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sábado, noviembre 23, 2024

¿Cuáles son los espacios naturales con mayor biodiversidad de España?

España, el país con más biodiversidad de toda Europa, es un entorno natural privilegiado por varios motivos. Por un lado, como península, con un único contacto con el continente, y la frontera biogeográfica de los Pirineos, favorece el número de endemismos. Por otro lado, se caracteriza por el contraste de su paisaje, desde entornos áridos como el desierto de Tabernas, hasta extraordinariamente húmedos, como la sierra de Grazalema, y desde costas y litorales extensos hasta elevadas montañas, muchas de ellas que superan los 3000 metros de altitud. Además, las cadenas montañosas, dispuestas principalmente de este a oeste, actuaron como barrera para el avance de los hielos durante las últimas glaciaciones, de ahí que perduren ecosistemas que en otros lugares simplemente desaparecieron. Y a todo ello se suman los archipiélagos, que por efecto de insularidad, favorecen el establecimiento de especies únicas.

Medir la biodiversidad de un entorno no es tarea fácil; fotografía de Sierra Nevada — (CC) Roy Lindman / Wikimedia

Las dificultades de medir la biodiversidad

Pero establecer cuál es el lugar con mayor biodiversidad de España no es tarea fácil. La primera dificultad es definir “biodiversidad”. Lejos de un simple recuento del número de especies que habitan en un entorno —que en ecología se denomina ‘riqueza’—, la biodiversidad es un concepto complejo que se diferencia, además, en tres tipos, designados por las letras griegas alfa, beta y gamma.

La biodiversidad alfa es intrínseca a cada comunidad; un cómputo de las especies de un ecosistema determinado, ponderada según la abundancia de esas especies y sus relaciones. La biodiversidad beta muestra la tasa de cambio entre comunidades cercanas o vecinas, lo que refleja las diferencias existentes . Un mismo paisaje puede tener una biodiversidad alfa elevada en cada uno de los ecosistemas que lo componen, pero a su vez, una baja biodiversidad beta entre esos ecosistemas, o viceversa. Finalmente, la biodiversidad gamma integra las dos anteriores, y expresa la diversidad biológica intrínseca de un paisaje dado, que puede contener múltiples ecosistemas.

Algunos entornos de España tienen la biodiversidad muy bien estudiada, pero en otros hay aún mucho desconocimiento. Sin olvidar que la biodiversidad no es una foto fija, es un valor variable en el tiempo, que puede disminuir o aumentar con los distintos cambios ambientales.

El Mulhacen, el pico más alto de la Península Ibérica, situado en Sierra Nevada — (CC) Nikater / Wikimedia

Sierra Nevada, las más altas cumbres de la Península Ibérica

En la región montañosa entre las provincias de Granada y Almería se abre uno de los mayores refugios de la biodiversidad de España y de Europa: Sierra Nevada. Con el Mulhacén y sus 3479 metros de altitud encumbrando el paisaje, Sierra Nevada fue declarada Reserva de la Biosfera en 1986, y dos años más tarde, buena parte de su extensión se declaró parque nacional.

La mayor riqueza de Sierra Nevada se encuentra en su vegetación. Con más de 2000 especies de plantas catalogadas, contiene más del 25 % de la riqueza de la península ibérica. Esto sucedió gracias a los efectos de las glaciaciones, que desplazaron muchas especies del norte de Europa a estas zonas, y durante los períodos interglaciares encontraron refugio en la altitud, mientras las zonas bajas eran colonizadas por especies procedentes del norte de África.

Azafrán blanco de Sierra Nevada, especie endémica de esta región — (CC) Daniel Espejo Fraga / Wikimedia

Entre la flora de Sierra Nevada se cuentan hasta 105 endemismos exclusivos y otros 175 endemismos ibéricos. Es, de hecho, el entorno con mayor nivel de endemicidad conocido de la península. Destacan algunas plantas que llevan Sierra Nevada en su nombre, como el narciso endémico de la región (Narcissus nevadensis), el azafrán blanco de montaña (Crocus nevadensis) o el comino negro de Sierra Nevada (Laserpitium latifolium subsp. nevadense), en peligro crítico de extinción.

También la fauna es rica y variada, con comunidades altamente especializadas y adaptadas a los ecosistemas diferentes de la región: los roquedos, zona de anidada de aves; el bosque, el matorral o el pastizal, con diversidad de mamíferos, aves y reptiles; y los ríos y cursos fluviales, con peces y anfibios. Entre los insectos, se han llegado a catalogar hasta 120 especies de mariposas, aproximadamente la mitad de las que existen en España.

Y sobre todos ellos, la cabra montés y su capacidad única de trepar, que parece violar la ley de la gravedad. Un animal, casi icono de la región, que domina el paisaje y se adentra en todos los ecosistemas, desde los bosques de ribera hasta las más altas cumbres.

Picos de Europa — (CC) Teofrasto820 / Wikimedia

Picos de Europa, el primer parque nacional de España

Ubicado en la cordillera cantábrica, entre las provincias de Asturias, León y Cantábria, se extiende el primer parque nacional de España, declarado en 1918, Picos de Europa. Una extensión montañosa de más de 67 mil hectáreas caracterizada por un paisaje variado, dividido en tres macizos montañosos distintos.

