Harry y Meghan, en Canadá, donde han promocionado los Invictus Games. /
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No dan puntada sin hilo. Este sería el resumen de cada uno de los movimientos del matrimonio Sussex,
el príncipe Harry y Meghan Markle. Otra cuestión bien distinta es que sus pasos sean acertados o les lleven a donde ellos quieren, porque, por el momento, no han logrado revertir la animadversión que generan en el Reino Unido y la
caída de su popularidad en Estados Unidos,
donde han fijado su residencia.
Esta semana nos sorprendían con un rebranding de su marca a nivel digital. El dominio que acaban de lanzar en Sussex.com y sustituye a su anterior web, ya desaparecida. Un movimiento destinado a encauzar sus negocios y
sus actividades filantrópicas bajo la marca Sussex y con su propio escudo de armas. Algo que ha sido severamente criticado por
las diversas traiciones de la pareja a la famlia real británica.
Este gesto ha sido interpretado como un desafío por parte de los tabloides, la prensa sensacionalista del Reino Unido.
Un movimiento que podría costarles caro como a Marta Luisa de Noruega, que tuvo que renunciar a su título de princesa. Recordemos que causaron mucho estupor las charlas conjuntas que daba con
su futuro marido bajo el título de La princesa y el chamán. El contenido de las mismas era muy cuestionado y en el país nórdico la presión para que la exmujer del fallecido Ari Behn diera un paso atrás fue creciendo exponencialmente.
Ahora los Sussex serán mirados con lupa para que no se lucren con su marca. Aunque en realidad el hecho de haber dado este paso ya supone una forma de utilizar su pedigrí royal para conseguir contratos más sustanciosos. Especialmente ahora que ha expirado el que
mantenían con Spotify y no está muy claro que vayan a renovar con Netflix. Eso sí, esta semana hemos tenido
noticia del nuevo podcast de Meghan, que se alojará en la plataforma Lemonada Media.
Un homenaje a Felipe de Edimburgo
Ahora el prestigioso The Times ha llevado a su portada una noticia muy reveladora del talante y las pretensiones del príncipe Harry y la que fuera una de las actrices de reparto de la serie Suits, disponible en Netflix. Según las fuentes que manejan, a
sus dos hijos, Archie y Lilibet, ya no les llaman por sus apellidos, Mountbatten-Windosr, sino que han adoptado el Sussex. Un curioso gesto, toda vez que cuando nació Archie hicieron saber que el uso del Mountbatten era un homenaje al
apellido de su bisabuelo, el duque de Edimburgo.
El mencionado periódico desvela que igual que cuando Harry estaba en el ejército (presumir de
haber matado talibanes en esa época le ha sido percibido como un gran error) se había llamar Capitán Gales. Según parece, decidieron empezar a llamar así a sus hijos después de la coronación de Carlos III. Harry mantuvo hace unos días un breve encuentro con su padre de poco más de 45 minutos en su viaje relámpago a Londres después de que
se anunciara que padece cáncer.
Los duques de Sussex, en una imagen de archivo. /
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Otra de las personas consultadas con The Times considera esto
un paso lógico para Harry, Meghan y sus dos hijos: «La realidad detrás del nuevo sitio web es muy sencilla: se trata de un centro para el trabajo que hacen los Sussex y refleja el hecho de que la familia tiene, desde la coronación del rey, el mismo apellido por primera vez. Eso es algo muy relevante para cualquier familia. Representa su unificación y es un momento de orgullo».
Como decimos, cada paso que han ido dando los Sussex está muy meditado, aparentemente. Y uno de los elementos clave que han tenido en cuenta para evitar los conflictos de intereses en no utilizar en ningún momento la palabra ‘royal’ en su nueva web. ¿Prudencia u oportunismo? De momento, al menos en el Reino Unido, se está viviendo con estupor la situación de otros miembros de la familia por motivos de salud. No solo
el rey Carlos III y la princesa de Gales, también la exmujer del príncipe Andrés,
Sarah Ferguson. Hay quienes consideran una falta de tacto que hayan tomado esta decisión justamente ahora.
También se están analizando los gestos de los Sussex en su viaje a Canadá, donde han acudido para
promocionar los juegos Invictus, que promueve el príncipe Harry, y que en 2025 se celebrarán en Vancouver. Se les ve felices y relajados. Por eso, sorprende que se utilice como justificación que Meghan tiene que ocuparse de sus hijos cuando no ha acudido con su marido al Reino Unido por asuntos de trascendental importancia. Sin embargo, no para de viajar con él por asuntos mucho más espúreos.