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jueves, octubre 17, 2024

Los momentos royal en las Olimpiadas: Charlène de Mónaco quinta, Cristina a dos velas y la reina Sofía en el banquillo

Doña Letizia y don Felipe durante los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004.

Doña Letizia y don Felipe durante los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004. /
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Cada cuatro años, los Juegos Olímpicos nos regalan multitud de historias de superación de atletas procedentes de todos los países del mundo y de todos los estratos sociales. Pero no todos estos deportistas tienen raíces modestas. Algunos de ellos pueden presumir de ser miembros del exclusivo club que forman las familias reales. Desde la española a la británica, pasando por otras más exóticas como la de Jordania, algunos
royals han llevado su afición por el deporte al máximo nivel. Y alguno hasta consiguió medallas por el camino.

No es ningún secreto a que príncipes, princesas, reyes y reinas les gusta el deporte. Mientras al rey Felipe le gusta jugar al pádel o al squash, la reina Letizia y
su hija Sofía son fans de la escalada. Entre los Windsor, es famosa la pasión de Carlos III y de
su hijo Harry por el polo, mientras que Kate Middleton, ahora convaleciente y
preparando sus vacaciones, es una hábil jugadora de hockey sobre hierba.

Aunque la relación entre la realeza y los Juegos Olímpicos va más allá en ocasiones de la propia competición. Por ejemplo, los reyes
Federico y Mary de Dinamarca se conocieron en los JJOO de 2000 en Sídney. Ambos coincidieron por primera vez en un pub llamado Slip Inn, cuando ella trabajaba en publicidad y no tenía ni idea de que el hombre con el que hablaba era en realidad el heredero del trono danés. Otro ‘amor olímpico’ fue el de los actuales reyes de Suecia. Silvia, que creció entre Alemania y Brasil, conoció a Carlos Gustavo, entonces príncipe heredero, en los Juegos Olímpicos de 1972 en Múnich. El royal representaba a la delegación sueca y
su futura esposa, entonces Silvia Sommerlath, hacía de anfitriona e intérprete para algunos invitados importante.

Pero volviendo al deporte puro y duro, y ahora que ya ha comenzado la cuenta atrás para la celebración de
los Juegos Olímpicos de Paris 2024, echemos la vista atrás para recordar a los royals que mejor han encarnado el espíritu de la competición que recuperase en 1896 el barón Pierre de Coubertin, a imagen de los juegos celebrados en la antigua Grecia.

España: del banquillo de la reina Sofía a la vela de Cristina

Nos tenemos que remontar a 1960 para el inicio de la historia de amor entre
los JJOO y nuestra Familia Real. Ese año, la ahora reina emérita Sofía fue reserva del equipo olímpico griego de vela. Su hermano,
el fallecido rey Constantino, también fue regatista en esa edición, celebrada en Roma, y ganó nada menos que la medalla de oro en la prueba de vela de la clase Dragón. Diez años más tarde, en Múnich 1972, Juan Carlos I también compitió en la prueba de vela de en esa misma categoría, pero tan solo pudo acabar en la decimoquinta posición.

La infanta Cristina y su hijo Juan Valentín durante los Juegos Olímpicos de Sídney.

La infanta Cristina y su hijo Juan Valentín durante los Juegos Olímpicos de Sídney. /

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Siguiendo los pasos de su padre, el rey Felipe VI fue miembro del equipo olímpico español de vela en los Juegos de Barcelona 1992. Ese año también fue abanderado del equipo olímpico español. Aunque
mejoró el resultado del emérito, él y su tripulación se debieron conformar con la letra plaza.

Cuatro años antes,
la Infanta Cristina compitió también en vela en los
Juegos Olímpicos de Seúl 1988, sin poder tampoco llevarse una medalla. Su ya
ex marido, Iñaki Urdangarin, formó parte del equipo olímpico de balonmano de España en los Juegos Olímpicos de 1992, 1996 y 2000. Nuestro combinado ganó la medalla de bronce en 1996 y 2000.

Inglaterra: medallas al galope

La princesa Ana fue la primera miembro de la realeza británica que compitió en unos Juegos Olímpicos. Fue en Montreal 1976, montando a lomos de Goodwill, el caballo de su madre, en la prueba ecuestre de tres días. Ana es ahora
Presidenta de la Asociación Olímpica Británica y miembro del Comité Olímpico Internacional.
Su ex marido, Peter Phillips, ganó la medalla de oro con el equipo ecuestre británico en 1972.

La hija de Ana y Peter,
Zara Tindall, es también una consumada amazona y estuvo en la línea de salida para participar en los Juegos Olímpicos de 2004 y 2008, pero las lesiones de su caballo Toytown le impidieron competir en ninguna de las dos pruebas. Finalmente pudo tomar parte en los JJOO de Londres 2012 como parte del equipo ecuestre olímpico británico. La nieta de Isabel II logró ganar una medalla de plata.

Charlène de Mónaco durante los Juegos Olímpicos de Londres de 2012.

Charlène de Mónaco durante los Juegos Olímpicos de Londres de 2012. /

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Mónaco: de la piscina a la velocidad sobre hielo

En 2000, Charlène Wittstock, futura princesa de Mónaco, nadó para Sudáfrica en los Juegos Olímpicos de Sídney. Formó parte del equipo femenino de 4×100 metros combinado, que terminó quinto. Ese año, la futura royal
también conoció a su futuro marido, el príncipe Alberto, en la competición de natación Mare Nostrum celebrada en el pequeño principado del Mediterráneo.

Miembro del COI desde 1985, el propio Alberto puede presumir también de una notable partición en los JJOO, pero en su caso de invierno. El jefe de la familia Grimaldi participó en todas las ediciones celebradas entre 1988 a 2002 como
parte del equipo de bobsleigh. John Kelly y John Junior Kelly, abuelo y tío del príncipe Alberto respectivamente, también participaron en cuatro Juegos Olímpicos.

Jordania: una princesa amazona y abanderada

Los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 también estuvieron marcados por la presencia de
la princesa Haya de Jordania entre los atletas de todo el mundo. Educada en Oxford, la hija del rey Hussein es una consumada amazona que además fue la abanderada de la exigua representación de su país, formada por ocho personas. Ninguna de ellas logró una medalla. «Los Juegos me han ayudado a darme a conocer en todo el mundo», afirmó no obstante una satisfecha royal, que más tarde se dedicó a preparar a algunos de los caballos de carreras más exitosos del mundo.

Noruega: los éxitos de padre e hijo

Harald V,
el actual rey de Noruega, tiene una larga y distinguida carrera olímpica, habiendo competido en pruebas de vela en los Juegos de 1964, 1968 y 1972. También fue
abanderado del equipo escandinavo en los Juegos Olímpicos de 1964. El monarca hacia bueno el dicho de ‘de tal palo tal astilla’ ya que su padre, Olav V, había conseguido la medalla de oro en vela en los JJOO de Ámsterdam en 1928.

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