Teresa Revuelta y Miguel Fierro Corsini. /
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Hace unas semanas se celebraba en Madrid una de las bodas más mediáticas. El alcalde de Madrid se convertía en el protagonista por
contraer matrimonio junto a su pareja Teresa Urquijo. Muchos invitados pasaron por la iglesia como el rey emérito Juan Carlos.
Pues bien, después de
este gran evento nupcial, la capital no ha dejado de celebrar otras ceremonias. Una de las que ha llamado la atención estos días ha sido la de
Miguel Fierro Corsini y Teresa Revuelta Guerrero quienes han dado el ‘sí, quiero’ rodeado de amigos y familiares.
La pareja se ha casado en
la Basílica Pontificia de San Miguel de Madrid. Hasta allí han llegado muchísimos invitados. Desde la madre del novio, Patricia Corsini Cotoner, su hermana, hasta el padre de la novia que ha acompañado a su hija al altar.
Tras la ceremonia, todos los invitados se han trasladado al banquete que ha tenido lugar en una finca privada muy cerca de Madrid. Sin duda, se ha convertido
en la boda del fin de semana que ha reunido a muchas personas del mundo empresarial y de las finanzas.
Aunque hubo muchos invitados, quien llamó la atención fue la novia. Teresa llegó junto a su padre a la iglesia y sorprendió a todos al lucir
una tiara en lugar del clásico velo. Es muy habitual que las novias lleguen con un velo a la iglesia, pero en esta ocasión no lo hizo.
La novia quiso romper esta tradición tan clásica y apostar por un detalle algo más elegante como una tiara.
Este tipo de diademas son muy habituales en royals, lo hemos visto en la mayoría que se han casado y que les aporta un toque de luz al vestido.
Pues bien, la novia quiso lucir esta espectacular tiara de brillantes de lo más original a juego con los pendientes. Para llevar la tiara de forma más cómoda, optó por
un recogido con coleta baja. Un peinado sencillo, pero perfecto para lucir este tipo de diademas.
En cuanto al vestido, Teresa si quiso seguir un poco la línea de lo clásico con
un diseño sencillo con cuello cisne, escote galter y cuerpo de tul de seda que simulaba al clásico velo. Una tela espectacular, muy fluida y que caía sobre una cola que medía unos tres metros aproximadamente.
Está claro que la novia quiso darle un toque más actual al diseño y también cambió los clásicos zapatos en color blanco o nude por
unos de terciopelo en color tostado. Unos zapatos en punta con tacón alto, pero cuadrado para dar más estabilidad y comodidad a la novia.
El vestido también destaca por
el efecto fajín, un fruncido en la zona de la cintura que suelen escoger muchas novias y que da un toque más favorecedor a la silueta. Con respecto al maquillaje, la novia optó por un acabado muy sutil y una manicura francesa.
