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viernes, noviembre 29, 2024

«El mensaje que deja la historia de Sadako Sasaki es que, a pesar del dolor que generan las guerras, aún existe la esperanza»

La Segunda Guerra Mundial, ese vasto tapiz de estrategia y sufrimiento, esconde entre sus pliegues historias que desafían la narrativa convencional. Más allá de las batallas y los discursos famosos, existen anécdotas que revelan la complejidad humana en tiempos de guerra. Desde la odisea de un velero en plena contienda hasta el misterioso Salón de Ámbar y la escalera de la muerte de Mauthausen, estos episodios nos ofrecen una perspectiva única del conflicto.

Para profundizar en estos relatos, conversamos con Juanjo Ortiz, historiador y divulgador, cuya pasión por el tema le ha llevado a convertirse en uno de los referentes en la divulgación de la Segunda Guerra Mundial en España. Autor de Episodios ocultos de la Segunda Guerra Mundial (publicado por Pinolia recientemente), conocemos los aspectos más desconocidos y sorprendentes de la Segunda Guerra Mundial de la mano de uno de los mayores expertos sobre el conflicto bélico en nuestro país.

Pregunta.- ¿Qué te motivó a escribir sobre los episodios menos conocidos de la Segunda Guerra Mundial?

Respuesta.- Desde muy joven me interesé por este fascinante periodo histórico y me llamaban mucho la atención los sucesos curiosos y poco transitados que se produjeron, aunque fue a partir de 2011 cuando decidí empezar a contarlos en mi blog EL CAJÓN DE GRISOM. Pasar al papel creo que es un paso lógico. Es pasar a un medio que puede hacer llegar la Historia a más público. Escribo el tipo de libros que me gustaría leer. Existen muchas publicaciones sobre la Segunda Guerra Mundial, pero la mayoría están centrados en las grandes batallas. Hay cientos de libros sobre Stalingrado, El Día D o el ataque a Pearl Harbor, por poner algunos ejemplos, pero en español apenas hay unos pocos que cuentan esas pequeñas historias que pasan muy por encima, o directamente eluden, el resto de libros.

P.- En el libro mencionas a un prisionero que convenció a sus guardias de rendirse. ¿Podrías compartir más detalles sobre esta increíble historia?

R.- Este es un curioso personaje. Peter During volaba en la fuerza aérea sudafricana cuando fue alcanzado por los antiaéreos alemanes y tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en territorio enemigo. Tras ser interrogado se decidió su trasladado a un campo de prisioneros escoltado por varios soldados. En el viaje hasta el campo de prisioneros, que duro unos cuantos días, empezaron a trabar amistad. Como el fin de la guerra estaba muy cerca y Alemania estaba perdida, During les dijo que no tenía sentido seguir con el viaje y que les ayudaría a rendirse a los Aliados. Los soldados alemanes aceptaron y decidieron que si se topaban con tropas germanas During seguiría como prisionero. Si lo hacían con soldados aliados el piloto sudafricano tomaría las armas de los alemanes, los entregaría y hablaría bien de ellos para que fueran bien tratados. Y así fue. Tras unos días, alcanzaron las líneas aliadas, During los entregó y como prometió hizo todo lo que pudo para que se portaran bien con su “escolta” alemana. Esta historia está documentada hasta con fotografías que tomó uno de los soldados alemanes.

P.- En uno de los capítulos hablas sobre la supervivencia genética durante el asedio de Leningrado. ¿Qué impacto crees que tuvo este evento en las generaciones futuras?

R.- El asedio a la ciudad fue durísimo: duró casi 900 días. Se pasó muchísima hambre, llegando a darse numerosos casos de canibalismo. A penas se llegaba a las 200 calorías y los niños, que necesitan más aporte calórico, fueron los más afectados por la falta de alimento y el frío. Aunque se intentó hacer llegar comida a través del lago Ladoga, por un camino helado al que llamaron “el camino de la vida”, no era suficiente.

Cuando la ciudad fue liberada, casi todos los supervivientes habían perdido muchísimo peso. Según una investigación que se hizo con unos 200 supervivientes, los niños fueron capaces de adaptarse para sobrevivir a la falta de comida y las bajísimas temperaturas. El estudio dice que la mayoría de los niños sufrieron modificaciones genéticas en algunos de los genes de las células encargadas de suministrar la energía al organismo. Aunque el número de participantes no era muy significativo es destacable la capacidad que tiene el cuerpo humano para adaptarse a condiciones extremas de frío y falta de comida. A pesar de los datos del estudio, los supervivientes tuvieron serios problemas de salud. Casi el 30 por ciento desarrollaron diabetes, cuando lo normal es que tan solo lo desarrolle entre el 3 y 4 por ciento de la población.

P.- La historia de Sadako Sasaki es conmovedora. ¿Qué mensaje crees que transmite su historia a las generaciones actuales?

