Un encuentro entre científicas y estudiantes pone el foco en las ciencias, la tecnología y la sanidad como las profesiones de futuro

«Lo de ser científica no se me pasaba por la cabeza. Lo que yo quería es ser maestra, porque eran los únicos referentes profesionales que yo tenía en ese momento».
Ester Lázaro es investigadora y coordinadora del Departamento de Evolución Molecular en el Centro de Astrobiología, donde dirige el grupo de estudios de Evolución Experimental con Virus y Microorganismos. Allí, trata de dar respuesta a una de las grandes interrogantes que nos hacemos desde que el mundo es mundo: ¿hay vida ahí fuera?

Lázaro es astrobióloga y trabaja en un campo en el que las mujeres siguen siendo minoría y el que las vocaciones femeninas, en forma de matriculaciones en
carreras de ámbito STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), menguan año tras año.

Y como le ocurrió a ella hace 30 años, cuando le tocó decidir hacia dónde encaminar su carrera, la falta de ejemplos femeninos en la ciencia aún sigue siendo un freno en este 2024 para que las estudiantes se decanten por carreras científicas.

Para analizar la situación y tratar de fomentar las carreras STEM entre las chicas, Mujerhoy ha organizado su
II Jornada STEM Mujerhoy, patrocinada por la farmacéutica Novartis, la Universidad Europea y la Comunidad de Madrid. Un encuentro entre un centenar chicas de 4º de ESO y 1º de Bachillerato y seis mujeres relevantes de los ámbitos científico-tecnológico y sociosanitario para fomentar las vocaciones científicas en esas áreas.

Ante un auditorio de estudiantes de entre 14 y 16 años, Ester Lázaro destacó que la
escasez de vocaciones en las carreras STEM se debe, en parte, «a la falta de visibilidad de referentes femeninos en la ciencia».

Sara Torre, directora de Empleabilidad y Emprendimiento de la
Universidad Europea, en una ponencia titulada ‘El futuro es científico’, comenzó enumerando a un grupo de mujeres que fueron pioneras en las carreras de ciencias y que se convirtieron un espejo en que se miraron todas las científicas que vinieron tras ellas, como la premio Nobel en Física y Química Marie Curie, la matemática y física de la NASA Katherine Johnson, la bióloga molecular Jennifer Doudna o la médica y astronauta Mae Jemison.

Torre señaló también que «la capacidad para trabajar en equipo, el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad para resolver problemas complejos», soft skills que las mujeres tienen más desarrolladas, van a ser en unos años las habilidades más demandadas en los procesos de selección. E indicó en 2035, cuando se incorporen al mercado las mujeres que hoy cursan 4º de la ESO o 1º de Bachillerato, las
tendencias laborales que estarán en boga responderán a cuatro áreas: tecnología (inteligencia artificial, ciberseguridad, manejo de grandes paquetes de datos, automatización), salud, sostenibilidad y otras áreas científicas como la Biología, la Física o la Química,

Y sacando su bola de cristal se atrevió a atisbar profesiones que hoy no existen o aún son muy incipientes, y que serán muy relevantes en solo diez años: operadores de robots médicos, analistas de datos de salud, agricultores verticales, especialistas en ética de la inteligencia artificial, entrenadores de bienestar digital, facilitadores de comunidades virtuales o expertos en personalización de la biotecnología.

Mayoría en la Universidad, minoría en Ciencias

Según los últimos datos del
Ministerio de Educación, solo el 20 por ciento de las estudiantes de Secundaria cree que desarrollará una carrera profesional en el ámbito de la salud, y apenas un 7,3% que lo hará en las áreas de Ciencias y Tecnología.

Y eso se traslada a la
Universidad, donde las mujeres son el 52% del alumnado, pero en las carreras de Ingeniería, Industria y Construcción apenas son el 30% y en Informática no llegan al 13%.

A la vista de los datos, lo que se impone, a juicio del
panel de expertas de la II Jornada STEM Mujer hoy, es fomentar las vocaciones. Unas inclinaciones científicas que hoy por hoy son escasas.

Por eso, en la mesa redonda final de esta jornada,
Belén Bernardos, Distinguished Solution Engineer en Salesforce;
Emanuela Spagnolo, ginecóloga y cirujana robótica del Hospital La Paz, especializada en el robot quirúrgico Da Vinci;
Ana Fernández Aberturas, directora de Almacenamiento y Servicios de Datos y en Hewlett Packard Entrepise; e
Irene León, directora del área de Inmunología en Novartis trataron de responder a la pregunta clave: ¿por qué las carreras STEM no atraen a las mujeres?

«No es por falta ni de capacitación ni de valía ni porque sean carreras ‘masculinas’», señaló la cirujana Emanuela Spagnolo.

A lo que Ana Fernández Aberturas destacó ante el centenar de chicas de entre 14 y 16 años reunidas en el auditorio de Vocento que ante ellas se abre un mundo de posibilidades en el que podrán elegir, cambiar, aprender, afrontar cualquier reto que se les presente y
disfrutar del proceso. «Reconozco en las vocaciones STEM –señaló– una capacidad única para resolver problemas desde enfoques creativos, inclusivos y diversos. Y talentos como los vuestros, especialmente en las ingenierías y en disciplinas como las Matemáticas o la Física, son imprescindibles para mejorar la forma en la que las personas viven y trabajan».

Irene León señaló que como ingeniera química con un largo recorrido en el sector del healthcare y actualmente como responsable del área terapéutica de inmunología en Novartis España es consciente de lo importante que es «acabar con los estereotipos de género y cómo
la diversidad y la inclusión transforman equipos y resultados».

Y Belén Bernardos apuntó que la era hacia la que nos encaminamos, en la que el uso intensivo de la tecnología va a ser clave para atender las demandas sociales, «va a requerir de perfiles que combinen una alta capacidad de
transformación digital con una enorme creatividad y habilidades laborales que vayan más allá de lo que indique la titulación».

Como cierre a la jornada, la
ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, compartió con todas las chicas del auditorio un deseo: que cultiven con alegría rebelde la curiosidad. «Abrid caminos para cambiar paradigmas –señaló–, tanto en el acceso a las carreras STEM como a otros ámbitos. Porque el futuro no está escrito».