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domingo, noviembre 24, 2024

El día que los Dalton marcaron el fin del Lejano Oeste: el asalto de Coffeyville

En 1892, la banda de los Dalton intentó el robo más audaz del Lejano Oeste, pero el fallido asalto a dos bancos en Coffeyville marcó no solo su fin, sino también el ocaso de los grandes forajidos a caballo en Estados Unidos.

El día que los Dalton marcaron el fin del Lejano Oeste: el asalto de Coffeyville

Christian Pérez


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Christian Pérez

Redactor especializado en divulgación científica e histórica


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A finales del siglo XIX, el Lejano Oeste estadounidense aún se resistía a desaparecer. El paisaje de llanuras interminables y pequeños pueblos era el escenario perfecto para los forajidos que cabalgaban en busca de botines rápidos y aventuras fuera de la ley. La expansión del ferrocarril, la llegada de nuevos colonos y la consolidación de las fuerzas del orden presagiaban un cambio radical. Entre los últimos en desafiar esta transformación se encontraban los hermanos Dalton, quienes en 1892 realizaron un asalto que, aunque fallido, marcó el fin de una era: el intento de robar dos bancos simultáneamente en Coffeyville, Kansas.

Los últimos días del Lejano Oeste

En las décadas posteriores a la Guerra Civil de Estados Unidos, el Lejano Oeste se convirtió en un refugio para aquellos que buscaban una segunda oportunidad o, en muchos casos, para aquellos que querían evitar la justicia.

Figuras como Jesse James y Billy el Niño se convirtieron en leyendas vivientes, sus nombres asociados con robos espectaculares y audaces escapadas a caballo. Los Dalton, que compartían parentesco lejano con los James, siguieron sus pasos en un momento en que el romanticismo del forajido empezaba a desvanecerse.

El Oeste ya no era el mismo. La llegada del ferrocarril y el telégrafo facilitaban la comunicación y la movilización rápida de los agentes de la ley. Además, los bancos habían comenzado a fortificarse y a utilizar sistemas de seguridad más avanzados, lo que hacía cada vez más difícil lograr un robo exitoso. Sin embargo, los Dalton, motivados por la codicia y una mezcla de orgullo y desesperación, decidieron desafiar las probabilidades.

El día que los Dalton marcaron el fin del Lejano Oeste: el asalto de Coffeyville
Las llanuras del Lejano Oeste fueron testigos de los últimos días de gloria y tragedia de los hermanos Dalton, quienes desafiaron al progreso en busca de fortuna. Ilustración artística. Foto: Dall-e/Christian Pérez

Ascenso y caída de la banda de los Dalton

Los hermanos Bob, Grat y Emmett Dalton no nacieron forajidos. Al principio, trabajaron como ayudantes del sheriff en California, pero las tentaciones del crimen y las oportunidades fáciles de enriquecerse los llevaron por un camino diferente. La banda comenzó robando trenes, una práctica popular en la época, pero rápidamente cambiaron su enfoque a los bancos, que prometían recompensas más jugosas.

Bob Dalton, el líder del grupo, tenía un carácter ambicioso y confiado, lo que lo llevó a idear el asalto de Coffeyville como una muestra de fuerza y destreza. Con el apoyo de Grat, Emmett y otros miembros de la banda, Bob planeó lo que sería su golpe más ambicioso: atacar dos bancos al mismo tiempo en pleno día, algo que ningún otro grupo había intentado. La idea era asombrar al público y, al mismo tiempo, llenar sus bolsillos con miles de dólares.

Coffeyville, 1892: el gran asalto final

El 5 de octubre de 1892, la banda de los Dalton llegó a Coffeyville, Kansas. Disfrazados para no levantar sospechas, se separaron en dos grupos: uno se dirigió al First National Bank y el otro al Condon Bank. El plan parecía perfecto, pero lo que no habían anticipado era la valentía y determinación de los ciudadanos locales.

