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sábado, noviembre 30, 2024

Las curiosas criaturas de la mitología japonesa

Repasamos las deidades (kami), criaturas fantásticas (yokai) y fantasmas (yūrei) más conocidas e importantes de la mitología japonesa.

Japón es un misterio sin resolver y un tesoro por descubrir. Tan única como peculiar, su cultura y el propio trato que le dan a esta aun en la actualidad hacen que, para los ojos occidentales, resulte la entrada a un mundo extraño y fascinante que parece atraparte conforme más detalles conoces de él. A su historia, gastronomía, filosofía para ver el mundo que los rodea o extraordinaria transformación tecnológica hay que sumar su folklore y mitología, una de las más complejas y llamativas.

Las curiosas criaturas de la mitología japonesaMidjourney/Sarah Romero

La mitología nipona que conocemos hoy en día tiene su origen en dos documentos concretos: el Kojiki y el Nihon Shoki, en los que se relata la creación del mundo y el origen de las deidades y de la clase dominante del país. La leyenda cuenta que, en un principio, el mundo quedó dividido entre el cielo y la tierra y los primeros dioses nacieron de estructuras similares a juncos. De entre ellos se destacaban Izanagui e Izanami, a quienes los demás dioses encargaron crear Japón y a las demás deidades. Clavando su lanza en el mar formaron la isla de Onogoro y la convirtieron en su hogar, desposándose allí y procreando hasta crear el resto de islas que forman el archipiélago japonés y a la mayoría de dioses. El último dios que nació fue el del fuego, pero Izanami murió durante el parto e Izanagui mató a su hijo en un ataque de ira. Tras esto, el dios creador viajó al mundo de los espíritus (Yomi) para intentar salvar a su esposa pero ambos acabaron discutiendo y decidieron separarse.

Lejos de su amada, Izanagui se bañó para purificarse y al hacerlo creó a tres de los dioses más importantes: Amaterasu, diosa del sol; Tsuki-yomi, diosa de la luna; y Susano, dios del viento. Izanagui decidió dividir el reinado del cielo, la noche y los mares entre sus tres hijos para él poder retirarse. Así fue como, según las creencias sintoístas, surgieron los más de ocho millones de deidades kami que habitan Japón y que se comunican con los mortales a través de los fenómenos naturales, las plantas y los animales. El paso del tiempo haría que la posición social de los nobles y del propio emperador también se justificaran con estas leyendas (el primer emperador es descendiente directo de Amaterasu) y los cuentos populares o la influencia de las culturas china y coreana harían que surgieran nuevos personajes, historias y criaturas que enriquecieron el folklore nipón.

En esta galería recopilamos algunos de los seres más importantes y populares de la mitología nipona, su origen y características principales.

Imagen: iStock Images.

Influencias de la mitología nipona

La principal fuente de la que bebe la mitología japonesa así como todas sus deidades, criaturas y personajes, es el sintoísmo, religión nativa de las islas japonesas basada en la adoración de los kami (conjunto de deidades) y de las fuerzas de la naturaleza a través de las cuales se manifiestan. Sin embargo, la historia de Japón y su relación con otras culturas como la china o la coreana ha hecho que sus creencias, costumbres y mitos hayan cambiado con el tiempo de forma que numerosos elementos de estos países se han visto incorporados al imaginario nipón.

Imagen: Wikimedia Commons.

¿Qué es un yokai?

El término más escuchado cuando se habla de mitología japonesa (muy popularizado en occidente a través de sus mangas y animes) es yokai, pero uno puede no saber con certeza a qué nos referimos con él.Cuando hablamos de los yokai solemos referirnos a demonios o criaturas malignas pero lo cierto es que es un concepto mucho más amplio de lo que pensamos. Yokai se utiliza para designar a los espíritus que se manifiestan en el mundo real y con él se puede designar a casi cualquier tipo de criatura fantástica perteneciente a la mitología nipona. Tampoco es cierto que todos los yokai sean malvados o monstruosos, sino que hay muchos que simbolizan buena suerte y fortuna o que podrían considerarse neutrales frente a los humanos.

