La agenda de la semana de los reyes ha estado protagonizada por la visita del presidente de Alemania a nuestro país. La pareja real ha ejercicio de anfitriona en un viaje en el que, como es habitual, no han faltado las cenas de gala, los compromisos institucionales y alguna cita más distendida. Y como era de esperar teniendo en cuenta el despliegue estilístico que Letizia hizo en su última visita a Alemania, la reina ha vuelto a marcar la diferencia con sus looks.
Su vestido de gala con la tiara de Cartier ha sido el outfit más destacado, pero lo cierto es que ha deslumbrado en todas y cada una de sus apariciones. Incluida esta última. Felipe VI y doña Letizia se han despedido del mandatario y su mujer en una recepción celebrada en honor al rey y su consorte en la embajada alemana.
La Residencia de la Embajada de la República Federal de Alemania de Madrid ha sido el escenario que ha acogido este último encuentro entre los reyes y Frank-Walter Steinmeier y la primera dama Elke Büdenbender. El presidente y su mujer regresan mañana a Alemania tras su llegada este martes para estrechar lazos entre naciones.
La visita ha estado protagonizada por varios actos en los que, principalmente, el rey Felipe VI ha adquirido protagonismo junto al presidente y ha terminado, como decimos, con una cena en la que, esta vez, han sido los alemanes quienes han adoptado el papel de anfitriones.
Para esta ocasión, la reina Letizia ha elegido el que es, sin lugar a dudas, uno de sus vestidos más aplaudidos. Se trata de un diseño de Hugo Boss que causó sensación cuando lo estrenó en 2019, durante la 99ª edición de los Premios Internacionales de Periodismo de ABC Mariano de Cavia, Luca de Tena y Mingote, y que le hemos visto en varias ocasiones.
Es uno de sus modelos preferidos cuando quiere ir elegante y arrasar. No es un diseño para pasar desapercibida ni tampoco para relegar el foco en el resto de asistentes. Y es que, a pesar de ser negro, el detalle en el escote de la rejilla y los flecos hacen que sea una pieza de lo más sofisticada.
La reina llegó a la cita cubierta con un abrigo negro teniendo en cuenta las bajísimas temperaturas que hay en Madrid. Y acompañó este vestido de complementos diferentes a los usados en otras ocasiones. Además de unos salones destalonados negros, subió el nivel con buenas joyas.
No faltó un bolso de mano satinado. Pero las miradas fueron a parar en unos pendientes colgantes y su brazalete de diamantes que tantas veces le hemos visto, que pertenece a las joyas de pasar que dejó la reina Victoria Eugenia en herencia y que está entre sus favoritos.
Doña Letizia quiso darlo todo y no hubo dudas de que se convirtió en la mujer más elegante y mejor vestida de la ha sido la última cita de la visita del presidente alemán.
