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viernes, noviembre 29, 2024

De Ayrton a ‘Magic Senna’: Las grandes gestas del mito de la F1

El día que se cumplen 30 años del peor fin de semana de la historia de la Fórmula 1, recordamos las grandes gestas de Ayrton Senna sobre la pista.

Hay un lugar en las proximidades del Circuito de Imola donde Ayrton Senna sigue muy presente 30 años después de su muerte. A miles de kilómetros de su Sao Paulo natal, y a apenas unos metros del lugar donde el piloto brasileño perdió la vida, en la fatídica (y ya prácticamente irreconocible) curva de Tamburello, se levanta un bello homenaje que deja sin palabras a todo aquel que se acerca.

Se accede por el Parco Acque Minerali de Imola, y se llega tras un breve y pacífico paseo, amenizado por el sonido de los pájaros que sobrevuelan el mítico Autódromo Enzo e Dino Ferrari. De repente, emerge la figura de Ayrton Senna por la que parece que no ha pasado el tiempo. 

Desde 1997, esta magnífica obra del artista Stefano Pierotti es lugar de peregrinación para aquellos que añoran a ‘Magic Senna’. Junto a la misma, se levanta un mural que atrae las miradas de curiosos y amantes del motor. Allí han dejado su firma aficionados de todo el mundo; japoneses, italianos, brasileños, españoles… Magic Senna era y sigue siendo universal.

Pero, ¿qué fue lo que hizo que Ayrton Senna llegase a ser considerado un piloto tan especial? ¿Por qué se le sigue recordando 30 años después de su muerte? ¿Era su talento tan inmensamente superior a la del resto de pilotos con los que compartía parrilla en una época tan complicada? Tendrás que juzgar tú mismo.

Memorial Senna en Imola

Ayrton Senna sigue siendo considerado, tres décadas después de su muerte, uno de los mejores pilotos de la historia de la Fórmula 1. No solo por lo que hizo en la pista, también por su carisma e incansable búsqueda de la victoria. Nunca se rindió, y a veces fue más allá de los límites de la máquina, del reglamento e incluso de las leyes de la física. 

Senna brilló bajo la lluvia, perdió y ganó ante Alain Prost, soñó con pilotar para Ferrari y persiguió la perfección por encima de todo. A continuación, repasamos algunas de las grandes gestas que definieron la leyenda. En, definitiva, momentos que forman parte de la historia de la categoría reina del automovilismo y que crearon al mito.

La vuelta de clasificación del GP de Mónaco de 1988

El Circuito de Mónaco es un trazado donde las manos del piloto cuentan por encima del resto. Por mucho que la tecnología haya avanzado y que los simuladores repliquen las condiciones del circuito casi a la perfección para que los pilotos puedan pulir sus habilidades en la sede de la escudería, ‘volar’ entre los muros es otra historia.

Senna logró, hace casi cuatro décadas, rozar la perfección en una vuelta a aquel trazado. Tanto que su giro en clasificación es considerado uno de los mejores jamás realizados en Mónaco. Aquel sábado 14 de mayo, Senna asombró en un estado de absoluta concentración. Estaban su McLaren-Honda y él. Nadie más. El resultado: 1:23.998. 1,4 segundos más rápido que Prost.

«Estaba en una dimensión diferente. El circuito era para mí como un túnel, solo avanzaba y avanzaba. Estaba por encima del límite, pero era capaz de encontrar más». Desafortunadamente, al día siguiente, Senna sufrió un accidente. Un fallo de concentración que no se perdonó cuando tenía 50 segundos de ventaja sobre el segundo. Muy enfadado, abandonó el circuito y se fue a su apartamento.

Cuando desafió a Alain Prost en su primer GP de Mónaco (1984)

Sigamos con Mónaco. Ayrton Senna comenzó su primer Gran Premio en las calles del Principado desde la decimotercera posición. El brasileño competía al volante de un Toleman, uno de los peores coches de la parrilla. Se sabía del talento de Senna, pero todavía no había brillado… hasta aquella tarde mayo.

Un enorme aguacero, así como los abandonos y errores ajenos, permitieron a Senna remontar hasta colocarse en la segunda posición, solo por detrás de Alain Prost… ¡de quien había clasificado a más de dos segundos! Pero, cuanto peores eran las condiciones, más rápido rodaba el piloto de Sao Paulo.

Tanto es así que logró dos vueltas rápidas y redujo la distancia con Alain en casi 20 segundos durante los últimos giros de aquella legendaria prueba. Cuando Ayrton estaba a siete segundos, en la vuelta 31, el entonces director de carrera, Jacky Ickx, decidió ondear la bandera roja para dar por terminada la prueba.

¿Habría ganado Ayrton Senna su primer Gran Premio de Mónaco? Que habría dado caza de Alain Prost es seguro, pero en el ‘casino’ de Montecarlo nunca sabes lo que puede ocurrir. La duda no hizo más que agrandar su leyenda.

