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sábado, septiembre 7, 2024

He empezado a practicar yoga solo 10 minutos al día y mi cuerpo está más definido (y me siento mucho mejor)

La práctica de yoga tiene beneficios físicos y mentales.

La práctica de yoga tiene beneficios físicos y mentales. /
Imagen: Instagram: @xuanlanyoga

Hace unos años practicaba yoga varias veces por semana. Se trataba de
Ashtanga yoga,
una modalidad muy exigente físicamente que ayuda a fortalecer el cuerpo y a quemar grasa, además de ayudarte a centrar la mente debido a la importancia que se le da a la respiración.

Pero luego el tiempo pasó. Un embarazo, una mudanza y la maternidad (por ese orden) me alejaron del yoga. En mi nuevo barrio no encontraba un sólo centro de yoga que no practicasen
hatha,
una disciplina más tranquila que no termina de ofrecerme lo que busco en un deporte.

Pero entonces, nueve años después, decido
dejar de fumar y empiezo a notar que necesito
cambiar ciertos hábitos que mi mente relaciona con el cigarrillo. Uno de esos hábitos era subir a la terraza después de cenar, un momento de paz lejos de las responsabilidades familiares que me habían reconciliarme con la vida.

No estaba dispuesta a renunciar a ello pero, ¿cómo conseguir que mi mente no relacionase ese momento con el tabaco? La respuesta la encontré en
la práctica diaria de yoga. Sólo 10 minutos centrada en mí misma que consiguen que me olvide de la ansiedad por el tabaco y el estrés de la vida diaria.

Pero no sólamente me ayuda a nivel mental, sino que también influye en el físico. Y es que desde que practico esos 10 minutos de yoga al día,
mi cuerpo se ve mucho más tonificado, sobre todo la parte de los brazos y el abdomen, que sostienen el peso de cuerpo en las diferentes asanas.

Sólo hace falta 10 minutos al día para notar los beneficios del yoga.

Sólo hace falta 10 minutos al día para notar los beneficios del yoga. /

Imagen de freepik.

Una rutina de yoga de 10 minutos para practicar a diario

En mi caso
sólo realizo varios saludos al sol, tanto el saludo al sol A como el B. Puede que con el tiempo vaya cambiando la rutina, pero ahora mismo es lo que me sienta bien. Pero si repetir una y otra vez los mismos movimientos te resulta aburrido, puedes añadir otras posturas a tu práctica.

Eso sí, el comienzo siempre tiene que ser con el saludo al sol, una asana que
fomenta el equilibrio además de masajear los órganos del abdomen, lo que mejora el proceso digestivo. Además, ayuda a calmar la mente y a reforzar la fuerza interior, permitiendo tammbién mejorar la circulación sanguínea.

Después puedes hacer
la postura del árbol, de pie, elevando las los brazos opr encima de la cabeza mientras alaergas el tronco y contraes los abdominales. Después debes llevar todo el lpeso del cuerpo a la pierna derecha elevando la izquierda y apoyándola en la cara interna del muslo.

También puedes probar con
la asana del niño y el gato. Sentada sobre tus nalgas, recuéstate hacia adelante echando los brazos hacia atrás y tocando la esterilla con la brente. En esta posición llamada el niño conseguirás relajar la musculatura de la espalda y de todo el cuerpo en general.

De ahí pasamos a
la postura del gato, con las rodillas en el suelo, manos y hombros perpendiculares y piernas abiertas a la altura de las caderas. Inhala, contrae los abdominales y exhala expulsando el aire mientras arqueas la espalda y metes la cabeza hacia el interior del cuerpo, mirando hacia tus rodillas. Inhala de nuevo y, al exhalar, levanta la cabeza mientras bajas la parte media de la espalda y elevas el trasero.

Practiques la rutina que practiques, lo ideal es que
te centres en respirar consciente y profundamente, acompasando los movimientos a tu respiración. De este modo, no sólo te fortalecerás físicamente, sino que también lograrás calmar tu sistema nervioso central, alejándote de la ansiedad y el estrés. Palabra de exfumadora.

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