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miércoles, octubre 30, 2024

Descubre la fascinante conexión entre atardeceres rojizos y alimentos transgénicos

La pasada semana estuve en la Playa de la Caleta de Cádiz viendo uno de los atardeceres rojizos mas bonitos del mundo. Allí descubrí que tengo un serio problema. Mientras las personas que allí se agolpaban miraban absortos la maravillosa puesta de sol gaditana, yo relacionaba este espectáculo con infinidad de ramas científicas que se escondían tras el rojizo atardecer. Entre ellas destacaban la física, la química, la meteorología, la ingeniería medioambiental, la agricultura y, sobre todo, con la disciplina a la que dedico parte de mi labor investigadora: la biotecnología vegetal. Les cuento.

La refracción y la dispersión son los principales fenómenos físicos responsables de los atardeceres rojizos. La refracción tiene lugar cuando la luz del Sol se encuentra con la Tierra, desviándose sus rayos de tal forma que sólo algunos se cuelan en la atmósfera.

Ilustración artística de un atardecer rojizo. Foto: Leonardo.ai / Christian Pérez

En ese momento, y debido a la dispersión, la presencia en la atmósfera de diversas partículas divide la luz blanca del Sol en los siete colores del arco iris. Esta dispersión afecta más a la parte azul del espectro de luz, por lo que cuando la luz solar llega a nuestros ojos observamos más zonas rojas y amarillas del espectro.

La posición del sol en el cielo en relación con la nube es otro factor que hace que los atardeceres de cielo rojo gaditano sean tan espectaculares. Cuando el sol se encuentra bajo en el horizonte, los rayos de luz inciden en la parte inferior de las nubes situadas en lo alto del cielo, dando lugar a los espectaculares colores naranja y rojo brillantes que hacen que parezca que el cielo se haya encendido.

Pero estos atardeceres tienen su “lado oscuro”. La dispersión de la luz blanca necesaria para contemplar el color rojo es debida a la presencia en la atmósfera de diferentes sustancias, entre las que se encuentran los aerosoles, coloides de partículas sólidas o líquidas suspendidas en un gas que pueden tener origen natural (actividad volcánica, tormentas de polvo, incendios forestales, etc.) o son generados por la actividad humana (quema de combustibles, sprays, producción de cemento, etc.).

Desgraciadamente, los componentes químicos presentes en estos aerosoles no solo alteran el índice de refracción global de la atmósfera influyendo significativamente en el color rojo de los atardeceres gaditanos, sino que también pueden acarrear consecuencias negativas.

Está demostrado que ausencia de aerosoles en la atmósfera se suelen generar gotas grandes que favorecen la lluvia. Sin embargo, diversos estudios científicos muestran como a medida que aumenta la concentración de aerosoles desciende la probabilidad de precipitaciones, ya que estos coloides frenan el desarrollo de las gotitas que forman nubes, reduciéndose por tanto la probabilidad de lluvia

Está demostrado que ausencia de aerosoles en la atmósfera se suelen generar gotas grandes que favorecen la lluvia. Foto: Leonardo.ai / Christian Pérez

Si esta situación se prolonga en el tiempo llega la terrible sequía y sus nefastas consecuencias, entre las que se encuentran la ausencia de agua para regar los cultivos… y aquí es donde es necesaria la intervención de otra nueva disciplina científica: la biotecnología vegetal.

Gracias a esta importante rama de la ciencia se están diseñando plantas transgénicas resistentes a la sequía como es el caso de una variedad maíz que expresa el gen cspB procedente del Bacillus subtilis, una bacteria que habitualmente se encuentra en los suelos y que tiene la habilidad de formar una endospora protectora que le protege en condiciones ambientales extremas.

Ilustración artística de una planta resistente a la sequía. Foto: Leonardo.ai / Christian Pérez

El cultivo de este maíz transgénico necesita un 10% menos de agua que el del maíz no transgénico, un porcentaje nada despreciable. Esta reducción puede suponer ahorrar millones de litros de agua de riego e incluso aumentar la producción agrícola aunque disminuyan las precipitaciones por culpa de la sequía… y de los aerosoles.

Queridos amantes de los atardeceres rojizos, tras leer este articulo espero que la próxima vez que disfruten de ese maravilloso espectáculo lo miren con los ojos de la ciencia y no olviden que, como les he contado hoy, la biotecnología vegetal, a través del desarrollo de plantas transgénicas que necesitan menos agua para crecer, puede ayudar a combatir los problemas de sequía generados por el uso abusivo de aerosoles, compuestos químicos que contaminan el medio ambiente y favorecen la aparición (gracias a los fenómenos físicos de refracción y dispersión) del tono rojizo que les tiene fascinados. Y es que la ciencia de la vida cotidiana es maravillosa.

Este artículo está dentro de la serie «Ciencia de la vida cotidiana», de José Manuel López Nicolás.

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