En las brumosas costas de Galicia, en la pequeña villa de Betanzos, nació Juan de Betanzos alrededor de 1516. Este joven español, miembro del noble linaje de los Andrade, se embarcó hacia el Nuevo Mundo y llegó a Perú en los albores de la conquista. En una época donde muchos buscaban oro y gloria, Betanzos encontró su vocación en el estudio del quechua, la lengua de los Incas, y se convirtió en un puente crucial entre dos mundos radicalmente diferentes. Fue uno de los pocos cronistas de su tiempo que dominó el idioma indígena y entabló profundas relaciones con la nobleza inca, incluyendo su matrimonio con Angelina Yupanqui, viuda de Atahualpa y Francisco Pizarro. Esta unión le permitió acceder a una visión única de la historia y cultura inca, cimentando su legado como uno de los cronistas más importantes y, sin embargo, menos conocidos de la conquista del Perú.
El joven amigo de Pizarro
Juan de Betanzos partió hacia el Perú en los primeros años de la década de 1530, un joven lleno de ambiciones que pronto se vería envuelto en los turbulentos eventos de la conquista. Llegó a un mundo convulso, donde rápidamente se involucró en la defensa de la recién fundada Ciudad de los Reyes, Lima, sitiada por el líder inca Manco Inca en 1536. Durante este asedio, Betanzos demostró valor y forjó una amistad duradera con Francisco Pizarro y sus hermanos, vínculos que definirían su carrera y su vida en el Nuevo Mundo.
Su matrimonio con Angelina Yupanqui, hija de la nobleza inca y viuda de Atahualpa, así como de Francisco Pizarro, marcó un punto de inflexión tanto personal como político. Esta unión no solo elevó su estatus social entre los colonizadores y la población indígena, sino que también lo posicionó en un lugar privilegiado para entender y documentar la compleja dinámica de poder en el Perú colonial.
Cronista en el Nuevo Mundo
A medida que Juan de Betanzos se asentaba en su nueva vida en el Perú, su dominio del quechua se convirtió en una herramienta valiosísima, sobre todo durante los tumultuosos periodos de cambio y conflicto impulsados por las Leyes Nuevas en 1542. Estas reformas, promulgadas por el emperador Carlos V, pretendían mejorar las condiciones de los indígenas, y Betanzos, como intérprete, jugó un papel crucial facilitando la comunicación entre los gobernadores españoles y la nobleza inca. Su habilidad para traducir no solo palabras sino también sensibilidades culturales, le valió un respeto considerable de ambos lados del espectro político.
Esta capacidad para navegar entre dos mundos lo llevó a ser designado como el escribano en la «Relación de los Quipucamayos», un documento encargado por el gobernador Cristóbal Vaca de Castro. Este texto buscaba registrar y traducir los quipus —sistemas de nudos usados por los incas para llevar registros contables y narrativos— al español. Betanzos no solo transcribió los quipus, sino que también elaboró uno de los primeros vocabularios quechua-español, facilitando un entendimiento más profundo de la compleja administración y cosmovisión inca. Esta obra se convirtió en un recurso fundamental para la administración colonial y un testimonio de la rica herencia cultural inca, consolidando aún más la posición de Betanzos como un puente esencial entre dos civilizaciones en un momento crítico de la historia.
La culminación de la carrera de Juan de Betanzos como cronista se manifiesta en su obra más importante, «Suma y narración de los Incas». A lo largo de la década de 1550, Betanzos se dedicó a compilar un extenso relato sobre la historia y cultura del Imperio inca, utilizando su acceso sin precedentes a la nobleza incaica, incluida su esposa, Angelina Yupanqui. A través de entrevistas detalladas con los ancianos y nobles incas que aún recordaban el esplendor de su civilización antes de la conquista española, Betanzos pudo documentar de primera mano los rituales, la política, la historia y las leyendas de los incas.
Esta obra sirvió como una crónica histórica; fue una de las primeras veces que la historia inca fue escrita detalladamente desde una perspectiva tanto indígena como europea, lo que permitió a Betanzos capturar la esencia de una civilización en transición. Sin embargo, después de su muerte en 1576, «Suma y narración de los Incas» quedó en gran medida olvidada y no fue publicada durante su tiempo.
No fue hasta el siglo XIX, cuando el investigador Marcos Jiménez de la Espada redescubrió y publicó partes de esta obra en los archivos de El Escorial y el valor de Betanzos como cronista fue plenamente reconocido. Este redescubrimiento subrayó la importancia de su trabajo en la preservación de la memoria histórica de los incas, ofreciendo una ventana invaluable a una época y una cultura que de otra manera habrían permanecido más oscurecidas por los relatos de los conquistadores. La «Suma y narración de los Incas» ahora es considerada una de las fuentes más completas y confiables sobre la historia del imperio inca, un legado que asegura que la voz de los incas continúe resonando en la historia.
El final de su vida
En sus últimos años, Juan de Betanzos se estableció en el Cuzco, transformándose de aventurero a hacendado, y testigo de la evolución colonial del imperio que había documentado. Murió en 1576, dejando tras de sí no solo descendencia sino una obra crucial para el entendimiento del mundo inca. Aunque en vida no fue ampliamente reconocido, el legado de Betanzos resurgió con el redescubrimiento de su «Suma y narración de los Incas» siglos después. Hoy, su trabajo es invaluable tanto en Perú como en España, ofreciendo perspectivas únicas de la historia y cultura incaicas y asegurando que su visión intercultural perdure en el tiempo.
Juan de Betanzos es una figura esencial en la historiografía de la conquista del Perú, siendo uno de los pocos que pudo tender un puente entre la cultura inca y la española gracias a su dominio del quechua y su cercanía con la nobleza inca. Su «Suma y narración de los Incas» no solo preserva una civilización desaparecida, sino que también enriquece nuestra comprensión de cómo se entrelazaron estas culturas. Reflexionar sobre la vida y obra de Betanzos nos invita a valorar la importancia de aquellos que, como él, nos ofrecen una ventana única a mundos que de otra manera habrían desaparecido en las sombras del pasado.
Referencias:
- Martín Rubio, M. C. 1999. Juan de Betanzos: el gran cronista del Imperio Inca. Anales del Museo de América 7, 111-124.
- Martín Rubio, M. C. 1999. El cronista Juan de Betanzos y el Perú del siglo XVI. Semata: Ciencias sociais e humanidades 11, 135-152.