La venezolana Margarita Vargas en la boda de su estilista Cristina Reyes. /
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La venezolana
Margarita Vargas es, desde su matrimonio con Luis Alfonso de Borbón, hijo de
Carmen Martínez-Bordiú, una socialité muy preciada en el mundo de la crónica social. Si bien es cierto que sus apariciones públicas suelen tener que ver con causas solidarias, además de eventos hípicos en los que participan sus hijos,
siempre causa gran expectación.
Hija del millonario venezolano Víctor José Vargas, propietario de un influyente holding financiero, y de su primera mujer Carmen Leonor Santaella, de la que se divorció en 2014,
la rica heredera estudió Pedagogía. Y de ahí le viene una
vena solidaria que le ha reportado incluso algún reconocimiento.
Pero si algo resulta curioso en la vida de Vargas es que, a través de su matrimonio con Luis Alfonso de Borbón, con quien tiene cuatro hijos,
repite la misma historia que protagonizó su suegra Carmen Martínez-Bordiú con su matrimonio con Alfonso de Borbón, quien habría podido llegar a ser rey de España
Margarita Vargas y la historia que se repite
Nacida en Caracas el 21 de octubre de 1983, la socialité estudió Pedagogía en su país natal, pero nunca ha ejercido. Conoció muy joven, con apenas 17 años, a Luis Alfonso de Borbón, bisnieto de Francisco Franco, y el flechazo fue casi inmediato. Ocurrió en la boda de Victoria, la hermana mayor de Margarita, con Francisco Javier d’Agostino, muy amigo del duque de Anjou. Y desde entonces la pareja no se ha separado.
Se casaron en la exclusiva zona de La Romana, en República Dominicana, el 6 de noviembre de 2004, en una celebración ante más de 1.500 invitados que reunió a algunas de las las mayores fortunas de Latinoamérica, además de varios miembros de la familia Franco.
La hija de Víctor Vargas Irausquín,
tercera mayor fortuna de Venezuela, abogado y presidente del grupo financiero Banco Occidental de Descuento, además de un personaje conocido como «el banquero de Chávez» debido a las relaciones económicas que mantuvo con el gobierno chavista, se ha criado como lo más parecido a una aristócrata en un país donde la aristocracia no existe. Y con su matrimonio con Luis Alfonso de Borbón, hijo de Carmen Martínez-Bordiú y bisnieto por parte de padre del rey Alfonso XIII y, por parte de madre, del dictador Francisco Franco, supuso una «carambola» que, aunque no hubiera sido premeditada, seguro que alegró especialmente a su familia.
Margarita Vargas y Luis Alfonso de Borbón, en la gala Starlite de Marbella. /
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La cuestión es que existe un curioso paralelismo entre el matrimonio de Luis Alfonso de Borbón y Vargas con respecto al de los padres de él, Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón, nieto del rey Alfonso XIII y pretendiente legitimista al trono de Francia, además de heredero al trono de España por delante de Juan Carlos de Borbón. Unas circunstancias de las que siempre se ha comentado que tuvo en cuenta a la hora de casar a su nieta Carmen con el príncipe heredero.
Y es que
el dictador quería que su nietísima llegara a ser reina de España. Algo que nunca habría ocurrido, ya que el infante Jaime de Borbón y Battenberg, padre de Alfonso y nieto de Alfonso XIII, renunció a sus derechos de sucesión por su sordera y obligado por su padre. Su hermano don Juan de Borbón, padre de don Juan Carlos, también tuvo que renunciar. El resto de la historia ya la conocemos.
Una duquesa venezolana con un título que no existe
La millonaria heredera venezolana y el hijo de Carmen Martínez-Bordiú
tienen cuatro hijos en común: Eugenia, nacida en Miami en 2007; los mellizos Luis y Alfonso, nacidos en 2010; y el benjamín de la familia, Enrique, nacido en 2019. Todos vinieron al mundo en Estados Unidos, país en el que la pareja residió hasta mudarse a España hace ya algunos años. Vargas mantiene, como su marido, un perfil muy bajo, y entre los escasos eventos sociales a los que acuden están los que tienen que ver con las aspiraciones al trono del duque de Anjou.
Margarita Vargas en el mercadillo solidario Nuevo Futuro. /
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Luis Alfonso de Borbón heredó también de su padre, fallecido en un accidente de esquí en Colorado (EE.UU.) en 1989, las aspiraciones al (improbable) trono de Francia.
Los legitimistas franceses le consideran Luis XX de Francia, pero es obvio que las posibilidades son mínimas por no decir inexistentes. Ni siquiera el título de duque de Anjou existe en realidad pues en España no está reconocido y en Francia, de donde procede, tampoco se le da validez. Sin embargo, al matrimonio le gusta hacer uso de este título, lo que demuestra que a pesar de la realidad tanto en España como en el país vecino, ellos siguen empeñados en hacer prevalecer ese título por encima de todo.
De igual modo conservan la esperanza de que algún día los supuestos derechos dinásticos del hijo de Carmen Martínez-Bordiú se hagan realidad y, quién sabe si poder llegar a reinar en Francia. Algo que no le ocurrió a la nieta de Franco en España y que muy probablemente tampoco le sucederá ni a su hijo ni a su nuera. Mientras, la pareja sigue acudiendo de vez en cuando a seleccionados acontecimientos sociales como ha ocurrido estos días atrás
en Marbella con motivo de la gala Starlite y donde premiaron a Margarita Vargas por su labor solidaria.
