No hay que menospreciar el descanso como una herramienta útil para mantener el bienestar. /
Foto de Brooke Cagle en Unsplash.
Las responsabilidades del día a día, tanto laborales como familiares, nos tienen absolutamente sobrepasadas. Son las responsables de
una carga mental excesiva
que provoca
ansiedad, estrés y un desajuste en nuestro bienestar que nos hace ir arrastrándonos por el suelo de un lado a otro.
Recargarte de energía no tiene por qué pasar por tomar suplementos, aunque para estos casos,
el magnesio
no viene nada mal. Pero si quieres intentarlo por ti misma, puedes probar con
la regla 5×5, una herramienta muy fácil de aplicar que se basa en el descanso aplicado a cinco áreas clave:
cuerpo, mente, emociones, relaciones y entorno.
La idea es simple. Se trata de dedicar cinco minutos al día a cultivar y destensar cada una de estas áreas con actividades fáciles para lograr recargarte de energía y mejorar tu bienestar general.
En total no son más de 25 minutos en todo el día y puedes realizarlo según te convenga, en el momento y lugar que prefieras.
Lo mejor de la técnica 5×5 es que no requiere grandes cambios en tu rutina puesto que puedes fraccionar los 25 minutos para
adaptarlo a tus horarios y obligaciones. Sólo tienes que ser consciente de que necesitas esos cinco minutos para ti y liberarte de cualquier otra distracción mientras lo pones en práctica.
Te explicamos punto por punto
cómo poner en práctica la regla 5×5:
1. Cuerpo
El primer bloque de cinco minutos está dedicado a cuidar tu cuerpo, lo que incluye actividades que
te ayuden a liberar estrés
para
reequilibrar tu energía. Puedes practicar una sesión de yoga corta, realizar ejercicios de estiramiento, dar un paseo o incluso echarte una siesta.
Cualquier actividad que
te ayude a recargar energías. La clave es que lo hagas de manera intencionada y durante cinco minutos. Hay personas que necesitan algo más tranquilo, para las que se recomienda la meditación o la respiración profunda, y otros que necesitan activarse, para quienes les vendría mejor salir a correr o practicar alguna rutina de cardio.
2. Mente
El siguiente bloque de cinco minutos está dedicado a
estimular y calmar tu mente. Se trata de encontrar un espacio para que tu mente pueda reposar y recuperarse, lo que puede incluir la lectura, escribir un diario, hacer una lista de cosas pendientes para descargar tu memoria o incluso practicar mindfulness.
La regla 5×5 mejora el bienestar físico y psicológico. /
Foto de Thirdman en Pexels.
La idea es practicar este bloque
de manera intencional durante cinco minutos. Hay personas que puede que necesiten apagar su móvil para lograr relajar así su mente y evitar tentaciones. Hazlo, sal a dar un paseo o medita sobre aquellas cosas por las que puedes estar agradecida.
3. Emociones
Los cinco minutos siguientes están destinados a
gestionar tus emociones. Para ello, debes aprender a identificar qué es lo que sientes y lograr expresarlo, algo que no siempre es fácil. Conseguirlo te ayudará a mantener un equilibrio emocional y a liberar tensiones acumuladas.
Para ayudarte a soltar el nudo emociona
l puedes probar a escribir un diario en el que seas completamente franca contigo misma, puesto que nadie más lo va a leer. Hablar contigo misma también es productivo, siempre y cuando lo hagas con un diálogo interno positivo y desde la autocompasión.
4. Relaciones personales
El siguiente bloque de cinco minutos está dedicado a
conectar con otras personas para fortalecer tus vínculos y mejorar tu bienestar social. No hablamos de relaciones superficiales con las que pasar el rato, sino de interacciones significativas y auténticas que te llenen.
Para ello, puedes enviar un mensaje a un amigo o familiar o llamar por teléfono a alguien con quien no hablas desde hace tiempo. Si lo has planificado con tiempo, también
puedes ver a esas personas cara a cara, tomándote un tiempo para tomar un café o dar un paseo por el parque.
5. Entorno
El último bloque de cinco minutos está destinado a
ordenar y mejorar tu entorno, ya que un espacio organizado y agradable puede influir positivamente en tu estado de ánimo y energía. Aunque creas que no te afecta, convivir con un espacio desordenado es un foco de estrés visual que se traduce a tu estado anímico.
Para conseguir este pequeño hito diario no hace falta que te pongas en modo zafarrancho de limpieza. Puedes comenzar
ordenando una pequeña superficie, como el escritorio en el que trabajas a diario. Y no sólo ordenar, sino también mejorarlo colocando una planta natural o abriendo las ventanas para dejar entrar el aire.