La reina Camilla y el príncipe Guillermo. /
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La ración diaria de llamativos titulares sobre la Familia Real británica no cesa, con las torpes habilidades con
el photoshop de Kate Middleton a la hora de editar su foto familiar –y sus posteriores disculpas– como último tema candente. Por eso, los Windsor quisieron poner al mal tiempo buena cara con una aparición conjunta con motivo del
Día de la Commonwealth, con
la reina Camilla y el príncipe Guillermo a la cabeza. Pero esta solemne ocasión ha vuelto a dejar alguna que otra incógnita sin resolver sobre el estado de las relaciones entre los royals británicos.
El heredero al trono era fotografiado saliendo, cabizbajo y en coche, del castillo de Windsor. A su lado iba una
Princesa de Gales que apartaba la mirada de los objetivos de los fotógrafos. Guillermo se dirigía al servicio religioso que iba a tener lugar en la Abadía de Westminster, pero su esposa, que sigue recuperándose de la
«operación abdominal programada» a la que se sometió en enero, se dirigía a una cita privada en su lugar.
En Westminster,
Camilla y Guillermo compartieron risas y gestos de complicidad mientras lideraban al resto de sus familiares ante la
ausencia de Carlos III. La princesa Ana, y los
duques de Edimburgo, Eduardo y Sophie, fueron los ‘senior royals’ presentes en el servicio religioso. Durante el mismo, se pudo ver un mensaje grabado en vídeo por el monarca, que sigue de baja por
su tratamiento contra el cáncer.
Carlos III reflexionaba en su discurso, filmado el mes pasado en Windsor, sobre el largo camino recorrido por la Commonwealth desde su creación. Refiriéndose a los orígenes de esta red de países que
una vez formaron el Imperio Británico, dijo: «El 75 aniversario de la Commonwealth es un momento para reflexionar sobre el notable viaje que nuestra familia única de naciones libres e independientes ha hecho desde 1949».
Mientras, en el exterior de la abadía, un puñado de manifestantes se había reunido con pancartas de color amarillo brillante con el lema «Abajo la Corona», dentro el ambiente fue de cordialidad entre los asistentes. Se puedo ver al Príncipe de Gales charlando con
sus tíos Ana y Eduardo mientras esperaban cerca de la Gran Puerta Oeste a que la Reina terminara de saludar a los invitados. Cuando Camilla se acercó, se vio a Guillermo
saludar cariñosamente a su madrastra antes de acercarse y besarla en ambas mejillas. Sonrientes, charlaron mientras permanecían uno al lado del otro preparados para que sonara el himno nacional.
El abandono a Camilla y una relación difícil
Pese a ese ambiente de cordialidad, el hecho de que posteriormente el heredero al trono no acompañara a Camilla en la recepción que tuvo lugar en Marlborough House ha hecho arquear mas de una ceja. La esposa de Carlos III fue recibida por la Secretaria General de la Commonwealth,
la baronesa Scotland de Asthal. Radiante en su papel, la Reina aparecía encantada de volver a desempeñar sus funciones reales tras un tiempo de descanso.
Esta llamativa desaparición de Guillermo tras los cariñosos momentos compartidos con ella pocas horas antes, ha hecho recordar los momentos tensos vividos entre ellos en el pasado. Después de que
Carlos y Camilla se casaran en abril de 2005, sus dos hijos acabaron aceptando, aunque con reticencias, la idea de tener una madrastra.
La reina Camilla y el príncipe Guillermo han tenido sus altibajos en el pasado. /
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Tras el escándalo por sus relaciones extramatrimoniales, ambos se divorciaron en 1996 y más tarde empezaron a salir de forma pública. Pero cuando el todavía Príncipe de Gales quiso
pedirle matrimonio a Camilla, sus dos hijos se mostraron recelosos pero resignados.
«A pesar de que Willy y yo le instamos a que no lo hiciera, papá siguió adelante. Le dimos la mano y le deseamos lo mejor. Sin rencores», afirmó Harry en
‘Spare’, su controvertido libro de memorias publicado en enero de 2023. «Reconocimos que por fin iba a estar con la mujer que amaba, la mujer a la que siempre había amado, la mujer que el destino podría haber destinado para él en primer lugar. Por mucha amargura o pena que sintiéramos por el cierre de otro bucle en la historia de mamá, comprendimos que no venía al caso», se puede leer en sus páginas.
Pero en otro fragmento, el duque de Sussex asegura que
el noviazgo de su padre «le confundió, le atormentó, y cuando esas sospechas se confirmaron sintió una tremenda culpa por no haber hecho nada, no haber dicho nada, antes».
A lo largo de los años, la relación entre Camilla y Guillermo parece haber mejorado. Al menos
no la ha llamado «madrastra malvada», como hizo su hermano Harry. Pero como aseguraba la experta en realeza Angela Levin en su libro de 2022, ‘Camilla: de paria a reina consorte’, siempre ha querido guardar las distancias.
«Guillermo ha dejado claro que Camilla es la esposa de su padre, pero no la abuelastra de sus hijos», se puede leer en sus páginas. «Guillermo y Harry tenían 23 y 20 años, respectivamente, cuando Camilla se convirtió oficialmente en su madrastra en 2005. Era más bien una adulta amistosa a la que veían de vez en cuando en las reuniones reales. Intentaba
ser alentadora más que influyente».
La polémica en torno al Día de la Commonwealth
Las críticas a la
foto de Kate Middleton por el Día de la Madre no son las únicas que ha recibido la Familia Real en las últimas horas. El grupo anti-monárquico Republic, ha abrochado el 75 aniversario de la Commonwealth para lanzar duros ataques a los Windsor.
Graham Smith, su director ejecutivo, ha asegurado: «La realeza tiene que dejar de utilizar la Commonwealth como vehículo para sus propias relaciones públicas».
Camilla y Guillermo, en los actos del Día de la Commonwealth. /
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«Los tópicos que escuchamos de Carlos y Camilla solo sirven para disimular las
graves preocupaciones sobre los abusos de los derechos humanos y la falta de democracia en muchos países de la Commonwealth», añadía, poniendo el foco también en cómo, en su opinión, la Familia Real británica «financió, promovió y defendió la esclavitud durante siglos, y luego presidió un imperio que causó un daño incalculable a la vida de las personas que sigue teniendo un impacto en la actualidad».
Desde esta organización se exigen unas reparaciones que consideran «razonables» ya que en su papel de
monarca hereditario, Carlos III «difícilmente puede argumentar que lo que hicieron sus antepasados no tiene nada que ver con él».