Imagen: Wikimedia Commons.

Los kami

Los kami son las deidades del panteón sintoísta y las figuras más importantes y respetadas de la cultura nipona. Se dice que hay más de ocho millones de deidades kami y muchas de ellas representan elementos o fuerzas de la naturaleza personificadas a través de figuras de gran poder y respeto. Lo curioso es que los kami no son únicamente deidades naturales sino que entre ellos también se incluye a muchos héroes de las historias, a los antiguos regentes y emperadores de las islas e incluso, durante la Segunda Guerra Mundial, a los pilotos kamikaze se les decía que si morían en combate se convertirían en deidades kami.La figura más importante es Amaterasu Ōmikami, diosa del sol y del universo que nació del ojo izquierdo del dios Izanagui y de quien descienden todos los gobernantes de las islas japonesas.

Imagen: Wikimedia Commons.

Los cuatro guardianes

De entre todas las criaturas mágicas que pueden encontrarse en la mitología nipona queremos empezar destacando a los cuatro animales sagrados, seres de gran poder que representaban los puntos cardinales y protegían la ciudad de Kyoto (donde residía el emperador). Su presencia en la cultura japonesa es debido a influencia de las creencias chinas, donde existen otras cuatro figuras equivalentes.Los animales sagrados nipones son Genbu, una tortuga con una serpiente enrollada en el caparazón que representa la tierra; Suzaku, una majestuosa ave fénix que representa el fuego; Byakko, un tigre blanco símbolo del viento; y Seiryu, un dragón de color celeste cuyo elemento es el agua.

Imagen: Wikimedia Commons.

Tengu

Las características de los tengu han ido cambiando con el tiempo pero siguen siendo una de las figuras más representativas del folklore japonés. Se trata de seres orgullosos y traviesos que viven en la montaña y se dedican a secuestrar niños, gastar bromas pesadas y hacer que los monjes se pierdan en los bosques. Originalmente se les representaba como si fueran grandes aves de presa pero poco a poco se les fueron añadiendo rasgos humanos y acabaron pareciendo híbridos entre rapaces y hombres. En muchas ocasiones se suele cambiar su pico por una gran nariz muy alargada.

Imagen: Wikimedia Commons.

Kappa

Los kappa son criaturas relacionadas con el agua, semejantes a una mezcla de rana y tortuga del tamaño de un niño humano, muy temidas y respetadas por los humanos. Aunque pueden llegar a hacer favores a los hombres y hasta ser sus amigos, en los cuentos suelen aparecer como antagonistas que roban hortalizas de los huertos, espían a las mujeres mientras se desnudan y las violan o secuestran a niños para comérselos. Lo más interesante de los kappas es que la fuente de su poder procede de un espacio cóncavo lleno de agua que tienen en la cabeza y que, si se vacía, les hace perder sus poderes y los vuelve temporalmente inofensivos.

Imagen: Wikimedia Commons.

Oni

Los oni son lo que en occidente podríamos llamar ogro u orco, criaturas monstruosas caracterizadas por su aspecto temible y su mal genio. Son representados como figuras antropomórficas de gran tamaño, con cuernos en la cabeza, afilados colmillos sobresaliendo de su boca, pieles de tigre como vestimenta y blandiendo un garrote metálico (kanabô) como arma. Los oni suelen tener la piel roja o azul y son los causantes de las desgracias que les ocurren a los hombres: hacen que los viajeros se pierdan para secuestrarlos y robarles, se llevan las almas de los muertos y si se enfadan mucho pueden provocar catástrofes naturales o tormentas.

Imagen: Wikimedia Commons.

