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lunes, noviembre 25, 2024

Todos descendemos de un ancestro común africano. La evidencia genética detrás de nuestros orígenes

La historia de la humanidad está escrita en nuestros genes, y uno de los grandes misterios que ha fascinado a científicos de todo el mundo es el origen de nuestra especie. Durante años, la teoría predominante era clara: Homo sapiens surgió de una sola población ancestral en África hace unos 200.000 años y, tras dejar el continente, colonizó el resto del mundo. Sin embargo, a medida que la tecnología genética ha avanzado y se han acumulado más datos, esta idea ha sido puesta en tela de juicio.

Nuevas investigaciones sugieren una historia mucho más compleja. Lejos de una única «cuna de la humanidad», los últimos estudios genéticos indican que Homo sapiens podría haber evolucionado a partir de múltiples grupos en diferentes regiones de África, intercambiando genes durante miles de años antes de expandirse por otros continentes.

África, cuna de múltiples poblaciones humanas que moldearon nuestra evolución. Foto: Leonardo.ai / Christian Pérez

Los primeros indicios: los fósiles más antiguos están en África

La idea de que los humanos modernos tienen sus raíces en África ha sido apoyada, en parte, por el registro fósil. Durante el siglo XX, los hallazgos de restos humanos en lugares como Etiopía y Marruecos confirmaron que los fósiles más antiguos de nuestra especie, con una antigüedad de entre 300.000 y 200.000 años, se encuentran en África. Estos descubrimientos solidificaron la hipótesis de que el continente africano es el «hogar original» de los humanos modernos.

Sin embargo, la falta de fósiles de esa antigüedad en otras regiones del mundo no es la única razón por la que los científicos se han inclinado hacia esta teoría. Los avances en la secuenciación del ADN han proporcionado un nuevo tipo de evidencia que ha permitido a los investigadores profundizar en la historia genética de nuestra especie.

El ADN: una ventana al pasado

El ADN mitocondrial y el cromosoma Y han sido herramientas clave para rastrear la evolución humana. Los estudios sobre el ADN mitocondrial, que se hereda solo por vía materna, permitieron a los científicos identificar a la llamada «Eva mitocondrial», una mujer que vivió en África hace unos 200.000 años y de la que todos los humanos vivos hoy en día descienden. Por su parte, los estudios del cromosoma Y han revelado que todos los hombres comparten un antepasado común que vivió también en África, conocido como el «Adán cromosómico».

El ADN revela conexiones ancestrales entre grupos africanos de hace más de 200.000 años. Foto: Leonardo.ai / Christian Pérez

Pero en las últimas décadas, la secuenciación completa del genoma humano ha ampliado nuestro conocimiento sobre la diversidad genética en África, sugiriendo que la historia de nuestra especie es mucho más rica y diversa de lo que inicialmente se pensaba.

Más que una sola cuna

Los estudios más recientes, como los dirigidos por el genetista Aaron Ragsdale de la Universidad de Wisconsin-Madison, han cuestionado la idea de que Homo sapiens surgió en un solo lugar. En lugar de un árbol con un solo tronco que se ramifica, los investigadores proponen un modelo más complejo, con varias «raíces» interconectadas.

El análisis del ADN de poblaciones africanas modernas ha revelado que la diversidad genética en el continente es mayor que en cualquier otro lugar del mundo. Esto se debe, en parte, a que los seres humanos vivieron en África durante mucho más tiempo que en otros continentes, lo que permitió que sus genes se diversificaran a lo largo de miles de años.

Investigadores de la Universidad de Pensilvania secuenciaron los genomas de 180 personas de 12 grupos indígenas africanos, descubriendo que las poblaciones que habitaron África hace más de 200.000 años no estaban aisladas, sino que se cruzaban y mezclaban entre sí. En lugar de una sola población que dio lugar a todas las demás, parece que diferentes grupos de Homo sapiens coexistieron y compartieron genes a lo largo de milenios.

