar los cinco metros. Este desastre provocó la muerte de, al menos, 81 personas y causó la destrucción de viviendas e infraestructuras.

Las causas del desbordamiento derivan tanto de la morfología de la cuenca del Turia como de una infraestructura de drenaje insuficiente. Esta riada puso en evidencia la vulnerabilidad de la ciudad ante eventos extremos. Permitió abrir un debate serio sobre la necesidad de proteger las ciudades mediterráneas de los riesgos hidrográficos.

La magnitud de la catástrofe en Valencia desencadenó medidas importantes para prevenir futuras inundaciones de esta naturaleza. Como respuesta, se desarrolló el Plan Sur, un proyecto de ingeniería civil que desvió el cauce del río Turia hacia el sur de la ciudad. Esta intervención no solo buscaba reducir el riesgo de futuras riadas, sino también transformar un problema de vulnerabilidad en una oportunidad para el desarrollo urbano y social. De este modo, Valencia consiguió integrar la seguridad hídrica en el crecimiento de la ciudad.

Trabajos de limpieza en la calle Pintor Sorolla tras la riada de 1957. Fuente: Wikimedia/B25es

Otros casos documentados de gota fría en España

Además de Valencia, otras regiones de España han experimentado episodios devastadores de gota fría. En Murcia, Alicante y Almería, donde las lluvias torrenciales tienden a acumularse rápidamente debido a la orografía y a la proximidad al Mediterráneo, las inundaciones han supuesto una constante amenaza durante siglos. Los episodios de gota fría en estas regiones han demostrado patrones similares de alta intensidad en períodos breves de tiempo, lo que complica la capacidad de respuesta de los sistemas de drenaje.

Históricamente, estos eventos han tenido consecuencias en la planificación urbana y han impulsado la creación de infraestructuras de control de aguas pluviales. El perfeccionamiento de la tecnología de radares y satélites ha permitido prever con mayor precisión cuándo y dónde pueden ocurrir estos eventos extremos.

La gestión de los riesgos de inundaciones, sin embargo, es compleja, especialmente en un contexto de cambio climático que provoca el aumento de la frecuencia y la intensidad de los fenómenos de gota fría. Según diversos estudios, el aumento de la temperatura global contribuye a la acumulación de humedad en la atmósfera, un factor que podría agravar la severidad de estos episodios de lluvias intensas en el Mediterráneo español en el futuro inmediato.

Riada llevándose coches por delante en Bilbao en 1983
La destructiva riada de Bilbao de 1983. Fuente: El Correo

Referencias

  • García Hernández, Matías Miguel. 2001. “La inundación de 1891: La corrección hidráulica de una ciudad”. Nimbus, 7-8: 67-122.
  • Sanz de la Higuera, Francisco J. 2013. “Crisis climática en Brugos a fines del setecientos: el ‘apedreo y continuas lluvias’ de 1794 y 1796”, en Armando Alberola Romá (ed.), Clima, naturaleza y desastre. España e Hispanoamérica durante la Edad Moderna, pp. 117-140. Valencia: PUV.

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