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sábado, febrero 8, 2025

Si tu coche no tiene etiqueta o tiene la B y quizá le corresponda la C, con este método puedes conseguir la correcta

Las etiquetas de la DGT se establecen por fecha de matriculación, pero en realidad depende de la normativa europea, así que hay que estar atentos.

Las etiquetas de la Dirección General de Tráfico (DGT) llevan con nosotros muchos años, pero durante gran parte de este tiempo no se les ha prestado mucha atención salvo en las grandes ciudades y, desde hace un año, en los lugares que han estrenado sus Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).

Con la proliferación de éstas, muchos conductores despistados si se han interesado por el tema, sobre todo en los casos en los que hablamos de coches sin etiqueta que ven muy limitada su movilidad. 

El mejor ejemplo de ello es Madrid, donde a partir del 1 de enero de 2025 estarán vetados todos los coches ‘etiqueta A’ (categoría oficiosa, que no oficial), lo que está haciendo que mucha gente necesite buscar soluciones alternativas de movilidad. 

Hay quienes están comprando coches nuevos, o de segunda mano pero con distintivo medioambiental, pero lo que no muchos saben es que es posible que a su coche sin etiqueta en realidad le corresponda una etiqueta B (o que si tiene ésta, le corresponda en realidad una etiqueta C). 

El problema radica en la manera que tuvo la DGT de establecer la adjudicación de las etiquetas, que se basa en la fecha de matriculación, cuando al clave es que el motor del coche cumpla con la normativa Euro correspondiente, lo que hace que automóviles matriculados con anterioridad, pero que tuvieran una mecánica adherida a la normativa, deberían tener el siguiente distintivo medioambiental.

Vamos a explicarlo. Lo primero es ver lo que dice la DGT sobre las etiquetas:

  • Etiqueta C: tendrán derecho a esta etiqueta turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculadas a partir de enero de 2006 y diésel a partir de septiembre de 2015
  • Etiqueta B: tendrán derecho a esta etiqueta turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculadas desde el 1 de enero de 2001 y diésel a partir de 2006

A esto se suma el hecho de que los automóviles de gasolina matriculados hasta diciembre del año 2000 y los diésel matriculados hasta diciembre de 2005, entran dentro de la categoría de los coches sin etiqueta.

Ahora bien, la realidad es que la etiqueta C le corresponde a los turismos de gasolina que cumplan con las normativas Euro IV, Euro V o Euro VI; así como a los diésel que cumplen con la Euro VI; mientras que la etiqueta B es la que deben lucir aquellos gasolina que cumplan con la Euro III y los diésel que hagan lo propio con las Euro IV y Euro V.

Así, si tu coche fue matriculado en una fecha muy próxima al “salto” entre etiquetas, existe la posibilidad de que su motor cumplir con las exigencias de la categoría superior, lo que supone toda una serie de ventajas, siendo lo más obvio el paso de nada a B, pero en los próximos años, cuando se empiece a limitar a los B, el paso a los C.

Ahora bien, ¿cómo saber si tu coche es uno de estos casos? En el manual del vehículo se puede ver qué normativa europea cumple el motor, con esta información hay que ir a un taller oficial para que lo acredite así y después hay que solicitar el cambio a la DGT, lo que suele ser la parte más lenta por temas burocráticos. Se pagan la tasa y la nueva etiqueta, y ya está completo el proceso.

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