El conjunto de Picos de Europa incluye ecosistemas muy distintos: bosques bien conservados, como hayedos y robledales, que actúan como refugio de flora y fauna; pastizales de alta montaña y zonas rocosas. Por otro lado, varios ríos, como el Sella, el Cares y el Deva, en un estado óptimo de preservación, y los ricos bosques de ribera asociados, hacen de este paisaje todo un paraíso de biodiversidad.

Picos de Europa destaca por su abundante flora. Los catálogos florísticos recopilan hasta 1750 especies de plantas —en torno al 21 % del total de la flora ibérica—, de las cuales, 256 son endémicas de los picos de Europa y zonas cercanas. La mayoría son poco llamativas, aunque muy importantes para los ecosistemas, como Elyna myosuroides, una herbácea que forma praderas de alta montaña, solo presente en Picos de Europa y, puntualmente, en la cercana montaña de Peña Ubiña. Aunque también cuenta con especies más grandes, de descubrimiento relativamente reciente. Dos especies de roble, Quercus pauciradiata, descubierto en 1997, y Quercus orocantabrica, en 2002, ambos endemismos del norte de León, hacen su presencia en picos de Europa.

Urogallo — (CC) Sighmanb / Wikimedia

En cuanto a la fauna de Picos de Europa, destacan especialmente las mariposas: con cerca de 137 especies diurnas, es probablemente la zona de España con mayor diversidad, más del 58 % del total de especies conocidas en toda la Península Ibérica. Además, 212 especies de vertebrados, algunos protegidos y en peligro de extinción, como el urogallo y el oso pardo, dos de las especies bandera más importantes de la cordillera cantábrica.

Actualmente hay varios proyectos de investigación para la reintroducción de otras especies que han desaparecido o con una presencia mínima en el parque, como el quebrantahuesos.

Los tilos de Moya, laurisilva en Gran Canaria — (CC) NanoSánchez / Wikimedia

El archipiélago canario: endemismo insular en todo su esplendor

En España, las islas Canarias se encuentran a la cabeza en biodiversidad debido al efecto de insularidad, consecuencia evolutiva que sucede cuando un ecosistema permanece aislado, durante un período muy largo de tiempo. El aislamiento genético hace que los seres vivos presentes en las islas evolucionen por su cuenta, separándose de las poblaciones que les dieron origen, y dando lugar, en poco tiempo, a especies nuevas y distintas.

Las islas Canarias constituyen un caso casi paradigmático. Comenzaron a formarse por efecto de la actividad volcánica, a mediados del Cenozoico, entre 20 y 30 millones de años, y evidentemente, tras su formación eran áreas estériles y yermas. Fueron colonizadas por especies de animales y plantas que llegaron a las islas bien a través del viento, volando por sus propios medios o arrastrados por él, o por el mar, en balsas de material vegetal flotante desprendidas de los márgenes de los ríos, donde puede haber animales resguardados. La colonización fue lenta y gradual, y la mayor parte de las especies que llegaron procedían de África.

Una vez instaladas, las poblaciones hallaron su propio nicho ecológico, y se adaptaron al nuevo entorno, evolucionando en las condiciones aisladas de insularidad, que dieron lugar a especies nuevas, distintas a las del continente, e incluso, en muchos casos, diferentes también a las de las islas vecinas. En el conjunto del archipiélago se han identificado más de 2300 especies de plantas, de las cuales, 583 son endémicas canarias. Esto implica una endemicidad de más del 25  %, un valor inalcanzable en la península ibérica.

Tajinaste rojo en la Caldera de las Cañadas (Tenerife) — (CC) H. Zel / Wikimedia

Destacan especies como la retama del Teide (Spartocytisus supranubius), única del Parque Nacional homónimo, la cresta de gallo de Moya (Isoplexis chalcantha), propia de la laurisilva de Gran Canaria, o el llamativo tajinaste rojo (Echium wildpretii), nativo de La Palma y Tenerife, e introducida como planta ornamental en El Hierro y Gran Canaria.

Sin embargo, La mayor endemicidad en Canarias se produce en la fauna. De las casi 6600 especies de insectos presentes se listan 2582 endemismos, casi el 40  %; y hasta el 82  % de los moluscos son, también, únicos de las islas.

Entre los vertebrados destacan los reptiles. De las 23 especies que hay en las islas, 15 son endémicas. Entre ellos sobresalen las lisas, un grupo de lagartos eslizones del género Chalcides, del que hay cuatro especies y varias subespecies, todas endémicas en Canarias; o las siete especies de lagarto gigante, el género Gallotia, algunas exclusivas de una sola isla —G. bravoana, exclusiva de La Gomera, G. simonyi, propia de Tenerife, o el lagarto más grande de España, G. stehlini, nativo de Gran Canaria—.

Referencias:

  • Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias. s. f. Biota. Gobierno de Canarias.
  • Consejería de Transición Ecológica y Energía. s. f. Biodiversidad. Gobierno de Canarias.
  • Conservación. s. f. Parque Nacional Picos de Europa.
  • Gómez, J. E. et al. s. f. Sierra Nevada. Waste.
  • Molina, F. et al. s. f. Los componentes alfa, beta y gamma de la biodiversidad. Aplicación al estudio de comunidades vegetales. Universidad Politécnica de Valencia.
  • Sánchez, B. et al. 2004. Tras un siglo de ausencia, el quebrantahuesos se recupera en los Picos de Europa.
  • Sierra Nevada : Diversidad biológica. s. f. Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

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