Es el peor desastre de salud en la historia de Reino Unido desde que se creara en 1948. Han pasado casi seis años después de que se comenzara a investigar el caso de cómo decenas de miles de personas contrajeron VIH o hepatitis por transfusiones de sangre y otros productos sanguíneos contaminados en las décadas de 1970 y 1980. Entre ellos se incluyen personas que necesitaron transfusiones de sangre por accidentes, en cirugía o incluso durante el parto, y pacientes con ciertos trastornos sanguíneos que fueron tratados con plasma sanguíneo donado o transfusiones de sangre. Muestras que resultaba que estaban contaminadas con hepatitis o VIH.
La escasez de sangre en Reino Unido llevó a los ministros a obtener lotes baratos de Estados Unidos, donde los suministros dependían de donantes pagados de alto riesgo, muchos de ellos prisioneros, trabajadores sexuales, y entre ellos, también se encontraban drogadictos. A todos ellos se les pagó para que donaran su sangre. Para el gobierno británico fue una solución al ver que la demanda pronto superó las fuentes nacionales de suministro.
¿Qué dice el informe?
Según el informe, 30.000 personas fueron infectadas «a sabiendas» por el VIH o la hepatitis C porque «las autoridades no dieron prioridad a la seguridad del paciente», según el informe de la investigación. El primer ministro de Reino Unido y líder del Partido Conservador, Rishi Sunak, dijo que era «un día de vergüenza para el Estado británico». «El resultado de esta investigación debería sacudir a nuestra nación hasta lo más profundo», añadiendo que los ministros y las instituciones habían fracasado de la manera más «desgarradora y devastadora».
Después de recibir los tratamientos infectados, alrededor de 1.250 personas en el Reino Unido con trastornos hemorrágicos desarrollaron VIH y hepatitis C, incluidos 380 niños. Alrededor de dos tercios murieron más tarde a causa de enfermedades relacionadas con el sida. Algunos, sin querer, transmitieron el VIH a sus parejas.
Las últimas pruebas presentadas a la investigación judicial sugieren que casi 2.000 de las víctimas viven con hepatitis C no detectada como resultado del escándalo. El informe es muy claro al respecto: el sistema sanitario y el gobierno británico ‘encubrieron’ el escándalo de las transfusiones de sangre contaminada durante décadas después de que las victimas fueran expuestas a riesgos ‘inaceptables’ a sabiendas de lo que estaba pasando.
A día de hoy se estima que cada cuatro días muere una persona a causa de sangre infectada. Muchas víctimas de este escándalo tenían trastornos hemorrágicos, especialmente personas con hemofilia, lo que significaba que necesitaban transfusiones periódicas. Se cree que muchas personas más, en su mayoría mujeres, viven sin saberlo con las consecuencias del escándalo hasta el día de hoy.
‘Un día de vergüenza’
Los supervivientes y las familias de las víctimas llevan luchando desde entonces por una compensación y una disculpa del gobierno por la forma en que fueron tratados. Y es que los esfuerzos para rastrear a los pacientes no comenzaron realmente hasta 1995. E incluso, en algunos casos, productos sanguíneos elaborados a partir de donaciones de grupos de alto riesgo se utilizaron en niños, infectándolos con VIH o hepatitis C, mucho después de que se conocieran los riesgos. Esto es, algunos de los concentrados portaban el virus VIH, según la investigación, pero las autoridades no cambiaron a alternativas más seguras, e incluso en 1983, un año después de que los riesgos fueran evidentes, decidieron no suspender la importación de la sangre contaminada.
La investigación sobre sangre infectada, presidida por Sir Brian Langstaff, es la mayor investigación pública jamás realizada en el Reino Unido. Langstaff, destaca que, a medida que se desarrolló el escándalo, se ignoraron los repetidos llamamientos a la justicia hasta que, en 2017 se anunció una investigación pública independiente. Si no hubiera sido por todas esas personas que protestaban incansables tras ver morir a sus seres queridos, la magnitud de este escándalo podría haber permanecido oculta en el olvido.
«El informe de hoy muestra un fracaso moral de décadas en el corazón de nuestra vida nacional. Quiero ofrecer una disculpa sincera e inequívoca», comentó Sunak en la Cámara de los Comunes.
Durante décadas hubo una negativa a proporcionar compensación. Hoy, tras haberse hecho público el informe (en el que ha habido más de 370 testimonios orales, más de 5.000 declaraciones y más de 100.000 documentos revisados), el gobierno ha aceptado el caso de compensación, y la mayoría de las estimaciones sitúan la factura final en la región de 10.000 millones de libras (unos 15.000 millones de euros). Los activistas han aclamado la publicación del informe como «el fin de una lucha de 40 años».
Referencias:
- Infected Blood Inquiry : The Inquiry Report https://www.infectedbloodinquiry.org.uk/reports/inquiry-report
- BBC
- NHS