R.- Sadako es una niña que sufrió las consecuencias de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945. El mensaje que deja su historia es que las guerras son la mayor plaga de la humanidad, que las bombas atómicas son el arma más horrorosa que existe y que, a pesar de todo el dolor que generan las guerras, aún existe la esperanza. Que los gobiernos y sus ciudadanos deben esforzarse por la paz, no por la guerra.

Nube de hongo de la bomba atómica de Hiroshima. George R. Caron / Wikimedia.

P.- A menudo, la historia olvida a aquellos que no están en primera línea. ¿Hay algún héroe anónimo de la Segunda Guerra Mundial que hayas descubierto y que merezca ser reconocido?

R.- Muy poco conocido es Hanns-Joachim Scharff un interrogador alemán que hizo suya la máxima: “es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada”. Para sacar información de los prisioneros no usó nunca la tortura ni la crueldad de la que hacía gala la Gestapo. Opinaba que la tortura no daba buenos resultados y que la crueldad le parecía totalmente innecesaria. Para su trabajo se aprovechó de su conocimiento de las técnicas de ventas que aprendió en la empresa familiar. Su trato fue tan bueno con los prisioneros que estaban a su cargo que ninguno se dio cuenta de que los interrogaba y ni siquiera trataron de escapar.

P.- ¿Por qué la Alemania nazi tuvo que rendirse dos veces en la Segunda Guerra Mundial?

R.- El 7 de mayo El General Alfred Jodl, el jefe del Alto Mando alemán firmaba en Reims (Francia) la capitulación incondicional y el alto al fuego comenzaría a última hora del 8 de mayo. Frente a él se encontraban, entre otros, un representante de la Fuerza Expedicionaria Aliada y por parte de los soviéticos estaba el general Ivan Susloparov.

Stalin se pilló un buen cabreo cuando se enteró de la rendición alemana en Reims. Quería a toda costa que se firmara de nuevo en Berlín ya que era la capital de Alemania, el país que habían combatido los soviéticos desde 1941. Además, Stalin defendía el hecho de que la Unión Soviética habían sacrificado más soldados y civiles (casi veinticuatro millones de personas) para acabar con el III Reich que los aliados occidentales. De este modo el mariscal Zhúkov debía ser quien aceptase la rendición del III Reich en Berlín.

El líder soviético no quería que se volviera a repetir lo que sucedió con la capitulación de la Primera Guerra Mundial, que fue el germen del ascenso del nazismo en Alemania. Para evitarlo exigió que Wilhelm Keitel, mariscal de campo y comandante supremo de las fuerzas armadas alemanas, fuera el que firmase la rendición el 9 de mayo de 1945. Así que por este motivo Alemania se tuvo que rendir en dos ocasiones.

P.- De todas las historias que has recopilado, ¿hay alguna que consideres tu favorita? ¿Y la que más te haya impactado?

R.- Todas me parecen muy interesantes, pero quizás la que más me ha tocado el corazón sea la de Sadako Sasaki. Es una historia muy triste, pero a la vez está llena de esperanza. También me gusta la de un soldado británico que se escapó del campo de prisioneros doscientas veces… por amor. Y siempre volvía.

Imagen de 1948 que muestra la devastada ciudad de Hiroshima casi tres años después del bombardeo nuclear estadounidense del 6 de agosto de 1945. Foto: Getty.

P.- ¿Crees que, a día de hoy, lo sabemos todo sobre la Segunda Guerra Mundial?

R.- Seis años de un conflicto global generan mucha historia y muchos de los coletazos de aquel conflicto, que terminó hace casi ocho décadas, aún están presentes. Los medios muestran muy a menudo noticias relacionadas con la Segunda Guerra Mundial. Aunque se ha publicado muchísimo, existen millones de documentos en los archivos nacionales de los países en conflicto que aún quedan por desclasificar y seguro que aparecerán muchas cosas nuevas. Es una lástima que ya casi no queden protagonistas que nos puedan contar sus historias.

P.- ¿Qué lecciones crees que podemos aprender hoy en día de estos episodios ocultos de la guerra?

R.- Se sabe mucho y mucho se ha escrito. Aun así parece que se nos ha olvidado la muerte y la destrucción que produjeron los totalitarismos del siglo XX. Conocer la historia nos tiene que enseñar a evitar cometer los mismo errores que en el pasado. Las guerras nunca son el camino. Ojalá aprendamos y no llegue nunca un conflicto como la Segunda Guerra Mundial.

P.- Después de este libro, ¿tienes planes para continuar explorando historias no contadas de la Segunda Guerra Mundial o de otros conflictos históricos?

R.- Por supuesto. Seguiré buscando y publicando historias y curiosidades de la Segunda Guerra Mundial en mi blog y en mi podcast ‘La Trinchera’, con el que llevo más de tres años. Por supuesto, sin olvidar nuevos proyectos literarios. Siempre surgen nuevas historias. De momento no me planteo tratar otros conflictos aunque me atraen mucho la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil española. Como antes comentaba, seis años de una guerra mundial dan para mucho.

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