El Abarth 600e llega como el segundo eléctrico de la marca y su coche más potente hasta la fecha, pero ¿realmente tiene la deportividad que se espera? Para comprobarlo, lo hemos probado en carretera y en circuito.
El coche que me acompaña hoy tiene cierta importancia. Se trata del Abarth de producción más potente hasta la fecha y también del segundo coche eléctrico de la marca italiana, que ya se adentró en el terreno de los coches de baterías con el 500e. Se llama Abarth 600e y he podido probarlo en carretera, pero también en el circuito de pruebas de Stellantis, en Balocco (Italia).
Solo en un trazado en condiciones se pueden comprobar realmente las capacidades de un coche de cualidades deportivas, aunque no se trata de un modelo especialmente potente para lo que suelen ofrecer los BEV. En concreto, rinde 240 o 280 CV, en función de la versión que escojas.
La primera variante es la Turismo, con 240 CV, mientras que la Scorpionissima rinde 280 CV. Esta última es la que voy a conducir y es la más interesante, pero también será la menos común, ya que está lamentablemente limitada a 1.949 unidades.
En ambas configuraciones del Abarth 600e encontramos un motor eléctrico delantero, y aunque la potencia varíe, el par se mantiene en 345 Nm. Donde sí hay más diferencias es en la aceleración de 0 a 100 km/h, de 6,24 segundos en el Turismo y 5,85 segundos en el Scorpionissima. La batería, mientras tanto, es de 54 kWh y permite contar con 334 km de autonomía combinada WLTP.
Si bien la autonomía no es demasiada, al menos deberías pasártelo bien hasta que se agote la batería. Es así por la potencia mencionada, pero también por otros elementos pensados para mejorar el comportamiento dinámico, tales como unos frenos Alcon con pinzas delanteras de cuatro pistones y un diferencial mecánico de deslizamiento limitado Torsen de JTEKT.
Todo esto permite que este modelo se diferencie claramente del Fiat 600e en el que se basa, con un trabajo de puesta a punto en el que ha jugado un importante papel Stellantis Motorsport. Así, se ha trabajado en la técnica, pero también en lo que se ve, con una apariencia más deportiva y con algunas referencias retro.
Deportividad que no te dejará indiferente
El diseño del Abarth 600e cuenta con varios elementos llamativos. Por ejemplo, el color Hypnotic Purple metalizado de mi unidad de pruebas. Es específico de la edición Scorpionissima, pero no lo son elementos como el frontal de estilo ‘nariz de tiburón’, con la palabra ‘Abarth’ en el centro y unas formas cuadradas que hacen referencia al “Cassettone” del Abarth 850 TC.
Este patrón también se puede ver en el paragolpes trasero, donde hay además una especie de difusor. También aquí detrás destaca el alerón cuadrado, mientras que en el lateral atraen las miradas las llantas diamantadas de 20 pulgadas con cubiertas que crean la ilusión de llantas monotuerca y neumáticos Michelin Pilot Sport EV 225/40 R20.
Si salto al interior del Abarth 600e, la disposición es como la del hermano de Fiat, pero reinan los tonos oscuros y materiales como la Alcántara. Por supuesto, hay un volante más deportivo y unos asientos delanteros Sabelt muy cómodos en sus dos versiones, con los más deportivos ofreciendo muy buen agarre. Detrás, mientras tanto, se echa en falta más espacio.
En el apartado tecnológico a bordo, una pantalla de 7 pulgadas hace de cuadro de instrumentos y una central de 10,25 pulgadas ejerce las funciones de infoentretenimiento. Eso sí, tienen una nueva estética y vistas de rendimiento, con datos del voltaje de la batería, fuerzas G o el flujo de energía.
Esto es algo que verás en la pantalla central, desde donde en la versión Scorpionissima puedes además activar el sonido exterior. Es algo parecido a lo que ofrece el 500e, con un sonido al ralentí que recuerda a un motor de combustión, aunque al acelerar ya no imita a un motor térmico y reduce su volumen. También puedes desactivarlo, claro.
¿Cómo se comporta?
Esta prueba del Abarth 600e tiene dos partes: ciudad y circuito, aunque esta última es la más interesante. Aun así, empiezo por la calle, donde realmente no se deja entrever esa deportividad que define a esta versión, especialmente en el modo Turismo de conducción.
Aquí, el coche se comporta como el Fiat homónimo, con un tarado de la suspensión no demasiado firme y un tacto suave en la conducción, tanto en la dirección como en el pedal del freno. Es cómodo, pero no transmite demasiado al volante en una conducción normal. Solo ofrece confort y silencio, aunque en autopista se deja notar el sonido de la rodadura.
En definitiva, en tramos urbanos no hay sorpresas para bien o para mal y no te va a dar sorpresas desagradables. Ahora bien, ¿qué hay de su lado más deportivo? Con un peso de 1.625 kg, este ya no es un coche tan ligero como otros Abarth, pero desde la marca aseguran que tiene garra, especialmente en modos de conducción como el Scorpion Track.
Desde luego, aquí cambian muchas cosas, ya que la entrega de potencia es más decidida y el tacto del freno y la dirección es más firme. También se nota más dura la suspensión, lo que hace que no solo haya un buen comportamiento en línea recta, sino que en curvas sea mucho mejor de lo que te esperas.
También gracias al bajo centro de gravedad y el diferencial Torsen, en los giros se percibe muy estable y cualquier pérdida de agarre se puede solucionar con total facilidad. Es muy fácil colocar el coche en distintas curvas, sin que se note torpe en las más reviradas.
En general, los frenos ofrecen una buena mordida y la dirección es rápida, aunque es mejorable. Personalmente, me gustaría que fuese más comunicativa y su asistencia es algo intrusiva cuando le exiges de más, lo que hace que no te llegues a encontrar cómodo al 100% en el ritmo más alto. Aun así, en el resto de las situaciones no habrá problema.
Especialmente en la zona más revirada del complejo de pruebas de Balocco, que se conoce como el ‘Nurburgring’ de este recinto, reconozco que el Abarth 600e me sorprende con su forma de moverse entre curvas de distintos ángulos y cambios de rasante pronunciados. Sin duda, este no es un Fiat con una estética más deportiva y un precio más caro.
Precio y rivales
En concreto, el precio del Abarth 600e arranca en 45.000 euros sin ayudas ni descuentos para la versión Turismo y en 49.000 euros el Scorpionissima. Podría ser más atractivo con las ayudas que le sitúen por debajo de los 40.000 euros, aunque cuestiones como su autonomía pueden jugar en su contra.
Ahora bien, ¿qué hay de sus rivales? El Mini Aceman John Cooper Works de hasta 258 CV parte de 50.050 euros y ofrece unos 355 km de autonomía, mientras que otro eléctrico prestacional interesante es el Cupra Born VZ, con 326 CV y 591 km de autonomía por 46.670 euros.
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