El pueblo español que tiene un paisaje parecido al de Capadocia

Capadocia, en el centro de Turquía, es mundialmente famosa por sus formaciones rocosas que parecen sacadas de cuentos de hadas. Las ‘chimeneas de hadas’ son sorprendentes formaciones rocosas, agujas altas y delgadas de roca que se han formado por la erosión de la suave ceniza volcánica que cubre la región. Durante milenios, la erosión de los elementos creó pináculos coronados que parecen realmente extraídas de un mundo fantástico lleno de fantasía y color. Además, es un lugar históricamente significativo, ya que las civilizaciones antiguas tallaron casas, iglesias, monasterios y ciudades en estas mismas formaciones.

Una aldea excavada en la roca

Pues más cerca de lo que crees, existe un pueblo en España que representa un paisaje similar al de Capadocia: una joya escondida entre las maravillas geográficas de nuestro país. Se llama Cívica, y es una aldea abandonada en la provincia de Guadalajara, situada entre las localidades de Masegoso de Tajuña y Brihuega, a aproximadamente una hora de Madrid (o un poco más, dependiendo del lugar de Madrid desde el que salgas). Así, si quieres disfrutar de este espectacular paisaje, no necesitas viajar hasta Turquía sino acercarte a la conocida como ‘Capadocia alcarreña’.

Quizá lo que no conozcas de este pueblo tan particular es que es obra de un solo hombre. El cura Aurelio Pérez, poco a poco, en sus ratos libres, dedicó horas sueltas a excavar y tallar la piedra durante dos décadas. Quizá te recuerde a las casas-cueva habitadas de Guadix, de las que ya te hemos hablado anteriormente, aunque el conjunto es muy diferente al andaluz.

Su autor

El cura de Valderrebollo, localidad cercana a Cívica, habría heredado un terreno en dicho lugar, pedanía de Brihuega y se le habría ocurrido la idea de tallar la roca, siempre después de dar la misa. Cada día, de 1950 a 1970, se acercaba al terreno junto con vecinos de otros pueblos, para crear puertas, ventanas, pasillos, arcos apuntados, etc. 20 años de su vida en el que construyó la Capadocia española que, al parecer, según informa el Ayuntamiento de Brihuega, esta zona fue habitada por judíos sefardíes y monjes templarios durante la edad media.

En la Edad Media, la práctica de crear lugares parar ermitaños cristianos se había extendido por toda Europa, incluida la Península Ibérica, donde las personas buscaban la soledad en lugares remotos para dedicarse a la oración y la penitencia. La interacción con el mundo exterior era mínima y se limitaba a visitas ocasionales a la aldea local para comprar suministros o participar en celebraciones religiosas. Cívica, en este caso, habría proporcionado un entorno ideal para esos retiros espirituales. Pero no solo se habrían cobijado eremitas de la Edad Media, también judíos sefardíes, templarios que se cobijaron allí después de la ruptura de la Orden del Temple.

El paisaje alrededor de Cívica está marcado por formaciones de piedra caliza que han sufrido una gran erosión que, junto a lo excavado y tallado en la roca, formaron arcos, huecos habitables y otras estructuras -que fueron habitables en su día- que se parecen a las chimeneas de hadas de Capadocia.

Actualmente es una aldea abandonada en una propiedad privada a la que no está permitido el paso, por lo que se irá deteriorando con el tiempo al no tener el mantenimiento adecuado y hay riesgo de derrumbe. Las que sí forman parte de la Red Natura 2000 son las Tobas de la ‘Capadocia alcarreña’, unas formaciones de piedra caliza formadas por la cal de las aguas de los manantiales de alrededor. Lo que sí podemos hacer es contemplar tal maravilla y explorar su alrededores.

La narración dio un giro inesperado cuando, tras la muerte de Don Aurelio, Cívica sufrió una notable transformación hasta convertirse en un bar. El cura no tenía herederos y dejó la suerte de aldea a su ama de llaves. Sin embargo, sus sobrinos optaron por reutilizar el lugar y convertirlo en un bar-restaurante al que bautizaron como ‘El Cojo’, que finalmente cerró.

Citas literarias

En este punto, es imprescindible citar al premio Nobel de Literatura, Camilo José Cela, cuando se hace referencia a este lugar, ya que fue precisamente una de las paradas que realizó en su libro “Nuevo viaje a La Alcarria”, una de sus obras más conocidas. Estas fueron sus palabras: “Cívica semeja una aldea tibetana o el decorado de una ópera de Wagner. El viajero no estuvo nunca en el Tíbet, pero se imagina que sus aldeas deben ser así, solemnes, miserables, casi vacías, llenas de escaleras y balaustradas, colgadas de las rocas y también horadadas en la roca”.

Para llegar a Cívica, hay que trasladarse hasta la localidad de Brihuega, y desde allí encaminarse a Masegoso de Tajuña. La aldea está a 115 kilómetros de la capital de España.

Referencias: