Motocicletas sin silenciar, fábricas a pleno rendimiento, sonido del incesante vuelo de aviones, el rugido del tráfico, el sonido de fondo de fiestas o espectáculos o simplemente unos auriculares con el volumen demasiado alto. El ruido es una constante en nuestra vida diaria, aunque normalmente estamos acostumbrados a lidiar con ello.
Sin embargo, este incesante bombardeo sonoro no solo es una molestia, según los expertos, sino que puede tener un impacto considerable en nuestra salud física y mental. Afortunadamente, hay una serie de medidas que podemos tomar para, al menos, mitigar esos efectos.
El impacto del ruido en la salud
El ruido excesivo no solo daña la audición. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este puede afectar al corazón, los vasos sanguíneos y el sistema endocrino, además de interferir con el sueño y la capacidad de pensar y aprender.
En 2018, la OMS estimó que en la Unión Europea se perdieron 1,6 millones de años de vida saludable debido al ruido del tráfico. Según los científicos, a través del estrés diurno y las alteraciones nocturnas del sueño, los sonidos fuertes pueden dañar el corazón y los vasos sanguíneos, alterar el sistema endocrino y dificultar el pensamiento y el aprendizaje.
En concreto, algunos estudios han demostrado que el ruido puede elevar la presión arterial y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Y eso no es todo. Se ha comprobado que esos sonidos tan molestos puede afectar negativamente al rendimiento escolar o profesional. Los investigadores descubrieron que niños que viven cerca de aeropuertos tienen peor comprensión lectora y niveles elevados de hormonas del estrés.
La OMS recomendó que, para evitar estos efectos sobre la salud, la exposición al ruido del tráfico rodado debería limitarse por debajo de una media ponderada de 24 horas de 53 dB (el sonido de una hoguera a unos 16 pies de distancia) durante el día, la tarde y la noche, y de 45 dB específicamente por la noche (el sonido del tráfico ligero a unos 100 pies de distancia).
Los expertos recuerdan que es aconsejable evitarlo en la medida de lo posible. Si cabe la posibilidad, mudarse a zonas más tranquilas o usar dispositivos de protección auditiva son métodos recomendados para reducir la exposición al ruido. Asimismo, sugieren implementar cambios en las distintas ciudades para adaptarse a las preferencias acústicas.
Pero, ¿qué podemos hacer con el fin de huir del ruido de nuestra vida cotidiana? En base a las recomendaciones de los especialistas, estos son solo algunos de los consejos a seguir para al menos, intentar reducirlo y que este no se convierta en una pesadilla.
Cómo reducir el ruido en el hogar
Uno de los primeros consejos para aplacar el ruido según los expertos, pasaría por instalar ventanas de doble acristalamiento y puertas sólidas con el fin de reducir significativamente los sonidos del exterior. También utilizar alfombras gruesas y cortinas pesadas puede amortiguar el sonido dentro de casa.
Además, se aconseja optar por electrodomésticos con niveles de ruido más bajos ya que pueden marcar una gran diferencia. Los fabricantes suelen indicar los decibelios (dB) que emiten sus productos.
Asimismo, sugieren crear jardines o patios con plantas puesto que estos pueden actuar como una barrera natural contra el ruido. Las plantas y árboles no solo absorben el sonido, sino que también ofrecen un ambiente más tranquilo y relajante.
Otras medidas recomendadas por los especialistas hablan de que limitar el uso de electrodomésticos ruidosos a horarios específicos del día, cuando el ruido no interrumpa el descanso o la concentración, puede ser beneficioso.
En el lugar de trabajo
Mientras tanto, recuerdan que las oficinas abiertas pueden ser particularmente ruidosas. Por ello, sería conveniente crear espacios de trabajo con cabinas insonorizadas o áreas de silencio puede mejorar la concentración y reducir el estrés relacionado con el ruido.
Investigadores como Rick Neitzel de la Universidad de Michigan (EE.UU), recomiendan el uso de auriculares con cancelación de ruido para bloquear sonidos externos y permitir un entorno de trabajo más tranquilo.
Al mismo tiempo, consideran importante establecer políticas en el lugar de trabajo que regulen los niveles de ruido, como limitar las conversaciones en áreas específicas, que puedan ayudar a mantener un ambiente laboral más tranquilo.
Estrategias personales
A nivel personal, los expertos invitan a planificar momentos del día para estar en silencio absoluto. Actividades como la meditación o la lectura en un entorno tranquilo son altamente recomendadas y pueden ayudar a reducir considerablemente el estrés.
Asimismo, si los niveles empiezan a ser insoportables, se emplaza a usar tapones para los oídos o protectores auditivos en ambientes ruidosos, como discotecas o cuando se utilizan herramientas eléctricas, lo cual podría prevenir daños auditivos.
Por último, si es posible, los investigadores recomiendan elegir zonas alejadas del ruido urbano. Según un estudio del científico Mathias Basner, de la Universidad de Pennsylvania (EE.UU), las personas que viven en áreas tranquilas reportan menos problemas de salud relacionados con ello.
Tecnologías y herramientas
En cuanto a las tecnologías y herramientas disponibles, estos especialistas recuerdan que existen aplicaciones para teléfonos inteligentes que miden los niveles de ruido en tiempo real y alertan cuando estos superan los límites seguros. La aplicación NIOSH Sound Level Meter es un ejemplo que ayuda a los usuarios a monitorear su exposición al ruido.
Por otra parte, también se pueden utilizar mapas de ruido disponibles online. En Estados Unidos, por ejemplo, se ponen al servicio de los usuarios los proporcionados por el Departamento de Transporte de EE. UU. o el Servicio de Parques Nacionales. Estos ayudan a identificar áreas más tranquilas en las ciudades y planificar mejor las actividades diarias.
Referencias:
- Neitzel, R. ‘Comparison of Task-Based Estimates With Full-Shift Measurements of Noise Exposure’. AIHA Journal (2003)
- Basner, M. Brink, M, et al. ‘ICBEN review of research on the biological effects of noise 2011-2014’. Noise and Health (2015)
- World Health Organization (2024)