Su primera (y sufrida) victoria en el GP de Brasil de 1991

El triunfo en su tierra natal era algo que siempre se le había resistido a Ayrton Senna. Era algo que le dolía, porque por abandonos o infortunios, no había conseguido brindar a su público el triunfo que le pedían desde la grada. Hasta 1991. Aquel año, Senna consiguió subir al puesto más alto del podio de Interlagos… en la que probablemente fuese su victoria más sufrida.

Senna había hecho la pole (era un maestro, logró 65 en su carrera deportiva) y consiguió poner tierra de por medio con respecto a Riccardo Patrese hasta llegar a superar los 30 segundos. Pero Senna no pudo relajarse. 

Cuando faltaban diez vueltas para la bandera a cuadros, su caja de cambios dijo basta: perdió primero la cuarta marcha, así que tuvo que pasar de quinta a tercera directamente; después perdió la quinta y también la tercera.

De forma agónica y con una enorme hemorragia de tiempo, Senna solo tenía a su disposición la sexta marcha para completar los últimos giros. El coche parecía incontrolable y el motor casi se calaba. Con una ventaja de apenas un par de segundos sobre Patrese, Senna – heróicamente –  logró cruzar la línea de meta para alzarse con su victoria más deseada. 

En unas escenas maravillosamente recordadas por la película Senna, el brasileño tuvo que recibir asistencia para bajar de su McLaren, pues sufría calambres tras el enorme esfuerzo realizado. Muy emocionado, tras abrazarse a su padre, sufrió para levantar el trofeo y la bandera de su país en lo más alto del podio. Senna volvería a ganar en Brasil en 1993.

Ayrton Senna Brasil 1991

La primera vuelta del GP Europa 1993

La primera vuelta de Ayrton Senna en el Gran Premio de Europa de 1993, disputado en el Circuito de Donington Park, fue otro de esos momentos mágicos en la historia del piloto paulista. También de la Fórmula 1, ya que esta primera vuelta de Ayrton es considerada una de las mejores completadas en la categoría reina del automovilismo.

En una temporada 1993 donde McLaren no era lo veloz que Senna necesitaba para luchar por el Mundial, esta carrera en Donington Park fue una de sus grandes alegrías frente al imparable Williams de Prost con suspensión electrónica. Ayrton había clasificado cuarto, y en la salida perdió una posición con Karl Wendlinger, cayendo al quinto lugar.

Pero Senna no dio su brazo a torcer, y en apenas unas curvas, superó a Schumacher, a Wendlinger y también a Damon Hill. Por delante solo tenía a Prost, a quien también adelantó apenas unos instantes después para colocarse en la primera posición antes de cruzar la meta por primera vez en la carrera.

Desde entonces, Ayrton fue insuperable hasta ver la bandera a cuadros tras 76 vueltas. Su dominio fue incontestable, como refleja la clasificación de aquella carrera, en la que solo el segundo clasificado – Damon Hill – consiguió cruzar la meta en la misma vuelta que Senna… ¡pero a más de un minuto! Incluso Prost, tercero, fue doblado.

El heroico rescate de Érik Comas en 1992 y la bandera austriaca en su coche

Ayrton Senna fue siempre un piloto muy preocupado por la seguridad, tanto por la propia como la de los pilotos con los que compartía pista. Habló largo y tendido sobre estos asuntos con su buen amigo, el médico de la F1, Sid Watkins. Uno de los grandes gestos de deportividad y humanidad fue el que protagonizó Ayrton con el francés Érik Comas en el GP de Bélgica de 1992.

El entonces piloto de Ligier sufrió un fuerte accidente en la curva de Bianchimont del temido Spa-Francorchamps. Iba a 300 km/h en el momento del accidente y, tras el impacto, uno de los neumáticos de su coche salió despedido y golpeó la cabeza del piloto, quedando este inconsciente pero con el pie sobre el acelerador. Tras el piloto galo rodaba Ayrton Senna.

El brasileño pudo ver el accidente y supo del peligro de la situación. Aparcó su McLaren inmediatamente y se acercó a socorrerle, poniendo su vida en peligro, en medio de una nuble de polvo entre la que pasaban otros coches de F1 a alta velocidad. Ayrton paró el motor del coche y evitó una explosión que habría sido fatal. «Ayrton salvó mi vida», dijo Comas.

Otro gesto que demuestra el enorme respeto que tenía Senna por sus compañeros es aquel que nunca pudo realizar. En la carrera en la que Ayrton sufrió su accidente fatal, y en la que siempre se dijo que no quería correr tras la muerte de Roland Ratzenberger el día anterior, decidió llevar consigo una bandera austriaca para rendir homenaje al malogrado piloto. Desafortunadamente, nunca pudo hacerlo.

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