La piedra pómez, también conocida como pumita, es una roca volcánica que posee una propiedad extraordinaria: ¡puede flotar en el agua! Este hecho, que desafía nuestras concepciones tradicionales sobre la densidad y la flotación, ha desconcertado a científicos y curiosos por igual durante siglos.
Piedra pómez. Créditos: deltalimatriestedeltalimatrieste
Incluso existen las balsas flotantes de pumita. Se han reportado extensiones de varios kilómetros de piedra pómez tras erupciones volcánicas, que van a la deriva hasta encontrar tierra firme. En un artículo publicado en la revista Astrobiology (2011) se plantea la hipótesis de que las balsas de piedra pómez hayan tenido que ver mucho con el origen de la vida en la Tierra. Entre las razones se ecuentran la notable capacidad de la pumita para adsorber metales, compuestos orgánicos y fosfatos, así como para albergar catalizadores orgánicos, tales como zeolitas y óxidos de titanio.
¿Cómo puede una roca sólida, como la piedra pómez, desafiar la gravedad y permanecer suspendida en un líquido como el agua? Esta pregunta nos invita a explorar los fascinantes misterios de la naturaleza y a descubrir los sorprendentes mecanismos detrás de este fenómeno aparentemente imposible.
El origen de la piedra pómez
La piedra pómez es el resultado de procesos volcánicos intensos y tumultuosos que tienen lugar durante las erupciones volcánicas. Cuando un volcán entra en erupción, expulsa lava caliente y fundida a la superficie. Está compuesta principalmente de silicatos y otros minerales y contiene gases disueltos, como vapor de agua y dióxido de carbono.
Un vehículo en Kapoho, Hawaii, enterrado en piedra pómez. Créditos: John TitchenJohn Titchen
Durante la erupción, la presión en el interior del volcán disminuye rápidamente, lo que provoca la liberación explosiva de los gases disueltos en el magma. Esta liberación súbita de gases crea una especie de «espuma» sólida a partir del líquido magnético al llenarse de burbujas de gas. A medida que la espuma se eleva a la superficie, la presión atmosférica más baja permite que las burbujas de gas se expandan rápidamente, formando esa espuma sólida y porosa conocida como piedra pómez.
La pumita es, por tanto, una roca ígnea volcánica vítrea. Es de color blanco, amarillo o gris. Contiene feldespato potásico, cuarzo y plagioclasa.
Flotación
La composición única de la piedra pómez es crucial para su capacidad de flotar en el agua. Esta roca volcánica es excepcionalmente ligera y porosa debido a la gran cantidad de espacios vacíos en su estructura. Estos espacios, creados por las burbujas de gas atrapadas durante la formación de la roca, hacen que la piedra pómez sea menos densa que el agua, lo que le permite flotar en la superficie en lugar de hundirse.
La flotación no solo depende del peso, sino de su relación con el volumen. Es decir, de la densidad. Créditos: Scott BarbourScott Barbour
También la porosidad de la piedra pómez es fundamental para su capacidad de flotar en el agua, ya que esta característica le permite atrapar aire en su estructura porosa. Cuanta más porosidad tenga la piedra pómez, más aire podrá atrapar en su estructura y, por lo tanto, menor será su densidad promedio. Esta baja densidad es lo que permite que la piedra pómez flote en la superficie del agua en lugar de hundirse en ella.
Una piedra liviana con muchas aplicaciones
La piedra pómez, además de su fascinante capacidad de flotar en el agua, tiene una amplia gama de aplicaciones industriales y curiosidades históricas que la hacen aún más interesante.
La piedra pómez es ampliamente utilizada en la industria gracias a su estructura porosa y a su naturaleza abrasiva, lo que le confiere una variedad de aplicaciones prácticas. En el ámbito de los productos cosméticos, la piedra pómez se emplea en la elaboración de exfoliantes y productos de cuidado de la piel, como jabones y cremas. Su capacidad para eliminar las células muertas de la piel y suavizar la piel áspera la convierte en un ingrediente popular en productos destinados a la higiene y el cuidado personal.
Además, en la industria de la limpieza y el pulido, la piedra pómez se utiliza como un abrasivo suave y no tóxico. Es eficaz para limpiar y pulir superficies duras, como cerámica, vidrio y metales, sin dañarlas. Esta cualidad la convierte en una opción preferida para la limpieza de utensilios y superficies delicadas que requieren un cuidado especial.
La piedra pómez triturada se utiliza como agregado en la fabricación de concretos ligeros. Estos materiales son más livianos y poseen una mejor capacidad de aislamiento térmico en comparación con el concreto tradicional. Esta aplicación encuentra uso en la construcción de estructuras que requieren materiales con propiedades especiales, como edificios residenciales y comerciales.
La piedra pómez triturada se utiliza como agregado en la fabricación de concretos ligeros. Créditos: Darren McCollesterDarren McCollester
Por su poder abrasivo se usa para lavar pantalones vaqueros y darles así aspecto de desgaste. Incluso se usa el polvo de pumita en gomas de borrar.
La aplicación más popular
Históricamente, la piedra pómez ha sido utilizada como una «piedra para los pies» en rituales de belleza y cuidado personal. Se cree que los antiguos egipcios y romanos usaban la piedra pómez para eliminar callosidades y suavizar la piel áspera de los pies. Hoy es habitual encontrarla en supermercados y farmacias.
la piedra pómez ha sido utilizada como una «piedra para los pies» en rituales de belleza y cuidado personal. Créditos: Scott GriesScott Gries
Su uso se centra en la eliminación de callosidades y piel muerta, ayudando a suavizar y mejorar la apariencia de la piel áspera y endurecida. Para utilizarla de manera efectiva, es importante seguir unos pasos sencillos pero importantes.
Primero, se recomienda remojar los pies en agua tibia durante unos minutos para ablandar la piel y facilitar la eliminación de las células muertas. Este paso previo ayuda a maximizar los resultados del tratamiento con la piedra pómez. Una vez que la piel está suficientemente suavizada, se procede a frotar suavemente la piedra pómez sobre las áreas problemáticas de los pies, como los talones y las plantas.
Es importante realizar movimientos suaves y circulares con la piedra pómez, evitando ejercer demasiada presión para no dañar la piel. Se recomienda trabajar en áreas pequeñas y concentrarse en las zonas más gruesas y ásperas de la piel. La piedra pómez actúa como un exfoliante natural, eliminando las células muertas de la piel y dejando una sensación suave y renovada.