Nuevas investigaciones confirman que Homo sapiens evolucionó a partir de varias raíces africanas. Foto: Leonardo.ai / Christian Pérez

Poblaciones interconectadas y la «estructura débil»

Un estudio clave publicado en Nature en 2023 sugiere que los humanos no solo evolucionaron en diferentes regiones de África, sino que estas poblaciones estaban conectadas por un flujo de genes continuo. A esto se le ha llamado un «tallo débil», refiriéndose a que no había una separación clara y definitiva entre los grupos de humanos en África. En lugar de divergir completamente en nuevas especies, las poblaciones intercambiaban genes regularmente, lo que sugiere una evolución más gradual y entrelazada.

Este modelo ayuda a explicar por qué se han encontrado restos humanos antiguos en lugares tan lejanos como Marruecos, Etiopía y Sudáfrica. 

La teoría tradicional no puede reconciliar fácilmente el hecho de que los humanos modernos habitaran África en distintos puntos geográficos al mismo tiempo.

La evidencia de la diversidad genética

El hecho de que África albergue la mayor diversidad genética humana es otra pieza crucial del rompecabezas. En las poblaciones africanas se han identificado millones de variantes genéticas, muchas de las cuales no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. Esto sugiere que, a medida que los humanos migraron fuera de África, solo una pequeña fracción de la diversidad genética original fue llevada a otras regiones.

Este fenómeno, conocido como el «efecto fundador», significa que los grupos humanos que dejaron África eran solo una pequeña representación del vasto acervo genético que existía en el continente. Como resultado, las poblaciones no africanas tienen una menor diversidad genética en comparación con sus contrapartes africanas.

Múltiples migraciones y adaptaciones locales

Los estudios también muestran que las migraciones fuera de África no ocurrieron en un solo evento, sino en oleadas sucesivas a lo largo de miles de años. Los primeros humanos que salieron de África se dirigieron hacia el Medio Oriente y Asia, y más tarde se expandieron hacia Europa, Oceanía y finalmente las Américas.

Sin embargo, los humanos que permanecieron en África siguieron evolucionando y adaptándose a sus entornos locales. Por ejemplo, las poblaciones del África central desarrollaron características físicas como una menor estatura, que les ayudaba a sobrevivir en los densos bosques tropicales. En contraste, las poblaciones de las regiones más secas de África oriental y meridional desarrollaron adaptaciones para resistir climas áridos.

El análisis del ADN desvela vínculos ancestrales entre grupos africanos. Foto: Istock

El futuro de la investigación genética

A medida que las tecnologías genéticas avanzan, los científicos continúan descubriendo nuevas facetas de la historia humana. Los estudios recientes no solo nos ayudan a comprender mejor cómo se originó nuestra especie, sino que también tienen implicaciones para la medicina de precisión.

Comprender las variantes genéticas que se encuentran en poblaciones africanas es clave para desarrollar tratamientos médicos que se ajusten mejor a las características genéticas individuales.

La investigación en África, que tradicionalmente ha estado infrarepresentada, está proporcionando respuestas cruciales no solo sobre nuestro pasado, sino también sobre nuestro futuro. 

Los científicos siguen trabajando para secuenciar más genomas y entender las dinámicas que moldearon la evolución de Homo sapiens, consolidando la idea de que, independientemente de nuestras diferencias superficiales, todos compartimos un origen común en África.

Referencias:

  • Campbell MC, Tishkoff SA. African genetic diversity: implications for human demographic history, modern human origins, and complex disease mapping. Annu Rev Genomics Hum Genet. 2008;9:403-433. doi:10.1146/annurev.genom.9.081307.164258
  • Campbell MC, Tishkoff SA. The evolution of human genetic and phenotypic variation in Africa. Curr Biol. 2010;20(4):R166-R173. doi:10.1016/j.cub.2009.11.050
  • Vicente M, Schlebusch CM. African population history: an ancient DNA perspective. Curr Opin Genet Dev. 2020;62:8-15. doi:10.1016/j.gde.2020.05.008
  • Ragsdale, A.P., Weaver, T.D., Atkinson, E.G. et al. A weakly structured stem for human origins in Africa. Nature 617, 755–763 (2023). doi: 10.1038/s41586-023-06055-y

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