Hagamos un viaje al pasado remoto de la Tierra. El Carbonífero. Fue una era de exuberantes bosques y atmósferas densas de oxígeno que permitieron la existencia de gigantes en el reino animal. Uno de los habitantes más imponentes de esos tiempos fue el Arthropleura, un artrópodo que podría confundirse con un milpiés o ciempiés enorme por sus múltiples segmentos y patas. Con una longitud estimada de hasta 2,6 metros, este organismo se ha ganado el título del mayor artrópodo terrestre conocido. Sin embargo, a pesar de su notoriedad, la información sobre su anatomía y estilo de vida había sido muy limitada debido a la fragmentación de los fósiles hallados.
Un estudio reciente, liderado por Mickaël Lhéritier y su equipo, ha aportado nuevos datos sobre el Arthropleura, gracias a avanzadas técnicas de microtomografía computarizada. Han sido aplicadas a especímenes excepcionales encontrados en Montceau-les-Mines, Francia. La investigación, publicada en Science Advances, expone detalles novedosos de la cabeza y piezas bucales de este artrópodo, que ayudan a posicionarlo en el árbol evolutivo y entender mejor sus posibles hábitos. El estudio revela que el Arthropleura comparte características con los milpiés y ciempiés modernos, un aspecto que se ha conseguido gracias a de la combinación de datos anatómicos y genéticos para analizar su posición filogenética. Para este estudio, los fósiles fueron provistos por el Museo de Historia Natural de Francia en Montceau-les-Mines. Sin ellos no se podría haber generado el modelo en 3D de este titán de los tiempos.
Características anatómicas del Arthropleura
El reciente análisis de la cabeza del Arthropleura muestra una estructura detallada y compleja. Mediante el uso de microtomografía computerizad de alta resolución, el equipo pudo observar las antenas, ojos y piezas bucales del fósil, elementos hasta ahora desconocidos en esta especie.
Además, en términos de organización corporal, el Arthropleura posee segmentos corporales en los que algunas de las placas (llamadas tergitos) estaban divididas en secciones laterales y centrales, mientras que las extremidades constaban de ocho partes cada una, coronadas con una garra en el último segmento. Este patrón se asemeja a la estructura segmentada de los milpiés, pero con adaptaciones propias de su tamaño y del entorno carbonífero en el que vivía.
Un gigante del Carbonífero
El Arthropleura vivió en el Carbonífero, hace aproximadamente 300 millones de años, en una época donde el alto nivel de oxígeno en la atmósfera era el soporte perfecto para su tamaño desproporcionado. Se ha calculado que pudo alcanzar hasta 2,6 metros de largo, algo inusual incluso entre artrópodos de la época. Este impresionante tamaño lo posiciona como el artrópodo terrestre más grande conocido hasta la fecha. La estructura de sus múltiples patas y su cuerpo robusto hace pensar que tenía una locomoción lenta, probablemente adaptada a la vida en el suelo de bosques húmedos y pantanosos, llenos de restos vegetales, que habrían sido su fuente principal de alimento.
A pesar de su tamaño, no existen evidencias claras que sugieran un comportamiento agresivo o depredador en el Arthropleura. La ausencia de extremidades adaptadas para cazar o manipular presas, así como su estructura de locomoción, podría ser indicativo que se alimentaba de materia orgánica en descomposición, similar a los milpiés actuales. Esto concuerda con la hipótesis de un ambiente de vida tranquilo y lento, adaptado a moverse entre la vegetación en descomposición y en busca de nutrientes.
La posición evolutiva del Arthropleura
La filogenia de Arthropleura ha sido objeto de debate durante años debido, una vez más, a las limitaciones en el registro fósil. En este estudio, los investigadores utilizaron lo que llaman un enfoque de «filogenia de evidencia total», a la par que combinaron tanto datos morfológicos como genéticos. Se arrojaron resultados reveladores. El análisis ubicó al Arthropleura en una posición de transición entre los grupos de milpiés y ciempiés modernos, en una subdivisión de los miriápodos conocida como Pectinopoda. Este clado incluye tanto a los diplópodos (milpiés) como a los quilópodos (ciempiés), y sugiere que estos grupos comparten un ancestro común más cercano de lo que se pensaba. Curiosamente, aunque el Arthropleura presenta ciertas características anatómicas similares a los milpiés, también posee adaptaciones en la cabeza más cercanas a los ciempiés.
