El arte es capaz de transportarnos a lugares y emociones más allá de lo visible. Entre las obras maestras que más fascinación despiertan, pocas logran mantener la atención del espectador como lo hace «Meisje met de parel» («La joven de la perla» o «Muchacha con turbante»), pintado por Johannes Vermeer en el siglo XVII. Esta icónica obra ha sido objeto de estudio durante décadas, pero recientemente un equipo de neurocientíficos ha dado un paso más allá para entender qué es lo que hace que esta pintura sea tan especial para el cerebro humano.
La ciencia detrás de la atracción
Un reciente estudio comisionado por el museo Mauritshuis en La Haya, donde se expone el «Meisje met de parel», ha revelado que no solo es la técnica o el misterio de la mirada de la joven lo que cautiva al público, sino que existe un fenómeno neurológico que se activa cuando alguien contempla esta obra. La investigación, llevada a cabo por la empresa de neurociencia Neurensics, ha identificado lo que los expertos han llamado un «bucle de atención sostenida».
Este fenómeno fue descrito por Martin de Munnik, uno de los investigadores líderes del estudio, quien explicó que cuando el espectador observa el cuadro, sus ojos son atraídos de forma cíclica entre tres puntos clave de la pintura: el ojo de la joven, su boca y el brillante pendiente de perla que cuelga de su oreja. Este movimiento constante de la mirada obliga al espectador a mantener la atención en el retrato por más tiempo del habitual, lo que genera una respuesta emocional más intensa.
Este bucle atencional genera una conexión involuntaria con la pintura, que hace que no podamos evitar mirarla, ni dejar de sentir atracción por ella. Según el análisis, este fenómeno no solo genera una mayor atracción visual, sino que también activa el precúneo, una parte del cerebro asociada con la conciencia y la identidad personal, lo que intensifica la conexión emocional con la obra.
El impacto de ver arte en su forma original
La investigación también arrojó luz sobre la diferencia entre observar una obra de arte original y una reproducción. El estudio demostró que la reacción emocional al observar el original del «Meisje met de parel» es diez veces más fuerte que al ver una réplica. Esto subraya la importancia de experimentar el arte en su contexto físico, en un museo, y no solo a través de imágenes digitales o reproducciones.
Este descubrimiento resalta el valor único de los museos y la necesidad de interactuar con el arte real. Martine Gosselink, directora del Mauritshuis, destacó que «el cerebro no miente», y que la experiencia de ver un cuadro en vivo no solo enriquece la mente, sino que también activa áreas del cerebro que no se estimulan de la misma forma con copias o versiones digitales. Gosselink añadió: «Es crucial conectar con el arte, ya sea fotografía, danza o los viejos maestros del siglo XVII». Y señaló que, ver arte en persona, realmente ayuda a desarrollar el cerebro.
El misterio detrás de la atracción
Pero, ¿qué es lo que hace que esta obra en particular genere un bucle de atención sostenida? Según los expertos, la respuesta puede encontrarse en la misma técnica de Vermeer. A diferencia de otras pinturas del maestro holandés, donde los personajes suelen estar inmersos en alguna actividad —escribiendo, cosiendo o realizando tareas cotidianas—, la joven del retrato está mirando directamente al espectador, estableciendo una relación de intimidad inmediata.
Además, la obra presenta tres puntos focales que obligan a la mirada a moverse de un lugar a otro. Según los expertos, Vermeer no solo creó una obra técnicamente impecable, sino que diseñó la pintura de tal manera que atrapa a quien la observa en un ciclo constante de atención.
Vermeer diseñó la pintura de tal manera que atrapa a quien la observa en un ciclo constante de atención
Este uso magistral de la técnica no tiene precedentes en otras obras del artista, lo que podría explicar por qué el Meisje met de parel se ha convertido en un icono global.
La psicología del arte: el efecto de la exposición continua
Otra clave del magnetismo de la pintura es lo que los psicólogos denominan el efecto de mera exposición. Este fenómeno, identificado en estudios previos, sugiere que cuanto más tiempo pasamos observando algo, más atractivo nos resulta.
En el caso del «Meisje met de parel», este efecto es amplificado por el bucle de atención sostenida que provoca que los espectadores pasen más tiempo frente a la obra, incrementando su apreciación y conexión emocional.
Este descubrimiento no solo ayuda a explicar la popularidad de la pintura, sino que también plantea preguntas fascinantes sobre cómo percibimos el arte en general.
¿Es posible que otros cuadros de maestros como Leonardo da Vinci también activen mecanismos similares en el cerebro? De Munnik sugiere que estudios futuros podrían centrarse en obras como la Mona Lisa, otra pintura famosa por su enigmática mirada, para ver si también genera un patrón similar de atención sostenida.
Arte y cerebro: un vínculo indisoluble
La relación entre el arte y el cerebro humano ha sido objeto de estudio durante siglos. La neuroestética, una rama emergente de la ciencia, busca entender cómo el arte afecta a nuestras emociones, pensamientos y comportamientos. Este nuevo estudio sobre el «Meisje met de parel» aporta evidencia tangible de que las obras maestras no solo son visualmente atractivas, sino que también tienen un impacto profundo en nuestra mente.
Erik Scherder, un destacado neuropsicólogo de la Universidad Libre de Ámsterdam, comentó durante la presentación del estudio que mirar arte activa el cerebro en múltiples niveles. Provoca excitación, estimula la fantasía y nos hace reflexionar sobre lo que estamos viendo. «Es un enriquecimiento total, donde los circuitos neuronales se activan de manera óptima», señaló.
Además, Scherder hizo un llamado para que se le dé mayor importancia al arte y la cultura en la educación y la crianza, debido a sus efectos beneficiosos en el desarrollo cerebral.
El futuro del estudio del arte y la neurociencia
Sin duda alguna, este estudio abre la puerta a nuevas investigaciones sobre cómo percibimos el arte y cómo este puede influir en nuestro bienestar emocional y cognitivo. La posibilidad de que otros cuadros famosos, como la Mona Lisa, activen procesos neurológicos similares es solo el comienzo de lo que podría ser una nueva forma de estudiar el impacto del arte en la mente humana.
El arte, como ha quedado demostrado, no solo es un placer para los ojos, sino una herramienta poderosa para estimular el cerebro y conectar con nuestra identidad más profunda. Mientras continúan los estudios, una cosa es segura: la magia del «Meisje met de parel» seguirá cautivando tanto a científicos como a espectadores, desvelando nuevos secretos sobre la forma en que interactuamos con el arte.
Referencias:
- Scientists unlock secret of ‘Girl With Pearl Earring’. Phys. Consultado el 8 de octubre de 2024
- Waarom ”Meisje met de parel” steeds mooier wordt. Reformatorisch Dagblad. Consultado el 8 de octubre de 2024
- Andrea E. Cavanna, Michael R. Trimble, The precuneus: a review of its functional anatomy and behavioural correlates, Brain, Volume 129, Issue 3, March 2006, Pages 564–583, doi:10.1093/brain/awl004