Las calles más raras de España

En la rica cultura española, hasta las calles tienen historias que contar: divertidas, desconcertantes… hay de todo en nuestro callejero. Y es que los nombres de las calles de cualquier ciudad no sirven solo para identificar o encontrar lugares, sino que también suelen ser un espejo que refleja la historia, la cultura o el espíritu comunitario de dicho municipio o ciudad.

¿Quién le pone nombre a las calles?

La denominación de las calles en España, como en muchos países, suele ser competencia del consejo municipal local, del ayuntamiento. Este proceso implica varias consideraciones, incluida la importancia histórica o la celebración de la vida de personalidades notables. Sin embargo, en algunos casos, los nombres de las calles se eligen para definir un aspecto del lugar o incluso alguna anécdota asociada con el área. Estos nombres suelen ser propuestos por residentes, historiadores o comités culturales y requieren la aprobación del ayuntamiento antes de que se vuelvan oficiales. Estas son algunas de las más originales de España.

Calle Me Falta un Tornillo

Situada en Zaragoza, la calle de “Me falta un tornillo” llama la atención de todo el mundo precisamente por su nombre. La historia del origen es tan peculiar como el nombre mismo: ante la inminente apertura de un centro o tienda IKEA, los ciudadanos, con buen sentido del humor por supuesto, votaron por mayoría este nombre tan divertido que iría asociado irremisiblemente a la tienda de muebles y decoración sueca. (Las otras opciones más votadas en Facebook fueron ‘Como en casa, nada’ y ‘Calle del abrazo en el sofá’). No hay duda de que “Me falta un tornillo” es la opción con más ‘salero’.

Calle Válgame Dios

Ubicada en el corazón de Madrid, en pleno barrio de Chueca, el nombre de esta calle podría evocar una petición de intervención divina. Se dice que el nombre proviene de un antiguo convento donde las monjas pronunciaron esta exclamación en respuesta ante un evento en el convento. Dos hombres solicitaron la ayuda de un religioso en el convento de San Francisco el Grande una noche, para asistir a una persona moribunda. Era un barranco despoblado. Cuando llegaron, el fraile y su acompañante se toparon con una mujer y su hijo pidiendo ayuda, justo antes de que los hombres que los acompañaban intentaran asesinar a la mujer para redimir sus pecados. El fraile y su acompañante, asombrados, se enfrentaron a los delincuentes, logrando estrangular a uno mientras el otro escapaba. Desde entonces, recibe el nombre de “Válgame dios”. La calle está un poco escondida; se encuentra situada entre las de Augusto Figueroa y Gravina.

Calle Sal si puedes 

Este nombre intrigante, que se encuentra en varias ciudades, incluidas Madrid, Navarra o Jaén, sugiere una escapada desafiante o una calle difícil de transitar. Históricamente, podría haberse referido a calles estrechas y laberínticas en zonas más antiguas de la ciudad, que podían resultar difíciles de transitar para los extraños.

Calle Catahuevos

Este peculiar nombre lo encontramos en una calle de Almería. Al parecer, deriva de una tradición local donde los huevos ocupaban un lugar destacado. En esencia, que también lo vemos escrito en la placa de la calle almeriense, explica que era el sitio donde los recoveros examinaban la frescura de los huevos colocándolos sobre el hueco del ojo y observándolos contra la luz solar.

Calle de La Alegría de la Huerta

Esta calle con un nombre tan chispeante podemos encontrarla en la capital de España, Madrid (concretamente en Villaverde) y hace referencia a una zarzuela homónima, ambientada en la huerta de Murcia. Se estrenó en 1900, en el Teatro Eslava de Madrid.

Calle Abrazamozas

La calle Abrazamozas podemos encontrarla en Zamora (actual Calle Valdés Leal). Su historia se remonta al siglo XVI, cuando este lugar era frecuentado por jóvenes en busca de romances con damas, y un muchacho en particular se enorgullecía de ocultarse en la penumbra para sorprender con abrazos a cualquier joven desprevenida que caminase sola. Toda una leyenda local.

Calle Cortarrabos

Seguimos en Zamora para toparnos con la calle Cortarrrabos que forma parte de la nomenclatura más antigua de las arterias de la ciudad. En este caso, Cortarrabos, así como la calle Quebrantahuesos, situada también en la misma ciudad, deben su nombre a los oficios que se realizaban en ellas durante el reinado de Carlos III; en las dos calles sus trabajadores se dedicaban al negocio de la carne.

Pero no todo queda en lo jocoso. ¿Sabías que más de 1.200 calles españolas de llevan el nombre del escritor más importarte de nuestra historia? Sí, de Miguel de Cervantes. Le sigue muy de cerca nuestro poeta más universal, Federico García Lorca, con 752 calles que llevan su nombre. Pablo Picasso también es de los que más referencias posee en cuanto a calles. Gracias al mapa interactivo gratuito como parte del programa ‘Stnames Lab’ de la Universidad Pablo Olavide y la Universidad de Sevilla, también hemos averiguado que el genio inventor español Leonardo Torres Quevedo posee hasta 12 calles con su nombre (en lugares tan esparcidos geográficamente como Almería, Granollers, Montilla, Alcalá de Henares, Santander, Simancas o Caravaca de la Cruz).

Referencias: