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sábado, noviembre 23, 2024

El día después de la F1: Oliver Bearman pone en un aprieto a Ferrari

El día después del GP de Arabia Saudí analizamos el debut del jovencísimo Oliver Bearman en la Fórmula 1 con Ferrari, en sustitución de Carlos Sainz, y su aparentemente difícil futuro con la Scuderia.

Es muy probable que el 90% de las personas que ayer vieron el GP de Arabia Saudí en todo el mundo no supieran quién es Oliver Bearman. Piloto, nacido en Essex (Inglaterra) el día que se disputó el Gran Premio de España de 2005, se vio obligado a cumplir su sueño de debutar en la F1 en cuestión de horas al ser llamado el mismo viernes para sustituir a Carlos Sainz, indispuesto por apendicitis.

Seamos sinceros: fue un papelón. Bearman participa este año en la Fórmula 2 junto al equipo Prema y con los colores de la Academia de Pilotos de Ferrari, de la que forma parte desde el año 2021. Es su segunda campaña en la categoría de plata, en la que se marca como objetivo estar arriba, tras haber logrado cuatro victorias en su temporada de debut y terminar sexto.

Tras un inicio de curso un tanto desilusionante en Bahréin la semana pasada, donde había finalizado muy atrás, en Arabia Saudí había conquistado la ‘pole position’ para la carrera larga. Y entonces, sonó el teléfono. 

Carlos Sainz, después de pasar mala noche del jueves al viernes y haber tenido fiebre los días anteriores (sí, aun así participó en los Libres 1 y 2), decidió ir al hospital para que le hicieran pruebas: allí se le diagnosticó apendicitis. Tuvo que ser operado de urgencia el mismo día. Bearman, que ya había estado en ‘stand by’ el día anterior, pasaba de ser piloto de F2 a piloto de Ferrari F1.

Un sueño cumplido en las circunstancias más difíciles

Bearman no esperaba tener la oportunidad de competir en la Fórmula 1 tan pronto, aunque fuese piloto reserva del equipo Ferrari. Si bien el británico ya había hecho algunos test con coches de Ferrari previos, había tomado parte en entrenamientos libres con Haas y había rodado con el SF-24 en el simulador, nada es como saltar a la pista con él.

La primera vez que Bearman se puso al volante del coche de Carlos en Jeddah fue en los Libres 3, una sesión de una hora donde el joven piloto de 18 años tendría que descubrir el funcionamiento del Ferrari SF-24 en condiciones reales. En comparación con su Fórmula 2, es un coche mucho más potente y complejo, con gestión de energía, neumáticos distintos y en una carrera que dura el doble.

Como dicen los italianos, piano, piano… Bearman fue de menos a más. Los tiempos le salieron, logrando finalizar los entrenamientos en una positiva 10ª posición. Así, daba el salto a la clasificación, en la que superó la Q1 pero no la Q2. Cayó eliminado en un undécimo puesto tremendamente positivo, puesto que tendría los puntos a tiro al día siguiente y, lo más importante: el coche estaba entero.

Por delante de Hamilton en carrera y con el Presidente en el circuito

Bearman recibió los consejos de Carlos Sainz – que salió del hospital y se marchó directo al circuito – de cara a la preparación de la salida de la carrera, otro de esos puntos críticos en un debut en la Fórmula 1. Y volvió a cumplir con nota. Aunque se vio un tanto ‘atascado’ a la hora de adelantar, consiguió remontar hasta el séptimo puesto con buen ritmo.

Si no hubiera hecho buenos tiempos, es probable que al final de la carrera tanto Lewis Hamilton como Lando Norris le hubieran dado caza, ya que habían montado neumáticos blandos al llevar una estrategia opuesta a la del resto, que entraron a montar goma dura durante el safety car por el accidente de Lance Stroll.

De este modo, en su debut en la Fórmula 1, Oliver Bearman consiguió no solo sumar sus primeros puntos al finalizar séptimo, sino que fue capaz de terminar por delante de Lewis Hamilton, nada menos que un siete veces campeón mundial. ¡Cuando Lewis debutó en la F1, Bearman tenía solo un año!

Hasta Arabia Saudí se había desplazado este fin de semana John Elkann, presidente de Ferrari, quien siguió de cerca el estelar debut del joven piloto de la Scuderia. Al propio directivo le vimos felicitar al padre de Oliver, que sufría desde el box con cada imagen de su hijo que salía en pantalla. Nunca está mal sorprender ante la visita del jefe. Presión no le faltaba… 

El difícil futuro en la F1 para los jóvenes talentos

Bearman y Hamilton

Acabamos de presenciar este fin de semana una magnífica actuación de un piloto que podría tener un gran futuro en la F1. Por mucho que el Ferrari SF-24 sea actualmente el segundo mejor coche de la parrilla, siendo sinceros, seguramente ni siquiera otro corredor con experiencia hubiera firmado una mejor carrera. 

Y es que, seguramente, si Antonio Giovinazzi – expiloto de Alfa Romeo en F1 y campeón de Le Mans – hubiera estado en el circuito, habría sido elegido para reemplazar a Carlos por su experiencia. O, probablemente, hasta sobrevolase la opción de sentar a uno de los pilotos del socio Haas (Hülkenberg o Magnussen) en el Ferrari. Difícilmente, alguno habría mejorado el resultado de Bearman.

Lo verdaderamente duro de esta situación es que a Bearman le va a costar tener un asiento en la Fórmula 1 el año que viene, por mucho que ya ha demostrado que tiene talento para brillar, termine como termine la F2. Quizás en Haas, si media Ferrari, tenga una opción. 

Ya lo vimos el año pasado cuando Liam Lawson corrió varias carreras en Alpha Tauri en sustitución de Daniel Ricciardo tras la lesión de este en Zandvoort. El neozelandés incluso puntuó en su tercera carrera, en Singapur, haciéndolo antes que Ricciardo. Ni siquiera así se ganó un puesto para 2024 en la parrilla: sigue siendo piloto reserva.

Ahora, Oliver Bearman pone en un aprieto a Ferrari porque ya ha demostrado que tiene la velocidad y el talento para hacer grandes cosas en la parrilla. Por supuesto, para 2025 la alineación de la Scuderia está cerrada, con Leclerc y el multimillonario contrato firmado con Lewis Hamilton. Pero «Ollie» ya pide a gritos un asiento en F1. 

Si Ferrari no se lo proporciona – mediante un socio como Haas – es muy probable que esté dispuesto a escuchar ofertas. Y, como ya hizo Oscar Piastri al cambiar Alpine por McLaren, hará bien: hay trenes que solo pasan una vez en la vida.

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