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La explosión de Tlahuelilpan, considerada como la peor tragedia del sexenio por el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, se originó por el robo de combustible o ‘huachicoleo‘ a través de una toma clandestina en Hidalgo, pero… ¿el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el ‘Mencho’ estuvieron detrás?
Hace 5 años, específicamente el 18 de enero de 2019, se registró una explosión descontrolada de gasolina en el kilómetro 226 del oleoducto que corre desde el puerto veracruzano de Tuxpan hasta la ciudad de Tula.
De acuerdo con la información proporcionada por las autoridades, dicha explosión fue ocasionada por la «instalación rudimentaria» de una toma clandestina en el ducto, la cual tenía la finalidad de extraer combustible ilegalmente.
Debido a la fuerte presión del hidrocarburo, y al poco conocimiento técnico de las tuberías, la instalación se salió de control y el liquido comenzó a brotar elevándose varios metros.
Lo anterior llamó la atención de las personas que se encontraban cerca, las cuales acudieron para recolectar el combustible, incluso sin saber que esto es una práctica ilegal en el país.
Lamentablemente, la acumulación del hidrocarburo en la superficie y su saturación en el ambiente ocasionaron una fuerte explosión, que dejó escenas de cuerpos encendifos y un saldo de 137 personas muertas, según los datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
¿Qué tiene que ver el CJNG con la tragedia de Tlahuelilpan?
El CJNG de Nemesio Oseguera Cervantes, mejor conocido como ‘El Mencho’, puede estar involucrado con la explosión de Tlahuelilpan debido a que disputaba el control de los ductos de Pemex con presuntos miembros de ‘los Zetas’.
De acuerdo con información del diario La Jornada, el territorio era parte de la disputa en la que también había rutas del narcomenudeo en la región del Valle del Mezquital, situada al centro del estado.
En ese sentido, la revista Proceso apunta que el terreno es «un polígono» en el que organizaciones criminales disputan las válvulas y el cobro de piso.
Dicha disputa fue llamada por los policías locales como “la guerra por el huachicol”, que se extiende incluso a otros estados como Querétaro y el Estado de México.
Luego de años de la explosión en Tlahuelilpan, las familias han seguido reportando violencia en la zona e incluso cobro de piso por parte del CJNG para las personas que quieran sacar combustible de las instalaciones clandestinas.
