Una encuesta ha evidenciado la poca confianza que tienen algunos conductores y peatones en los coches autónomos, que no terminan de implantarse en las ciudades.
Los primeros coches totalmente autónomos están rodando hace meses en algunas ciudades del mundo, pero aún no está claro que el público quiera viajar o incluso compartir carretera con uno de ellos. El miedo no solo es consecuencia de más de un vídeo del autopiloto de Tesla con dificultades para identificar objetos en la carretera o girando inesperadamente en una vía de doble sentido.
La mala imagen que tienen los coches autónomos se debe precisamente a la enorme dependencia que tienen de los sistemas informáticos y su tecnología a bordo. Si falla una de las funciones esenciales, se puede producir un accidente en cuestión de segundos si el conductor no está alerta. Estos vehículos ya han protagonizado más de un accidente y posiblemente seguirán haciéndolo.
La marca Cruise, filial de vehículos autónomos de General Motors, estuvo en el foco de la polémica con su programa de robotaxis en San Francisco que terminó siendo un fracaso. Los coches se paraban en seco y formaban atascos en las calles de toda la ciudad. Uno de los peores accidentes involucró a un robotaxi que arrastró durante 6 metros a una mujer que había sido atropellada por otro automóvil.
General Motors suspendió el programa de coches autónomos, lo que sembró aún más dudas entre los conductores que se planteaban dar el salto a uno de estos vehículos.
Una encuesta realizada por la Asociación Estadounidense del Automóvil evidencia que el 91% de los conductores no confían en los vehículos autónomos y el 66% aseguran que tienen miedo de los coches sin conductor. Los datos no muestran grandes diferencias respecto al año pasado, ha informado Jalopnik.
El otro 25% de los encuestados han afirmado sentirse inseguros al compartir espacio con los vehículos autónomos y solo el 9% de los conductores han admitido que confían en ellos. Los aspectos que más convencen a los conductores que se montarían en uno de ellos son los sistemas automatizados como el frenado de emergencia automático y el control de crucero adaptativo.
Los coches autónomos dividen a los conductores y peatones y su llegada a algunas ciudades ha causado los primeros conflictos. La empresa Waymo fue recibida con protestas en Los Ángeles en octubre del año pasado cuando anunció que iba a expandir su flota de vehículos sin conductor en la ciudad.
