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lunes, noviembre 25, 2024

La autoestima puede ser dañina: cómo podemos darle la vuelta al concepto para ser más felices

Entender la autoestima como una autoevaluación constante puede provocar una autocrítica excesiva.

Entender la autoestima como una autoevaluación constante puede provocar una autocrítica excesiva. /
Imagen de StockSnap en Pixabay.

El término
autoestima concebido como la valoración que hacemos de nosotros mismos, es un concepto psicológico que ha bajado al mundo terrenal para copar muchas de las conversaciones cotidianas de los individuos. Si alguien no confía en sus capacidades decimos que tiene la
autoestima baja y si nos encontramos con uns persona soberbia, podemos llegar a decir que tiene la
autoestima demasiado alta.

Son muchos los artículos que podemos encontrar sobre cómo
mejorar tu autoestima, como medio para conseguir la
felicidad pero, ¿y si te dijéramos que esta especie de comercialización de la
autoestima nos está haciendo más mal que bien? Esta es la hipótesis del
psicólogo Buenaventura del Charco Olea, autor de los libros Hasta los cojones del pensamiento positivo y Te estás jodiendo la vida. Olvídate de tu mejor versión y sé tú mismo.

La autoestima entendida como autoevaluación

Según afirma
Buenaventura, «la mayoría del trabajo terapéutico en torno a
la idea de autoestima se fundamenta desde una perspectiva del
autoconcepto del individuo de sí mismo en términos de aquellas características propias que juzga como valiosas y positivas, es decir una percepción evaluativa de uno mismo».

En función de que dicha evaluación sea positiva o negativa, se puede hablar de una
autoestima alta o baja, de ahí que muchos psicólogos trabajen esta área en torno a que el paciente identifique de manera más o menos endógena las áreas en las que dicha evaluación sale bien parada.

Este concepto de
autoestima, basada en los logros y en el resultado de la evaluación del propio autoconcepto, ha sido la que más ha calado entre los psicólogos. Incluso, algunos autores hablan de una
dimensión evaluativa basada en las percepciones de otros y en una dimensión evaluativa basada en las percepciones del propio sujeto.

Consecuencias negativas de la autoestima entendida como autoevaluación

Según afirma este experto, diversos estudios demuestran que esa búsqueda de
autoestima entendida como autoevaluación en términos de logro, conlleva a una profunda
inseguridad, debido a la presión continua de la autoevalaución y el poder que le damos a los resultados de la misma.

La autoestima debe entenderse como una verdadera relación de amor por uno mismo.

La autoestima debe entenderse como una verdadera relación de amor por uno mismo. /

Imagen de Sergey Gorbachev en Pixabay.

Esto somete al individuo «a un verdadero
maltrato a sí mismo que acaba provocando patologías asociadas a la ansiedad y a los
síntomas depresivos, e incluso son factores claves en problemáticas tan graves como el Trastorno de Conducta Alimentaria o las adicciones», advierte.

Estas investigaciones de las que habla
Buenaventura del Charco Olea relacionan este concepto de autoestima con diversas problemáticas como una
autocrítica excesiva, un aumento de la ira, del narcisismo e incluso de los prejuicios. Lo que entendemos que es positivo, como tener una alta autoestima, puede jugarte una mala pasada si la relacionamos como una evaluación de nuestros puntos fuertes y débiles con el objetivo de mejorarlos, un examen constante al que nos sometemos.

Cómo cambiar el concepto de autoestima

El experto nos habla del origen etimológico del término
autoestima, que hace referencia al amor por uno mismo. Según explica, las relaciones de amor no se fundamentan en las características y competencias de las personas, no queremos al otro
dependiendo de sus características positivas. Pero si esto lo cumplimos en nuestras relaciones con los demás, ¿por qué supeditamos el amor hacia uno mismo a esas características?

Para Buenaventura, la autoestima real debe fundamentarse en la misma idea, entendiéndola como
una relación de amor con uno mismo, en la que el individuo se responsabiliza de sus propias necesidades y limitaciones, conmoviéndose por su propio dolor y
aceptando sin juzgarse, incondicionalmente, a sí mismo en términos globales, y no en una serie de variables o competencias.

«Amar a otro es sobre todo una voluntad, una decisión, no una cuestión de un
balance argumentativo entre cosas favorables y desfavorables del ser amado», argumenta el experto en psicología. «La autoestima, tiene que ser por tanto una relación real de amor con uno mismo, una decisión de honestidad con el propio ser ante un contacto con nosotros mismos
más allá de valoraciones basadas en logros y factores meritocráticos», continúa.

Son muchos los autores que critican esta conceptualización de
la autoestima. Por poner algún ejemplo, Buenaventura nos habla de
Albert Ellis, que prefiere el término
autoaceptación, que quiere decir que la persona se acepta a sí misma plenamente y sin condiciones, tanto si se comporta como si no se comporta de manera inteligente. O
Kristin Neff, que habla de la
autocompasión, planteando que es absurdo poner el foco en nuestras fortalezas y virtudes, ya que sólo fomenta lo pernicioso de una cultura meritocrática basada en proyectar una imagen falsa de nosotros mismos en la que solo evidenciamos nuestros aspectos positivos.

Por concluir,
Buenaventura del Charlo Olea asegura que la verdadera autoestima, es
una relación saludable con uno mismo, más allá de una lista de argumentos a favor o en contra del hecho de amarnos. «El verdadero amor es aquel que proviene del hecho de estar dispuestos a
mirarnos honestamente, sin tener que tapar la parte disfuncional de nosotros mismo, sino también abrazar a dicha parte y conmovernos con ella».

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