Al ser un pequeño pueblo acostumbrado a la violencia del Lejano Oeste, Coffeyville no se dejó intimidar. En cuanto los Dalton comenzaron el asalto, los ciudadanos se armaron rápidamente, utilizando pistolas y rifles de las tiendas locales. Un grupo de residentes se atrincheró en las calles, listos para enfrentar a los asaltantes. El tiroteo que siguió fue feroz y violento. Bob y Grat Dalton, junto con otros miembros de la banda, cayeron bajo el fuego de los ciudadanos que defendían su ciudad.

A lomos de sus caballos, los forajidos se enfrentan a un mundo que ya no les pertenece, mientras las fuerzas del orden y el progreso cierran cada vez más el cerco. Ilustración artística. Foto: Dall-e/Christian Pérez

Solo Emmett Dalton, gravemente herido con múltiples disparos, sobrevivió al tiroteo y fue capturado. A pesar de haber sido disparado veintitrés veces, logró sobrevivir y fue encarcelado, poniendo fin a la era de los Dalton. El asalto de Coffeyville, con su fracaso estrepitoso, marcó no solo el fin de la banda, sino también un punto de inflexión en la historia del Oeste: la época de los forajidos a caballo llegaba a su fin.

El fin de una era: del forajido al gánster

El fallido asalto a Coffeyville simboliza la transición del criminal del Oeste al gánster urbano que dominaría el siglo XX. Mientras que los Dalton seguían operando bajo un modelo de crimen antiguo, basado en la velocidad de los caballos y el uso de armas de fuego simples, el mundo estaba cambiando. La urbanización y la expansión de las redes ferroviarias y telegráficas permitieron a las autoridades actuar con mayor rapidez y eficacia.

A medida que avanzaba el siglo, la figura del forajido fue reemplazada por la del gánster moderno, quien utilizaba coches y ametralladoras en lugar de caballos y revólveres. Emmett Dalton, tras cumplir su condena, intentó reconvertirse y aprovechar su notoriedad para ganar dinero en la industria del cine. Publicó memorias e incluso llegó a protagonizar películas sobre su vida, transformándose en una figura nostálgica que personificaba el fin de una era.

Sea como fuere, los Dalton, como Jesse James y Billy el Niño, se convirtieron en símbolos del Oeste salvaje y romántico que ha sido perpetuado en la literatura y el cine. Películas y novelas han retratado sus hazañas, a menudo adornando la realidad para alimentar la leyenda de los «héroes fuera de la ley». Aunque en la realidad sus acciones causaron dolor y muerte, la narrativa romántica del forajido que desafía al sistema sigue capturando la imaginación del público.

La historia de los Dalton sigue fascinando, en parte porque representa un momento en que el mundo cambiaba a un ritmo acelerado, y aquellos que no se adaptaron, como los Dalton, fueron dejados atrás. Sin embargo, su legado persiste, y su historia sigue siendo contada como un recordatorio del breve y turbulento momento en que los forajidos cabalgaban libres por las llanuras del Oeste.

Caravana al Oeste

Los Dalton: Los últimos forajidos, de Tom Clavin

La reciente publicación del libro Los Dalton: Los últimos forajidos de Tom Clavin por parte de la editorial Pinolia ofrece una oportunidad única para redescubrir esta historia fascinante con un enfoque riguroso y lleno de detalles. Clavin, conocido por sus obras sobre el Lejano Oeste, presenta a los Dalton no solo como criminales, sino como figuras complejas atrapadas en un mundo en transformación.

El autor, Tom Clavin, ha sido aclamado por su capacidad para combinar precisión histórica con una narrativa apasionante. En este libro, explora los orígenes de la banda y sus motivaciones, describiendo cómo estos jóvenes que una vez fueron hombres de la ley se convirtieron en los últimos grandes forajidos de América. Además, Clavin no solo se enfoca en sus crímenes, sino también en los intentos de redención y los conflictos internos que enfrentaron.

El libro ha recibido críticas positivas, elogiando su enfoque equilibrado y su habilidad para contextualizar las acciones de los Dalton en un momento histórico de gran cambio. Con una prosa envolvente, Clavin transporta al lector al corazón del salvaje Oeste, permitiéndole entender las fuerzas que moldearon las vidas de estos hombres.

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