¿Qué diferencia hay entre un ciempiés y un milpiés?
Aunque los ciempiés y milpiés son miriápodos y comparten el rasgo de tener muchos segmentos corporales, presentan importantes diferencias en su anatomía y comportamiento. La principal diferencia entre ambos radica en el número de patas por segmento: los ciempiés tienen un solo par de patas por segmento corporal, mientras que los milpiés cuentan con dos pares en la mayoría de los segmentos. Esta diferencia en la disposición de las patas también se refleja en sus estilos de vida: los ciempiés son más ágiles y están adaptados para moverse rápidamente, mientras que los milpiés tienen un desplazamiento más lento y uniforme.
Además de sus características físicas, los hábitos alimentarios también los distinguen. Los ciempiés son carnívoros, cazadores activos que utilizan un par de garras venenosas para inmovilizar a sus presas, lo que los convierte en depredadores eficaces. Por el contrario, los milpiés son herbívoros o detritívoros y se alimentan principalmente de materia orgánica en descomposición, como hojas y restos de plantas, cumpliendo un rol esencial en la descomposición de nutrientes en el suelo. Esta adaptación alimentaria hace que los milpiés tengan cuerpos más robustos y defensas químicas para protegerse, mientras que los ciempiés dependen de su rapidez y de sus toxinas para sobrevivir.
Adaptaciones y desarrollo ontogenético
El estudio también aporta información sobre el desarrollo y crecimiento del Arthropleura. Este fósil parece exhibir un tipo de desarrollo conocido como hemianamorfosis, en el cual el organismo añade segmentos corporales con cada muda durante su crecimiento juvenil. Los fósiles analizados en Montceau-les-Mines parecen ser juveniles, pues poseen un número de segmentos inferior al máximo observado en otras especies de Arthropleura y sugieren que el animal alcanzaría mayores dimensiones con la edad.
Este tipo de desarrollo podría haber sido una adaptación útil para lograr su impresionante tamaño en la etapa adulta. Además, los patrones de segmentación observados en los fósiles parecen ser similares a los de otras especies de Arthropleura en el registro fósil, lo cual sugiere que estos patrones se mantuvieron estables a lo largo del tiempo, posiblemente como una adaptación efectiva a su entorno.
Preguntas sin resolver
La ecología del Arthropleura continúa siendo un área de estudio con muchas preguntas abiertas. Hasta ahora, los restos fósiles disponibles de su tracto digestivo “no revelan restos de alimentos que puedan ayudar a identificar su dieta”, lo que limita el conocimiento sobre sus hábitos alimenticios. Sin embargo, los autores del estudio sugieren que probablemente era detritívoro, ya que carece de adaptaciones para la caza activas en otros miriápodos depredadores, como las forcipulas en los ciempiés. Dado que en el Carbonífero los bosques producían grandes cantidades de material vegetal, se infiere que Arthropleura pudo haber sido un procesador fundamental de materia orgánica en descomposición, es decir, habría contribuido a la descomposición de nutrientes en los suelos antiguos.
Otro aspecto intrigante sobre Arthropleura es la morfología de sus ojos, los cuales eran pedunculados. Este rasgo es inusual en miriápodos terrestres, cuyos ojos suelen ser simples y fijos. Los investigadores plantean la hipótesis de que estos ojos “podrían apuntar hacia un estilo de vida semiacuático, ya que esta peculiaridad se comparte con los euticarcinoides anfibios”. Sin embargo, no se han encontrado estructuras respiratorias en los fósiles de Arthropleura que sugieran una adaptación acuática o semiacuática. Esta falta de evidencia hace que la relación de Arthropleura con el agua, y si realmente usaba sus ojos pedunculados para observar desde debajo de la superficie, siga siendo un enigma.
Referencias
- Mickaël Lhéritier et al. ,Head anatomy and phylogenomics show the Carboniferous giant Arthropleura belonged to a millipede-centipede group. Sci. Adv. 10,eadp6362(2024).DOI:10.1126/sciadv.adp6362