El actor mexicano Gael García Bernal compartió su experiecia como protagonista de la película Cassandro, que relata la vida del luchador profesional mexicanoestadunidense Saúl Armendáriz.
En entrevista, el actor respondió, de inicio, quién ganaría una pelea de lucha libre entre él y Diego Luna, su amigo y compañero en diferentes producciones: “Sería muy irrespetuoso decirlo (risas), pero creo que sería bueno explorarlo como una serie donde a veces gana él, otras veces gano yo…”. Así dio paso a otras revelaciones.
¿Aprendiste lo suficiente con el entrenamiento del cine de Cassandro como para luchar de verdad en la vida real?
¿Qué es vida real? (risas). Lo bueno es que aprendí lo suficiente como para actuar como si supiera luchar bien. Ya con eso es suficiente, porque necesitaría estar en muy buen estado físico para hacerlo constantemente en forma profesional.
¿Cómo surgió la idea de llevar al cine la historia de una estrella profesional de lucha libre como Cassandro?
La idea surgió de un buen deseo, como algo mágico que empezó con una conversación y de a poco se hizo realidad con un guion. Por un momento quedó todo en pausa, hasta que de repente empezaron a decir todos “¡sí!” y el rodaje tuvo luz verde y pudimos disfrutar del resto del proceso.
¿Y fuera del cine, ya te gustaba antes el mundo tan particular de la lucha libre?
Era como un sueño en mi niñez… Solía jugar todo el tiempo a la lucha libre. Será por eso que me pareció maravillosa la oportunidad. Fue un placer revivir los recuerdos que había tenido de niño, aunque el entrenamiento haya sido muy intenso. Te diría que la lucha libre es como bailar salsa, cuando no tienes la menor idea y al ver bailar una pareja te parece que se conocen, que ya lo hicieron antes, pero no. A lo mejor ni siquiera saben cómo se llama la otra persona con la que bailan. Y la lucha libre es así, no se ensaya, tiene ciertos códigos con los que se divierten y reaccionan.
¿ Y cómo fue el entrenamiento para parecerte tanto a Cassandro?
En mi caso, tuve que ejercitar y comer mucho, pero eso fue lo fácil. Lo divertido empezó con la verdadera lucha libre, aprendiendo el proceso para no lastimarme, el precalentamiento,saber cómo caer, además de saber levantarme también. Aprendí bastante, tienen muchos secretos.
¿Descubriste algún músculo que no sabías que tenías antes?
Es increíble, porque es un deporte que tiene mucho de yudo, lucha romana, bastante gravedad y mucha actuación. Es un deporte de alto nivel, es algo fantástico. Por eso también nos importaba tanto que nos fuera bien con la película, porque hay toda una cultura detrás de la lucha libre y yo creo que también es uno de los deportes más difíciles.
¿Entrenaste con verdaderos luchadores?
Por suerte tuvimos el apoyo de la organización más grande de México, porque también necesitábamos la parte del espectáculo que es tan importante. Y pude entrenar con verdaderos profesionales que también trabajaron en la película. Fue increíble estar con ellos, mostrándonos algunos trucos que a muchos les lleva una vida aprender, cuidando también al otro, con mucho teatro. Hasta para subirse a la soga se necesita cierto conocimiento. Y fue un privilegio mostrarlo.
¿Y la transformación física para parecerte más al verdadero Cassandro?
La transformación fue divertida, fueron tres meses que viví así, donde mis amigos de la Ciudad de México ni siquiera me reconocieron a la distancia… Iba a una fiesta o una cena y no entendían por qué tenía el pelo así. Disfrutaba jugar con vivir como el personaje, explorando la idea de todo lo que vivía por dentro. Fue un orgullo como actor hacerlo.
Fue una gran oportunidad, como construir un jardín desde cero, más allá del lado físico, en lo dramaturgo también, sumando el lado físico de la lucha y el traje que también es otra cosa. Todo fue maravilloso. Y es algo que Cassandro también vivió.
¿Qué tan importante resultó mostrar tan abiertamente el lado gay de Cassandro?
A ver si encuentras otro deporte donde haya alguien abiertamente gay… debe ser el único. Es otro lado del personaje, aunque no importe la orientación sexual. Me parece importante, por ser un deporte muy teatral. Y cuando involucras los modales y la comunidad, es muy difícil evitar que trascienda. Es algo que hablamos mucho porque la gente quería que ganara. Es lo que pasó con Cassandro, es un factor importante.
¿Se puede comparar esta actuación con alguno de tus éxitos anteriores?
No sé… lo que sé es que hoy puedo hacer un mejor trabajo cuando me divierto para explorar un personaje, se siente mejor así. Al menos sé que estoy dando lo mejor. Y en este caso me divertí muchísimo.
¿Resulta difícil liberarte de los dramas psicológicos de un personaje?
Para eso tuve cinco años de terapia con Mozart en la jungla (risas).
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clm