El espectacular prototipo Chrysler Halcyon podría ser el germen de la vuelta de una berlina señorial que nunca gozó de muy buenas ventas.
Mantenerse en el mercado del automóvil no es precisamente sencillo. Cuando una marca celebra su centenario es digno de admirar, porque no es algo fácil. Son muchas las firmas que se pierden en el camino y todavía más modelos, pero, por suerte, estamos dentro de una moda revival que ofrece oportunidades de redención a coches que dejaron de venderse.
Es posible que sea el caso del Chrysler 300, cuya trayectoria duró dos décadas, pero que dejó de fabricarse en 2024. Ahora, parece que podría renacer y tomar como base un prototipo que para nada invitaría a pensar en un sedán, el Chrysler Halcyon que se hizo público en 2024.
Ha sido Christine Feuell, Directora Ejecutiva de Chrysler, la que ha hablado sobre la llegada del hipotético modelo, además de sobre el futuro de su marca, con Detroit Free Press.
Empezando por el marco general, ha sido bastante clara: “La pregunta sobre el futuro y la viabilidad de Chrysler parece surgir en varios artículos de noticias semanalmente. No ha surgido ni una sola vez en mis conversaciones con Antonio [Filosa, nuevo CEO de Stellantis] ni con otros miembros del equipo directivo. Entiendo la curiosidad sobre si una empresa realmente puede sostener 14 marcas. Son muchas bocas que alimentar, y es cierto, pero en Chrysler creemos en nuestra estrategia de posicionamiento”.
Feuell es consciente del estado actual de la marca, que solo tiene furgonetas y monovolúmenes en su gama. El Chrysler Pacífica va a renovarse el año que viene y para 2027 se ha anunciado la llegada de un crossover, pero respecto al que se han dado pocos o ningún dato.
Lo interesante tiene que ver, sin embargo, con el prototipo Chrysler Halcyon, que fue presentado el año pasado, y del que parece que va a derivar un modelo de producción. No hay muchos detalles al respecto, pero parece que será un modelo que responderá a aquellos que piden a la marca un sustituto para el Chrysler 300 que ya no se fabrica.
No se ha dicho que vaya a tener ese nombre y tampoco se ha dado una fecha concreta, pero se ha dejado abierta la puerta, puesto que Feuell considera que “el segmento automovilístico está maduro para el crecimiento y el resurgimiento”.
Así, todo está en el aire, pero la cuestión que genera más dudas es cómo va a derivar del prototipo un modelo que recuerde siquiera remotamente al Chrysler 300.
Como es lógico, el Halcyon es un prototipo, “muy prototipo”, por calificarlo de alguna manera. Es un vehículo eléctrico, con una silueta a medio camino entre un sedán y un coupé con soluciones que difícilmente llegarán a un modelo de producción.
Su frontal es realmente bajo, del capó parte una entrada de aire enorme que también da pie al comienzo del parabrisas, que forma una línea continua hasta la zaga, bastante elevada. Los grupos ópticos son realmente minimalistas y las llantas son enormes, pero lo más llamativo es el sistema de puertas.
Las delanteras son convencionales, pero las traseras son de apertura suicida y, por si fuera poco, la sección superior es independiente y se abre a modo de alas de gaviota, pero en formato mini.
Esto deja un fácil acceso al amplio interior, en el que el minimalismo es absoluto: en el puesto de conducción solo hay uno volante que tiene apenas lo imprescindible y una pantalla central de orientación vertical.
De su apartado mecánico tampoco se dieron muchos detalles, más allá de que es un vehículo 100% eléctrico que está desarrollado sobre la plataforma STLA Large de Stellantis, lo que significa que sus dimensiones tienen que estar entre los 4.764 y los 5.126 mm de largo, con una distancia entre ejes de entre 2.870 y 3.075 mm. Por tanto, vehículos grandes.
También se sabe que la plataforma es compatible con tecnología de carga de 400 y 800V, pudiendo montar baterías de entre 85 y 118 kW de capacidad. Con la mayor, las autonomías máximas a las que se puede aspirar son de hasta 800 km y con ella vienen sistemas de propulsión más potentes, no especificados, pero que resultan en una aceleración de 0 a 100 km/h en 2 segundos.
Se trata de una plataforma versátil que puede integrar sistemas de tracción delantero, trasero o a las cuatro ruedas; por lo que puede adaptarse a una amplia variedad de vehículos, siempre de tamaño medio y grande. La cuestión es ver cómo se aplica esto al hipotético renacimiento de un icono, aunque algo incomprendido, como fue el Chrysler 300.
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Etiquetas: Berlinas
