Muchos conductores apuran el depósito de combustible hasta casi la última gota, pero esto no es nada recomendable. Los coches no deben entrar nunca en la reserva debido a una peligrosa razón.
Casi nunca es buen momento para ir a la gasolinera a repostar. Muchas veces por pereza y dejadez, otras porque el bolsillo empieza a resentirse y hay muchos gastos que cubrir… Sin embargo, los coches no deben entrar nunca en la reserva por una peligrosa razón.
Es bastante habitual no prestar atención al depósito de combustible hasta que se enciende el correspondiente testigo en el cuadro de instrumentos que avisa que ya queda poco. Y es también muy común entre los conductores apurar al máximo la cantidad de carburante.
Pero hay varios motivos por los que hacer esto no es buena idea para la integridad del vehículo. Para empezar, porque corres el riesgo de quedarte tirado en la carretera.
Es cierto que, cuando se enciende la luz de reserva, los coches tienen todavía una cierta autonomía que, dependiendo del vehículo y de otros factores como el estado del motor, la manera de conducir o el estado de la vía, puede oscilar entre los 50 y los 100 kilómetros.
También es verdad que hace muchos años que los automóviles informan, de manera más o menos exacta, de la autonomía en función del nivel de carburante. Igualmente, los coches más modernos cuentan con un indicador digital que indica cuántos kilómetros faltan para que el combustible se agote por completo.
Por qué no debes esperar a que tu coche entre en la reserva
A pesar de lo dicho arriba, muchos conductores no sólo esperan a que se encienda la reserva para repostar, sino que tienen la costumbre de apurar el depósito incluso después de encenderse el testigo.
Muchos expertos en mecánica y automoción recomiendan acudir a la gasolinera antes de encenderse la luz de la reserva y advierten que conducir con poco combustible entraña peligro.
Uno de los motivos ya lo hemos señalado antes y es el riesgo de que se agote la gasolina y te quedes tirado. Y ojo, porque esta situación implica una multa. No el hecho de quedarte sin gasolina, sino el haber dejado el coche parado en un lugar indebido. La multa es de 200 euros.
Pero otro motivo que entraña un peligro serio para la salud del vehículo: el desgaste de la bomba de combustible. Cuando el tanque está vacío, la bomba tiene que hacer un esfuerzo mayor para absorber la gasolina.
Ésta refrigera la bomba cuando pasa a través de ella y un nivel bajo de combustible puede provocar que se formen burbujas de aire, impidiendo la correcta refrigeración de la bomba y aumentando las posibilidades de fallo prematuro. Este sobreesfuerzo acorta la vida útil de la bomba de gasolina.
Y estamos hablando de una avería bastante cara, sobre todo, por la mano de obra, ya que, en algunos vehículos, requiere desmontar todo el depósito de combustible y hasta el eje trasero. De una amplia factura de tres dígitos no se escapa nadie.
Acumulación de impurezas
Otra peligrosa razón por la que tu coche no debe entrar en la reserva es la acumulación de impurezas en el fondo del depósito. Los combustibles contienen unas impurezas que, con el tiempo, se asientan en el fondo del tanque.
Si el nivel de carburante es muy bajo, la bomba de gasolina absorbe esos sedimentos y llegan al motor, lo que puede provocar la obstrucción de algunas piezas, como la propia bomba, el filtro de combustible y hasta los inyectores. Este problema es mayor en los coches diésel debido a las características de este combustible.
Por tanto, para evitar que aparezcan estas averías tan caras y prolongar la vida útil de tu coche, no apures el depósito de gasolina y acude a repostar antes de que se encienda la reserva.
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Etiquetas: Mantenimiento del coche, gasolina, Diésel, Combustibles, carburantes