Jacobo Siruela y su mujer, Inka Martí /
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A sus 60 años,
Inka Martí disfruta de un excelente momento en todos los sentidos. La que fuera nuera de
la recordada duquesa de Alba ha sabido abrazar el segundo plano después de haber sido una estrella televisiva y ha abrazado otras inquietudes como la fotografía o la ecología que dan un pleno sentido a su vida. Como veremos, que no esté en los medios no significa que no esté activa. Lo está y mucho. Simplemente, decidió emprender otro camino en el que no había lugar para los focos.
Para los no iniciados en la crónica social, les recordamos que Inka está casada con Jacobo Fitz-James Stuart,
hermano del actual duque de Alba, conocido popularmente como Jacobo Siruela, por el título de conde que ostenta. Con este nombre, Siruela, precisamente, el más bohemio e intelectual de los hijos de
la duquesa de Alba creó la editorial que tantas satisfacciones le dio al aristócrata. Se ha caracterizado siempre por u
nas ediciones muy cuidadas y por una selección exquisita de autores que sin su iniciativa es muy probable que no hubieran visto la luz en nuestro país.
Jacobo había creado
la editorial Siruela en 1982 y la vendió en 2000, aunque continuó como director editorial cinco años más. Posteriormente creó junto a Inka Martí la editorial Atalanta, cuya sede se encuentra en la masía Mas Pou, donde reside la pareja, apartados del mundanal ruido. El aristócrata, en una extensa e intensa entrevista con Jot Down se pronunciaba a la línea que siguen con su editorial, que no publica novelas: «En general nuestra editorial es bastante joven. Cubre una línea de ensayo heterodoxa que nadie ocupa. También publica obras muy importantes, pero tanto en cuentos como en ensayos mantiene una línea totalmente de hoy».
La relación sentimental de Jacobo Siruela e Inka Martí siempre se ha regido por la discreción. El hijo de la duquesa de Alba ya había estado
casado en primeras nupcias con María Eugenia Fernández de Castro, con quien tuvo dos hijos,
Brianda y Jacobo. Pese a la ruptura, que trascendió en 1998, siempre mantuvieron una excelente relación y su exmujer se llevaba estupendamente con la duquesa de Alba, aunque hubo sus momentos de fricción por la herencia. Jacobo nunca se pronunció públicamente sobre el reparto y se le atribuyeron afirmaciones que él negó categóricamente. Por fortuna, todo se solucionó en muy buenos términos.
20 aniversario de su boda íntima en Roma
Como decimos, Jacobo Fitz-James Stuart e Inka Martí,
contrajeron matrimonio en la más estricta intimidad en marzo de 2004 en Roma. En aquella época su etapa televisiva había quedado relegada al recuerdo, mucho más atrás quedaban aún sus trabajos como modelo. Había debutado en 1986 en el programa de TVE Hablando claro, después compartió plató con Manuel Hidalgo en el magazine Tal Cual y posteriormente con Isabel Gemio en Un verano tal cual. En 1992 estuvo junto a Miguel de la Quadra-Salcedo en Aventura 92 y al lado de Marisol Galdón en Peligrosamente juntas.
El nombre de Inka Martí era cada vez más fuerte en ámbitos periodísticos. No en vano fue la voz junto a Constantino Romero de las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Se retiró durante diez años para vivir en el campo con su pareja de entonces
, el promotor musical Gay Mercader. Tras separarse regresó a la pequeña pantalla con Spain, Inside Out, un documental de cinco capítulos para la BBC. En 1999 estuvo a las órdenes de Alfonso Arús en el programa OK! en TV3 y en el espacio de viajes Non cal somiar, producido por Ramón Colom.
Inka Martí, junto a la duquesa de Alba en una imagen de archivo. /
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Fue en esa época cuando Inka Martí sufrió un episodio muy duro del que habló abiertamente en una entrevista para El Periódico en 2020. Cancelaron sin previo aviso el programa de Arús y, según su relato,
la citaron a almorzar con el director de la cadena. «El directivo me propuso un programa nocturno estelar a cambio de sexo. Con el cuerpo petrificado, salí de allí y decidí no hacer nunca más televisión. Si hubiera seguido, seguramente estaría muerta. De jovencita tuve otros dos episodios de acoso bastante ‘heavies’. Superé la depresión yo sola, sin ayuda. Creo que todo pasa por un motivo, y al salir de ella, conocí a Jacobo», narró la periodista
De alguna manera, Inka Martí renació y su vida empezó de nuevo a los 50 con
la publicación de Cuaderno de noche, en el que recoge diversas escenas de su universo onírico. Eligió 65 entre los sueños que fue apuntando en un cuaderno durante una década y de manera simultánea vio la luz. Espacios oníricos, que complementa esta publicación a través de la fotografía. Es precisamente otra de sus grandes pasiones y ha cosechado un notable éxito con diversas exposiciones colectivas e individuales en lugares como Madrid, Sevilla, Barcelona y Ciudad de México.
Las declaraciones de la duquesa de Alba de las que después se arrepintió
Por su matrimonio con Jacobo Siruela, Inka Martí se ha visto envuelta en situaciones mediáticas ajenas a su voluntad. Una particularmente dura fue cuando
la duquesa de Alba la calificó de «mala» y «envidiosa» en
El programa de Ana Rosa. Unas afirmaciones de las que después se arrepintió como la propia artista desveló en la mencionada entrevista de El periódico: «Cuando Cayetana dijo aquellas palabras fuera de tono, me quería morir. Pensé que la prensa se me echarían encima, pero recibí mucho apoyo. Y al cabo de un tiempo, llamó horrorizada y se disculpó». Además, dejó claro que la relación con la recordada aristócrata siempre fue muy buena.
En efecto, en la revista Semana
la duquesa de Alba decía que esperaba que sus palabras fueran pronto olvidadas y que le dolía que Inka Martí, supuestamente, no reconociera todas las propiedades que había donado a su hijo Jacobo, entre otras, fincas en Salamanca, que ahora el matrimonio cuida con mimo, un piso en Madrid… El matrimonio ha demostrado tener una gran conciencia ecológica.
En sus tierras de Salamanca hay especies como águilas imperiales y lobos, a los que quieren preservar. «Estamos volcados en demostrar que la vida salvaje es compatible con la agricultura y la ganadería ecológicas», manifestaba Inka Martí.
