El rey Juan Carlos, bajando de un avión. /
GTRES
Don Juan Carlos sigue en su retiro de oro de Abu Dabi. Y aunque últimamente hay rumores de que el emérito estaría pensando en cambiar de lugar de residencia, lo cierto es que
sigue volviendo a España siempre que quiere. Y lo hace a bordo de los lujosos jets privados de la compañía VistaJet.
Este dato no tendría la menor relevancia su no fuera porque el propietario de dicha compañía está muy relacionado, curiosamente, con la familia real griega. O sea, con la familia de
doña Sofía. Y es que
el dueño de VivaJet, Thomas Flohr, es el padre de Nina Flohr, la esposa del príncipe de Philippos de Grecia.
Amante de la velocidad y la Fórmula 1, el rico empresario suizo es padre de Nina Flohr, la esposa del príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca que es, a su vez, el quinto hijo del
fallecido rey Constantino y su esposa Margarita. Flohr está divorciado de
Katharina Konecny, madre de Nina y que fue directora creativa de Faberge y editora de moda y joyas en Vogue Rusia y Vogue Grecia, además de Talter (Reino Unido).
El rey Juan Carlos y su gusto por los jets privados: VistaJet es su preferida
A pesar de su avanzada edad –cumplió 86 años el pasado mes de enero–, don Juan Carlos sigue moviéndose por el mundo siempre que puede. Y lo hace en vuelos privados para disfrutar no solo de la máxima privacidad, sino también de las comodidades y atenciones de lujo que estos viajes suelen ofrecer a sus exclusivos clientes.
Thomas Flohr, junto a uno de sus jets privados. /
instagram
En su reciente vista a España,
el emérito aterrizó primero en Vitoria para una revisión médica, y después en el aeropuerto de Peinador, en la ciudad gallega de Vigo. Desde ahí se trasladó en coche a Sanxenxo, donde se alojó de nuevo en casa de
su íntimo amigo Pedro Campos y donde disfrutó de las regatas y de la compañía de
su hija la infanta Elena. Unos días después, voló de nuevo, esta vez a Ginebra y para encontrarse con su otra hija, la infanta Cristina, antes de regresar a Abu Dabi.
Un periplo de vuelos a gusto de don Juan Carlos que solo es posible a bordo de un jet privado. Y es exactamente así como viaja el padre de
Felipe VI: en los exclusivos aviones que le ofrece
la compañía suiza VistaJet, propiedad de Thomas Flohr.
Nacido en 1960, Flohr fundó en 2004 esta empresa líder en alquiler de aviones privados de los que don Juan Carlos es asiduo. Además es amante de la velocidad y piloto de carreras aficionado, y con su compañía patrocina a la
escudería Ferrari de Fórmula 1. Y si bien la revista Forbes calculó su patrimonio en 2018 en 2300 millones de dólares, al año siguiente le sacó de esta célebre lista de multimillonarios.
VistaJe tiene
una flota de 360 aviones, entre los que se encuentran modelos como el Global 7500, el más moderno, más grande y con mayor autonomía de la aviación ejecutiva actual. Todos cuentan con asientos que se preparan para dormir como si se tratara del hotel más lujos, además de las máximas comodidades con la que hasta el cliente más exigente quedará satisfecho. Incluido el exrey de España.
Thomas Flohr y su hija Nina, princesa de Grecia y Dinamarca
Nina Flohr nació 22 de enero de 1987 en Saint Moritz (Suiza), y estudió en colegios del Reino Unido y de Estados Unidos. Ha vivido en Londres, California y Mozambique, y fue directora creativa de VistaJet hasta 2016. Durante el tiempo en el que trabajó para su propio padre, Flohr consiguió un
acuerdo con la firma italiana de moda premium Moncler para que vistiera a la tripulación de cabina, así como con el célebre chef Nobu Matsuhisa para incluir menús suyos como parte de la experiencia de lujo a bordo de los vuelos privados de VistaJet.
Thomas Flohr junot a su hija Nina, en Egipto. /
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Nina Flohr y el príncipe Philippos de Grecia se casaron, primero, en un enlace civil y privado en plena pandemia del Covid 19. Fue el 12 de diciembre de 2020 y en la exclusiva localidad suiza de St. Moritz, lugar de residencia del padre de la novia. Al enlace asistieron muy pocos invitados, pues aún existían restricciones provocadas por la pandemia global, y entre los pocos afortunados no faltaron la exduquesa de Palma, la infanta Cristina, acompañada de su hija
Irene Urdangarian.
En octubre del año siguiente,
la pareja celebró su segunda boda por todo lo alto. En este caso, una celebración por el rito ortodoxo que tuvo lugar en la Catedral de la Anunciación de Santa María, en Atenas. La novia llegó al altar de la mano de su padre, Thomas Flohr con el que, además, se lleva especialmente bien como se puede apreciar en el Instagram del empresario, que no duda en compartir fotos de su hija y su yerno demostrando el amor que les profiere.