Yuki-Onna

Yuki-Onna es la versión japonesa de la mujer de las nieves, un personaje similar a la reina de las nieves de la que escribió Hans Christian Andersen. Yuki-Onna es una mujer de extraordinaria belleza que se caracteriza por su piel blanca (casi transparente según algunas versiones), su largo cabello negro y su elegante kimono blanco. Este espíritu aparece en las tormentas de nieve y atrae a los viajeros, especialmente a los hombres, apartándolos del camino correcto y llevándolos hasta ella. Cuando los tiene delante, Yuki-Onna les lanza su aliento hasta congelarlos y entonces les besa, extrayendo su alma por la boca.

Imagen: iStock Photo.

Tanuki

Además de una peculiar raza de perro con aspecto de mapache nativa de las islas japonesas, el tanuki es un yokai capaz de cambiar de forma y de utilizar artes mágicas para engañar y robar a sus víctimas al tiempo que atrae la buena fortuna. Su aspecto es el de un mapache rechoncho de grandes ojos y cola larga y peluda que viste un sombrero de paja y un kimono y porta un paraguas y una botella de sake. Algunas fuentes afirman que el origen de su poder está en sus grandes testículos.

Imagen: Wikimedia Commons.

Kitsune

Los kitsune son zorros blancos que pueden tener hasta nueve colas y que viven mil años, por lo que son animales sabios y muy venerados. Los kitsune son los mensajeros y siervos de Inari, la deidad de la cosecha y el arroz que es representada como un zorro, pero esto no los convierte en seres buenos y amables. Entre los muchos poderes que se asocian con los kitsune se destacan el cambiar de forma para engañar a las personas, provocar alucinaciones, alterar el paso del tiempo o poseer los cuerpos de los humanos a los que acechan.

Imagen: Wikimedia Commons.

Yūrei

Los yūrei son un tipo de espíritus distinto a los yokai que se caracterizan por estar muertos, es decir, son fantasmas. Los yūrei aparecen cuando la persona ha dejado asuntos pendientes en el mundo de los vivos, cuando se ha suicidado o cuando no se le ha enterrado de la forma correcta y en la mayoría de los casos se les representa como mujeres de rostro cadavérico, pelo largo y negro y kimono blanco que vagan por la tierra acompañadas de fuegos fatuos. En general, estos espíritus resultan inofensivos salvo para las personas que les provocaron el daño por el que no pueden descansar.Una de las leyendas más conocidas protagonizadas por un yūrei es la de Oiwa, personaje que se dio a conocer en una obra kabuki en 1825. Se trataba de una mujer cuyo marido (un ronin criminal) asesinó a su padre y la envenenó para casarse con una mujer más rica. Quedando terriblemente deformada a causa de la ponzoña, Oiwa se suicidó y comenzó a perseguir y atormentar a su marido hasta que este decapitó por accidente a su nueva esposa, mató a su nuevo suegro y acabó siendo ejecutado por sus crímenes.

Imagen: Wikimedia Commons.

Tsukumogami

Los tsukumogami son un tipo de yokai muy peculiar ya que se trata de espíritus que poseen objetos cotidianos (herramientas, ropa, almohadas, teléfonos, coches, electrodomésticos…) cuando estos dejan de ser utilizados. La leyenda dice que cuando pasan cien años sin que un objeto sea utilizado, este se convierte en un catalizador con el más allá y atrae a espíritus que se introducen en él. Aunque los Tsukumogami no suelen ser malvados de por sí, su presencia puede alterar a los usuarios de la casa donde se encuentran provocándoles enfermedades o la locura.

Imagen: Wikimedia Commons.

Shinigami

Los shinigami son los dioses de la muerte de la cultura japonesa, responsables de llevar las almas de los fallecidos hasta el más allá (Yomi). Los shinigami conocen el destino de todos los mortales y saben cuándo debe llegarles la muerte por lo que su misión principal es, llegado dicho momento, acercarse a ellos para que pierdan las ganas de vivir hasta que fallezcan. Debido a la alta tasa de suicidios de Japón, los shinigami siguen siendo figuras muy presentes en la cultura actual del país del sol naciente.

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