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martes, junio 17, 2025

Problemas del primer mundo, tiene que arreglar un botón de su Bugatti, le piden 11.000 euros y lo hace por menos de lo que vale un café

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El taller oficial de Bugatti quería cobrar 11.000 euros al propietario de un Veyron por una avería que más tarde solucionó por menos de que vale un café.

Tener un Bugatti no está al alcance de cualquiera. Y no solo por una cuestión de precio, sino también de exclusividad, ya que la producción de los productos de la compañía de lujo está muy limitada en volumen. Todo esto genera un sentimiento de pertenencia a un selecto grupo de propietarios en el que no todo el que quiera puede acceder. No al menos sin el dinero suficiente.

Evidentemente, la pequeña fracción de la población mundial que se puede comprar un Bugatti tiene sus propios problemas, cuestiones que el pueblo llano ni tan siquiera podemos identificar como un malestar que nos quite el sueño por las noches. En el caso de los que les gustan los coches deportivos, algunos de estos problemas pueden estar relacionados con su flota de vehículos.

11.000 euros de factura de reparación en el taller de Bugatti

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Es el caso, por ejemplo, de Carl Hartley, el hijo de un reconocido vendedor de coches de lujo con sede en el Reino Unido. Hartley es el propietario de un Bugatti Veyron que conduce desde unos cuatro años. Como cualquier otra máquina, el Veyron también puede sufrir averías que requieran la atención de un mecánico, y en este caso Bugatti siempre recomienda acudir a un taller oficial.

Sin embargo, lo que no te cuentan es que los recambios y la mano de obra de Bugatti está a la atura de los precios que pagan sus clientes por comprar uno de sus coches. Esto provoca que casi cualquier intervención que se lleve a cabo en el vehículo desemboque en una cuantiosa factura donde te reclamen varios miles de euros.

Esto justo es lo que descubrió el protagonista de este artículo hace unos días cuando acudió a Bugatti para tratar de solucionar un problema que había aparecido en su hiperdeportivo de más de 1.000 CV. Al parecer, el botón que controla los espejos retrovisores eléctricos del Veyron dejó de funcionar, por lo que lo más sensato parecía ser acudir al taller de la marca.

Tras presentarse en el establecimiento, los mecánicos realizaron una inspección de la falla, localizaron dónde estaba el problema y presupuestaron el coste de la reparación. La sorpresa de Hartley fue mayúscula al descubrir que le estaban pidiendo 11.000 euros por solventar la avería.

Al parece, en Bugatti detectaron que el problema solo se podía solucionar cambiado el motor del espejo retrovisor y casi toda la puerta donde se encontraba el retrovisor afectado. Hartley, descontento tanto con la solución propuesta como por el coste de la reparación, declinó el presupuesto y decidió llevar el coche a otro taller.

Para un coche del calibre de un Bugatti Veyron, no basta con acudir al taller de tu barrio. Se necesita un mecánico especializado que sepa trabajar con un vehículo tan exclusivo, especialmente si no se quiere causar daños en otras partes o componentes a causa del desconocimiento. 

Una avería que se solucionó por menos de lo que vale un café

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El elegido fue el taller de un conocido mecánico especializado en recambios de Fórmula 1. Al comprobar dónde estaba el problema, el experto en cuestión realizó la reparación en apenas 25 minutos y le pasó la factura al propietario, una factura que ascendía tan solo 1,16 euros, o lo que es lo mismo, un 99,98% más barato de lo que le habían pedido en Bugatti.

Resulta que el mecánico detectó que el problema estaba en el botón que accionaba los espejos eléctricos, por lo que la reparación solo requería sustituir la pieza averiada por una nueva. Resulta que esta pieza es la misma que podemos encontrar en una Volkswagen Transporter y el recambio cuesta menos que un café.

Como bien sabrás, Bugatti es propiedad del Grupo Volkswagen y el Veyron se desarrolló, fabricó y comercializó bajo el paraguas del grupo automotriz alemán. Esto significa que muchas de las piezas del hiperdeportivo son comunes a otros coches de las diferentes marcas que conforman la compañía, como puede ser Audi.

Sea como fuere, este caso ejemplifica a la perfección la demencial diferencia existente entre los costes de reparación de un taller oficial y los que en realidad son necesarios. Estamos hablando de una diferencia de casi 10.999 euros entre lo que presupuestaron en el taller oficial de Bugatti y lo que realmente costó la reparación en un taller con un mecánico especializado.

La cuestión de que el taller de la marca quería reemplazar el motor y casi toda la puerta del coche, cuando el problema estaba en un sencillo interruptor, es una cuestión que demuestra la poca profesionalidad de los mecánicos que revisaron el coche.

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Etiquetas: Hiperdeportivos

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