Kate Middleton, en una imagen reciente. /
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No soplan buenos vientos en el seno de la familia Middleton. Al grave trance que ha supuesto para ellos
el cáncer que padece la princesa de Gales, tras sufrir además una dura campaña de acoso en las redes con el ‘escuadrón Sussex’ a la cabeza, se suma ahora un nuevo y acuciante problema. Los padres de Kate,
Carole y Michael Middleton, se enfrentan a una dura situación financiera después de que su empresa de artículos para fiestas,
Party Pieces, cayera en suspensión de pagos el año pasado, debiendo a sus acreedores unos tres millones de euros.
Ahora, según informan medios británicos como ‘The Sun’, el problema es tan grave que
los Middleton no pueden pagar los 300.000 euros que deben a la empresa que ha gestionado el procedimiento de insolvencia tras la quiebra de su negocio.
Los padres de la Princesa de Gales habían gestionado durante años Party Pieces, pero en 2023 la otrora boyante empresa entró en
suspensión de pagos y adeudaba a sus acreedores tres millones de euros. Interpath Advisory, una firma contratada para gestionar la insolvencia, es al parecer incapaz ahora de cubrir todos los costes de recuperación.
Se cree que el proceso de insolvencia requirió más horas de las previstas para cumplir los requisitos legales y atender las consultas de los acreedores. Aunque el bufete ha recibido
honorarios por valor de 55.000 euros y se espera que recupere más con el tiempo, ha determinado que no podrá cubrir el importe total de los gastos incurridos.
La crisis de los Middleton: este negocio es una ruina
Party Pieces fue fundada por Carole y Michael Middleton en 1987, siete años después de casarse. Al principio era tan solo un pequeño
negocio de venta de artículos para fiestas que gestionaban desde su cocina. Pero llegó a tener tanto éxito que el dinero generado por él ayudó a pagar el ingreso de la princesa Kate, y sus hermanos Pippa y James, en el prestigioso internado de Marlborough College.
El padre de Kate, Michael, de 74 años, dejó su trabajo como
directivo en British Airways para unirse a su mujer a tiempo completo en Party Pieces en 1989. En 1995, el crecimiento de la empresa obligó a trasladar su sede a unos antiguos edificios agrícolas en el condado de Berkshire.
Carole Middleton en la boda del príncipe Harry y Meghan Markle. /
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Las dificultades financieras de Party Pieces se incrementaron durante la pandemia y la empresa acabó cayendo en suspensión de pagos. Carole, de 69 años, se retiró de la gestión diaria del negocio en 2019 y se convirtió en embajadora de la marca, pero regresó para ayudar a dirigir la empresa mientras buscaba un acuerdo de rescate en la primavera de 2023. Poco después, Party Pieces fue
vendida al empresario James Sinclair por 200.000 euros mediante una administración preconcursal, según publicó ‘The Times’, lo que dejó a Interpath Advisory con fondos limitados para hacer frente a sus obligaciones con los acreedores.
Pero la venta de la compañía
no supuso el fin de los problemas para sus acreedores. Por ejemplo, el portavoz de Sultani Gas, la empresa que les suministraba el helio para los globos, declaraba al ‘Daily Mail’: «Lo que más me duele es que yo confié en ella [Carole Middleton] como la suegra del futuro Rey y, sencillamente, me traicionó».
El enfado de las personas a las que los Middleton siguen debiendo dinero llegó a tal extremo que en Bucklebury, la ciudad natal de los padres de Kate, se llegaron a colocar
carteles en farolas y árboles contra ellos, a modo de guerrilla urbana. En aquel momento se pudo ver a James Middleton, que vive cerca de sus padres, retirando los carteles acusadores.
Carole Middleton, toda una Mary Poppins para su hija
Más allá de su delicada situación financiera, los medios británicos continúan
alabando el papel de Carole Middleton como un ancla en la marejada en la que están instalados los Príncipes de Gales. Al parecer, la noticia del cáncer de su hija dejó a la antigua azafata de British Airways Carole «desesperadamente disgustada».
Carole y Michael Middleton en la coronación de Carlos III. /
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Según escribía la experta de la realeza de la BBC Jennie Bond, «también deberíamos pensar en otra madre: Carole Middleton. Kate puede tener 42 años, pero sigue siendo
la hija pequeña de Carole, y verla pasar por esto y soportar la presión intimidatoria para dar explicaciones debe haber sido desesperadamente molesto. Sin duda ha sido una torre de fortaleza y una presencia reconfortante para los niños, pero ella también necesitará que la tranquilicen«.
No es este el único elogio que ha recibido Carole por desempeñar un
papel vital entre bastidores para los royals y sus hijos durante lo que ha sido uno de los períodos más turbulentos de la Familia Real británica en los últimos tiempos.
Una fuente cercana a la familia aseguraba al diario ‘The Independent’ que «Carole ha sido la fuerza motriz que ha mantenido unida a la familia con el mínimo alboroto y la máxima modestia. Ha cuidado a
George, Louis y Charlotte, los ha llevado a los eventos deportivos del colegio y les ha dado un apoyo infinito. Ha sido una verdadera figura a lo Mary Poppins«.