Hace 34 años, ladrones disfrazados de policías sacaron del Museo Gardner dos obras de Rembrandt, un Vermeer y dibujos de Degas, entre otras piezas
▲ A la izquierda, El concierto, del pintor neerlandés Johannes Veermer, que también fue sustraído del museo de Boston. Sobre estas líneas, imagen de La tormenta en el mar de Galilea, de Rembrandt, cuadro que fue robado hace 34 años. Luego, el marco ya sin la pintura.Foto tomadas de Wikimedia y Google Arts and Culture
Reyes Martínez Torrijos
Periódico La Jornada
Lunes 22 de abril de 2024, p. 3
El éxito de una exposición inmersiva en la galería Frameless, en Londres, estelarizada por La tormenta en el mar de Galilea, de Rembrandt, recordó la desaparición de esta obra maestra hace poco más de 34 años en el considerado mayor robo de arte en la historia de Estados Unidos.
El 18 de marzo de 1990, dos ladrones disfrazados de policías sustrajeron del Museo Gardner, en Boston, Massachusetts, 13 piezas que incluyen un autorretrato y dos pinturas de Rembrandt; El concierto, de Vermeer; Caballero en el café Tortoni, de Manet, y cinco dibujos de Degas.
El robo permanece irresoluto y ninguna de las obras ha sido recuperada. El caso sigue causando intriga por sus peculiaridades. En 2017, el museo elevó su recompensa a 10 millones de dólares.
Al amanecer del 18 de marzo de 1990, luego del Día de San Patricio, en Boston, los ladrones engañaron a los custodios del museo y se llevaron tesoros artísticos valuados en unos 500 millones de dólares. Desde entonces, la labor de la policía local, agentes federales, detectives aficionados y periodistas ha sido inútil para resolver el crimen.
Luego de tres décadas, el recinto mantiene los marcos vacíos en las paredes de las galerías donde antes colgaban los cuadros. Sus responsables han sostenido que tomaron esta decisión como un recordatorio de la pérdida y por la esperanza de que las obras vuelvan algún día.
En febrero pasado, Richard Abath, el vigilante nocturno que permitió por error el ingreso a los ladrones, murió con 57 años. Fue vital en una investigación aún activa, pero cuyas pistas se han enfriado.
El rotativo estadunidense The New York Times detalló en marzo pasado que los ladrones se llevaron cuadros importantes sin sus marcos, pero también objetos cuyo valor estaba muy por debajo: “un anodino jarrón de metal chino, un águila de bronce bastante corriente que estaba en lo alto de un mástil y cinco pequeños bocetos de Degas.
Los ladrones pasaron frente a cuadros y estatuillas de jade valorados en millones, incluso un dibujo de Miguel Ángel, pero invirtieron parte de los 81 minutos que estuvieron dentro intentando liberar el jarrón de un complicado mecanismo de cierre.
Aunque los criminales descolgaron un autorretrato de Rembrandt a los 23 años, lo dejaron. La verdad es que creo que tal vez lo olvidaron
, señaló Anthony Amore, actual jefe de seguridad del museo.
El guardia Abath fue esposado y amordazado con cinta aislante durante el robo, y aunque no se le nombró como sospechoso, durante años los investigadores observaron su comportamiento porque, en contra del protocolo, había abierto la puerta del museo a los ladrones. La FBI vigiló sus bienes, pero nunca registró ingresos sospechosos.
El periódico difundió que los investigadores han analizado todo tipo de ladrones y han descartado muchas teorías. “¿Robó Whitey Bulger el arte para ayudar al Ejército Republicano Irlandés a conseguir dinero para armas? No. ¿Quería la mafia una moneda de cambio para ayudar a liberar de la cárcel a algún integrante? Tal vez.
En 2015, la FBI nombró a dos criminales del área de Boston, George Reissfelder y Lenny DiMuzio, muertos hace tiempo, como los probables bandidos. Nunca ha comentado públicamente por qué.