José Luis Martínez-Almeida junto a su madre. /
GTRES
En mayo de 2019, cuando un casi desconocido
José-Luis Martínez Almeida se presentaba a la alcaldía de Madrid por el PP, varios de sus amigos, compañeros y familiares aparecían en un tierno vídeo que se emitía durante uno de sus actos de campaña. Una de sus sobrinas recordaba entre risas que «el primer pañal que me cambió, me lo puso al revés; igual que los zapatos» y otra decía: «Me encanta lo cariñoso que es mi tío Pepito, sobre todo, cuando viene a buscarnos al aeropuerto cuando venimos de Bruselas». No aparecían en aquellas imágenes
Rafael y Ángela, los fallecidos padres del político, que será a quien eche más de menos en su ya inminente
boda con Teresa Urquijo.
El espíritu de sus queridos progenitores de largos nombres, Rafael Martínez-Almeida y León y Castillo y Ángela de Navasqüés Cobián Ruiz de Velasco, estará muy presente en el ‘sí, quiero’ de la pareja, que tendrá lugar
el próximo 6 de abril en la finca El Canto de la Cruz. Este bello paraje, situado a las afueras de la capital, en el municipio de Colmenar Viejo, es propiedad de la abuela materna de la novia,
Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, prima del rey Juan Carlos.
El hecho del parentesco de la familia de la novia con los Borbones hace previsible que
algún miembro de la Familia Real española pueda estar entre la todavía no desvelada lista de invitados VIP al convite. No en vano, al enlace de los futuros suegros de Almeida acudieron
la reina Sofía y
el rey Felipe VI, además de
las infantas Cristina y Elena.
Pero pese al prestigio que trae consigo su familia política, el actual regidor de la capital de España tampoco se achanta y
habla con orgullo siempre de los suyos. Desde su abuelo productor de cine, con el que pasaba los veranos en la sierra, hasta unos padres que según él, «quizás lo más importante que me han transmitido es la fe», o unos hermanos a los que les perdona que entre ellos haya quien traicione a su querido Atleti o vote incluso a la izquierda.
Ecos de sociedad: la boda de los padres del alcalde
Casi 60 años años antes de la boda de José Luis y Teresa, los padres del alcalde celebraban la suya propia con pompa y boato
en la iglesia del Espíritu Santo de la calle Serrano de Madrid. Enlace de campanillas, la noticia se recogía en la sección ‘Ecos de sociedad’ del diario ‘ABC’ del domingo 6 de febrero de 1966, entre un anuncio de las rebajas de febrero de la empresa Linogar y una promoción de pisos de cuatro habitaciones junto al parque del Retiro.
El artículo recoge cómo «se dignaron apadrinar el enlace SS.AA.RR los Condes de Barcelona», antes de reseñar que la novia «lucía sencillo y elegante traje y original adorno sujetando el velo de tul». Incluso comentan que precedían al cortejo nupcial los sobrinos de los contrayentes «vestidos de marineros». Entre los invitados ilustres que asistieron al «cock-tail» posterior se encontraban el padre de la novia, José Luis Navasqüés Ruiz de Velasco, dueño de los estudios Chamartín o el dramaturgo
Joaquín Calvo Sotelo, hermano de Leopoldo, que llegaría a ser presidente del Gobierno.
La presencia del
Conde de Barcelona en el enlace se explica porque el padre de Almeida fue hijo de Pablo Martínez-Almeida, quien fue uno de los consejeros privados de Juan de Borbón.
Rafael Martínez-Almeida trabajó como integrante del equipo legal de la papelera cántabra Sniace y falleció en 2012 tras sufrir un ictus.
José Luis Martínez-Almeida, en una imagen de niño. /
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Su madre, Ángela, falleció en 2019, tan solo cuatro meses antes de ver a su hijo convertido en alcalde. Mujer de fuertes convicciones religiosas y fumadora empedernida, fue durante muchos años presidenta de la Confederación Española de Antiguos Alumnos de la Enseñanza Católica. Del fruto
de su matrimonio nacieron seis hijos: Casilda, Alfonso, Ángela, Mayi, Rafael, que siempre fue el ojito derecho de su madre.
El recuerdo de José Luis Martínez-Almeida a sus padres
El joven José Luis heredó de su abuelo paterno
su primera faceta laboral como abogado del Estado, pero de su madre su vocación por la política. Como recordaba el político en una conversación con la revista ‘Vanity Fair’, esta fue siempre «muy activa en la sede del PP de Tetuán. Estaba afiliada y llevaba un colegio electoral, con interventores, apoderados… si te descuidabas, era capaz de prepararte los sobres con el voto por si acaso no habías caído en la cuenta de a quién había que votar».
En esa misma entrevista hablaba sobre su padre también, diciendo que a él no le interesaban ni la política, ni el fútbol, ni el tabaco. «Se sentaba con nosotros a ver los partidos, pero la que tenía el mando era mi madre», recordaba.
Pero lo que más le agradece Almeida a su madre es que le inculcara su pasión por
el equipo de fútbol de sus amores. «Nunca podré agradecer lo suficiente a mi madre hacerme del Atleti», aseguraba sobre el césped del Wanda Metropolitano en un homenaje al club colchonero. «Ella fue la que le metió el gusanillo a los hijos. Les ponía los partidos en la tele y se los llevaba al Calderón a verlos en directo», recordaba sobre su infancia. Una pasión que también alcanza a
su hermana Casilda, la que podría ser su madrina de boda, que incluso forma parte de la peña femenina Rojiblancas.
«Mi madre era la que nunca dejaba de creer. ¿Eso qué hizo? Que cuando murió, en su esquela, todos los hermanos decidimos que pusiese ‘nunca dejó de creer’», añadía en aquel sentido homenaje, sosteniendo
una camiseta del club madrileño con el nombre de su madre.
Con este mismo lema, a ella le dedicaba también un post en sus redes sociales
con motivo del Día de la Madre: «Me enseñó tantas cosas que no caben en un tuit. Una de ellas es que nunca había que dar nada por ganado, pero tampoco darse por vencido. Otra, que nunca había que dejar de creer. Gracias por tanto. Feliz día a todas las madres, estén donde estén».
