Se acabaron los tiempos en los que Red Bull endosaba más de veinte segundos al segundo mejor equipo de la parrilla. McLaren está preparado para arrebatarle victorias a los gigantes de Milton Keynes.
Max Verstappen ya no está solo en la cima de la Fórmula 1, a juzgar por lo ocurrido en las dos últimas carreras. El tricampeón mundial, intocable durante los últimos años, tiene un rival a su altura: se llama Lando Norris y conduce un McLaren. No será el único, porque su compañero Oscar Piastri parece tener el mismo potencial. Lo analizamos en «El día después de la F1», edición Imola.
El Gran Premio de la Emilia Romagna, disputado en Imola, no ha sido lo que esperábamos. O bueno, para ser exactos, no lo fue durante alrededor de 50 vueltas. Como pronosticaba Alonso el sábado, esta era una carrera donde adelantar era prácticamente tarea imposible, pero es que ni siquiera hubo incidentes más allá de un par de salidas de pista que agitaran la clasificación.
Incluso algún aficionado quizás decidiera marcharse a dormir la siesta cuando, después de las paradas en boxes, Max Verstappen seguía liderando la carrera a placer. Error. Porque fue entonces cuando disfrutamos de una bonita (e inesperada) batalla por el triunfo.
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Lando Norris puso en aprietos a Max Verstappen
Repentinamente, a falta de alrededor de 15 vueltas para el término de la carrera, el ritmo de los neumáticos de Max Verstappen se vino abajo. A ello había que añadir que el holandés tenía un aviso de la FIA por haberse saltado los límites de la pista en hasta tres ocasiones, por lo que no podía sobrepasarse para contrarrestar su falta de prestaciones.
Norris, con una mejor gestión de las gomas, consiguió bajar de los cinco segundos de diferencia con Max, realizando vueltas en las que recortaba más de medio segundo al campeón. De este modo, a falta de tres vueltas para el final, se colocó a 1,5 segundos de Max. Así, Lando tenía a tiro su segunda victoria.
En una situación de presión al límite, en un circuito que castiga los errores, ninguno de los dos se fue largo ni pisó la grava. Fue una batalla en una distancia mínima que finalmente ganó Verstappen por tan solo siete décimas. Una vuelta más, y seguramente Norris habría utilizado el DRS para lanzar su primer ataque real sobre el holandés.
La batalla por la victoria que pedíamos
A excepción de la temporada de 2021, en la que Verstappen y Hamilton se jugaron el título en la última vuelta, llevamos años de dominio de un mismo equipo. Incluso en 2016, cuando Nico Rosberg arrebató el campeonato a Hamilton, ambos pertenecían a la misma escudería. Desde 2022, Red Bull ha dominado a placer en la F1, como antes hicieron Mercedes, Red Bull, Brawn GP…
En este tiempo, las diferencias entre Red Bull (habitualmente, Max Verstappen) y el resto de monoplazas han sido superiores a los 20 segundos. Un mundo. Las carreras han sido aburridas porque no había batalla por la victoria; y, por mucho que viéramos una pugna por el tercer escalón del podio, no era suficiente.
Pero ahora, sí que sí, parece que McLaren viene a cumplir con lo que llevamos tanto tiempo pidiendo: un equipo que luche con Red Bull. En las dos últimas carreras, tras la introducción de mejoras por parte de la escudería de Woking, se ha visto que han conseguido llegar a pisar los talones a Red Bull, e incluso a batirles.
En Miami, Norris conquistó su primer triunfo después de verse beneficiado por la salida de un coche de seguridad y colocarse en cabeza de la carrera. Después, Verstappen no consiguió adelantarle, algo poco habitual, salvo que el otro coche esté a la altura. Y en Imola acabamos de verlo: esta vez sí, cuando Red Bull sufre, hay un equipo capaz de arrebatarle el primer puesto.
Pero no es solo cuestión de esperar a que Red Bull falle. A una vuelta, durante la clasificación, McLaren estuvo a punto a arrebatar la pole a Verstappen, tras quedarse a solo 74 y 91 milésimas del holandés con Piastri y Norris. ¡Y eso que Max había sido ayudado por un rebufo! De no ser por eso, seguramente habríamos tenido a un McLaren en la primera casilla de salida de la parrilla…
Esto es un aviso claro para el GP de Mónaco. Zak Brown ha dicho que su coche será fuerte en todos los circuitos. Si la pole lleva color naranja papaya en Mónaco el próximo sábado, Verstappen sufrirá para ganar el domingo en un trazado donde la clasificación cuenta más que en cualquier otro lado. Si hay batalla, todos ganaremos.
