Fiables y de alto rendimiento.
En el mundo de los automóviles hay todo tipo de motores y, aunque en términos generales son lo bloques más pequeños los que más abundan, son los mayores los que han dado vida a modelos más icónicos. Por ejemplo, los cinco mejores de seis cilindros que han hecho las marcas alemanas en la Historia.
Aquí, al contrario de lo que ocurre con los propulsores de cuatro cilindros, las opciones de configuración son más variadas y es que es posible encontrar desde motores de seis cilindros en línea a bloques tipo bóxer, pasando por los V6, que también son bastante comunes.
En todo el mundo se han desarrollado motores de este estilo, pero hoy queremos centrarnos en los fabricantes alemanes, que han dejado para la historia propulsores realmente destacados.
BMW 3.0 CSL
El BMW 3.0 CSL es uno de los modelos más queridos por los ‘petrolhead’ seguidores de la marca bávara. El Coupe Sport Leichtbau hizo especial hincapié en la ligereza, como atestiguan tanto su nombre como el hecho de que marcara solo 1.65 kilos en vacío; pero ha quedado grabado en la retina del aficionado por su diseño, que le granjeó el mote de “Batmóvil”.
Sin embargo, también su apartado mecánico fue notable, montando un motor de seis cilindros en línea cuyas especificaciones variaban según la versión del modelo, oscilando entre los 3,0 y los 3,5 litros de cubicaje y abarcando un amplio abanico de potencias que van desde los 180 a los 400 CV.
Al aura del BMW 3.0 CSL y de su motor contribuye también el hecho de que fue un modelo realmente exclusivo, puesto que, en toda su producción, que se extendió de 1971 a 1973, únicamente salieron de fábrica 167 ejemplares.
BMW M88 3.5
Seguimos con otro motor que, aunque no fue tan exclusivo, si que estuvo presente, además de en otros modelos, en un vehículo icónico de la industria automotriz alemana: el BMW M1.
El deportivo, que incluso contó con su propia competición, contaba con un motor de 3,5 litros y seis cilindros en línea que desarrollaba una potencia de 277 CV y un par máximo de 330 Nm. Era una auténtica bestia para su época, que tenía más potencia que sus competidores armados con bloques V6 y subía de vueltas como un coche de competición.
A lo largo de su trayectoria tuvo diversas evoluciones que le llevaron incluso hasta los 1.000 CV de potencia en versiones de carreras. Sin embargo, a nivel “terrenal”, también fue el propulsor que dio vida al icónico BMW M6 de principios de los 80 y que después también fue el corazón del BMW M5 de la época.
Mercedes 3.0
El Mercedes 300SL Gullwing es posiblemente uno de los Mercedes más reconocibles de toda la historia gracias a su esbelto diseño, pero, sobre todo, por sus características puertas de estilo “alas de gaviota”.
Pero también tenía en su interior uno de los que es considerado como mejores motores de seis cilindros de la historia, un bloque gasolina de 3,0 litros y aspiración natural que entregaba una potencia de 243 CV y un par máximo de 294 Nm.
Porsche MA1
Uno de los varios rasgos característicos de Porsche es el empleo de motores ‘flat-six’ de seis cilindros, en los que la marca alemana es experta. El Porsche 911 está unido a este propulsor y, durante la trayectoria de la compañía se han desarrollado un gran número de variantes del mismo.
Sin embargo, una de las más destacadas es el MA1 (y sus distintas versiones), por ser un bloque que combina un alto rendimiento con una gran fiabilidad, considerándose uno de los ejemplos más robustos de su dinastía.
Es otro ejemplo de evolución continua y es que, en función del modelo que lo montase, disfrutó de rendimientos muy variado, desde una versión de acceso con 345 CV hasta casos en los que supera los 600 CV.
Volkswagen VR6
En pleno 2024 parece una auténtica locura pensar en algo así, pero un tiempo en el que Volkswagen desarrolló motores V6 de alto rendimiento. Fue a finales de los años 80, cuando las cosas eran muy distintitas, y la marca alemana lo creó para animar modelos que tampoco eran excesivamente especiales: Corrado, Passat, Golf y Touareg.
Es un bloque peculiar porque es un cruce entre uno con cilindros en línea y otro que los tenga en V, puesto que las dos bancadas de cilindros están en un ángulo de 15 grados. Inicialmente era un bloque de 2,9 litros con 12 válvulas que desarrollaba 174 CV y 240 Nm de par máximo.
Sin embargo, fue evolucionando, doblando el número de válvulas, cambiando su cilindrada, con versiones de 2,8 y 3,2 litros, y aumentando de manera continua su potencia, contando con pasos intermedios de 250 CV, pero alcanzando su cénit en el Passat R36, que consiguió un rendimiento de 300 CV de potencia y 350 Nm de par máximo.
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Etiquetas: Motores de combustión