David y Victoria Beckham son, sin duda, una de las parejas más inspiradoras (y aspiracionales) del star system internacional. Guapos, elegantes, ricos, exitosos y con una envidiable familia. Además, tanto el exfutbolista como la diseñadora han conseguido contra todo pronóstico lo que parecía imposible:
quitarse de encima el apelativo «marido/mujer de».
Los logros profesionales individuales de los Beckham están lo suficientemente probados como para triunfar en solitario sin necesidad de referirse al otro en el titular. Él ha sido uno de los mejores futbolistas de las últimas décadas. Ella, la líder de la girlband más influyente de los 90 ahora reconvertida en reputada diseñadora de moda. Aunque, quizá, el mayor éxito de la pareja sea la
imagen de familia feliz que han conseguido construir y mantener, esquivando celos, recelos y rumores más o menos malintencionados.
Esa imagen, al menos, es la que transmiten en alfombras rojas, photocalls y front-rows, además de la exibición de amor, complicidad y normalidad que muestran en
sus cuentas de Instagram. Y, por supuesto, lo que pudimos ver en el documental de Netflix que durante semanas fue trending topic en cualquier conversación a lo largo y ancho del globo.
Gracias a la docuserie Beckham descubrimos que el padre de Victoria la llevaba al colegio en un Rolls-Royce (y ella, con su impresionante visión comercial, lo convirtió en camiseta superventas), que David ama la apicultura y es un maniático del orden, cuál era la verdadera opinión de la diseñadora sobre España o cómo afecto a la pareja
el affaire del futbolista con Rebecca Loos.
Por supuesto, también nos colamos a través de la pantalla en
su maravillosa mansión en los Cotswolds. Y de esa casa de campo familiar, precisamente, hemos venido hoy a hablar aquí, en un nuevo capítulo de esta sección a través de las propiedades más impresionantes de los famosos.
Netflix
Tras volver a Reino Unido tras su periplo americano (y después de vivir en una de las urbanizaciones más lujosas de Madrid), la pareja se compró una maravillosa vivienda de 4 millones de euros en la exclusiva zona de Holland Park. Eso sí, la gran joya inmobiliaria llegó a su patrimonio familiar en 2018, y fue la
imponente casa de campo en la que la familia reside desde entonces, en el corazón de la campiña inglesa.
Valorada en más de 12 millones de dólares y ubicada en los Cotswolds, en el condado de Gloucestershire, cerca de Chipping Norton y Soho Farmhouse, dos de las localizaciones favoritas de los millonarios para sus retiros campestres,
la mansión de los Beckham es una suerte de
casona tradicional de piedra rodeada de varias hectáreas de terreno en las que encontramos, además de un cuidado jardín con vegetación autóctona y flores creado por el paisajista Marcus Barnett, la propia colonia de abejas en la que trabaja David, granja con gallinas, estanque, una imponente piscina, comedor exterior y, por supuesto, campo de fútbol.
Aunque no sabemos
cuántas habitaciones tiene la mansión, gracias al documental de Netflix nos hemos podido colar en el amplísimo salón, en uno de los comedores con zona de trabajo, en la bodega con más de 7.000 botellas y, sobre todo, en la cocina, la zona favorita de David Beckham y epicentro de la vida familiar.
Ahí no solo descubrimos las dotes del exfutbolista entre fogones, también tomamos buena nota de
sus detalles: una gran isla central domina el espacio y la decoración combina la madera rústica con acabados en azul petróleo (una de las tendencias más aplaudidas en decoración de cocinas) y detalles de estilo industrial o de forja. Además, llaman la atención la impresionante zona de la parrilla o el gran horno de leña para pizzas.
En cuanto a la decoración de la casa,
el estilo cottage típico de la zona (y de plena actualidad en decoración) se deja entrever a través de robustos muros de piedra, techos de madera, molduras en las paredes, vigas vistas,
muebles de estilo rústico vintage, retazos british (como los estampados de cuadros escoceses o el terciopelo) y una propuesta de color en la que predominan los tonos tierra, los verdes musgo, los granates y mostazas.
Victoria Beckham en uno de los rincones de su casa. /
Netflix
Eso sí,
el toque fashionista de Victoria es más que evidente y lo encontramos a través de detalles y piezas de diseño icónico como obras de Tracey Emin, arreglos florales que decoran cada rincón, jarrones de porcelana antiguos, muebles retroiluminados en los envidiables vestidores de la casa, chimeneas de mármol, alfombras de estilo persa, candelabros y adornos decó o mantas de cálido cashmere sobre los sofás.
