Fachada de la Universidad de Darmouth, en el estado de New Hampshire en el que se ambienta la novela de Makkai. /
David Chang/unsplash
Las plataformas de streaming primero, y los
podcast después, han tenido una influencia inigualable en nuestro tiempo de ocio, pero también son fundamentales a la hora de saciar la curiosidad humana por el crimen. Porque resulta imposible preguntarse qué sería de nosotros si los
true crime no hubiesen llegado a nuestras vidas. Una obsesión a la que cada vez es más difícil resistirse y para la que hemos encontrado la novela ideal:
Tengo algunas preguntas para usted.
Publicada en España por Sexto Piso, la nueva novela de Rebecca Makkai, autora de Los optimistas, acaba de llegar a las librerías para narrarnos una historia ambientada en el pasado y el presente, en un campus, con sus tejemanejes propios de la edad. Pero también es una interesante reflexión sobre el Me Too, la
violencia contra las mujeres, el poder destructor de las redes sociales y la obsesión por los
crímenes reales y el género creativo en el que se han convertido.
Narrada en primera persona, Tengo algunas preguntas para usted es una
adictiva novela en la que un asesinato cometido hace más de dos décadas se convierte en la preocupación principal de su protagonista. Una mujer que trabaja en la industria de los podcast y que, durante algunos cursos, compartió habitación con la víctima. Esto es lo que nos cuenta este nuevo libro que seguro que, nada más leerlo, querrás comentar con tus amigas.
Crimen en el campus
La protagonista de Tengo algunas preguntas para usted es Bodie Kane, autora de un podcast de éxito que es invitada a regresar al internado de élite en el que se graduó en 1995, Granby School. Allí impartirá dos talleres, uno dedicado a la historia del cine y otro a los
podcast, y en este último los alumnos deberán proponerle un tema para llevar a cabo su propio proyecto. Una de ellas, Britt, optó por el género estrella del formato sin salir del campus: el asesinato de Thalía Keith.
A pesar de que han pasado casi treinta años de aquella época, y poco queda de la joven temerosa que llegó a una institución en la que no encajaba, Bodie vuelve a
Granby con una maleta escasa en ropa de abrigo y repleta de temores. Porque hay lugares que el tiempo no ha borrado de su memoria, y momentos que, vistos con la perspectiva que dan los años y los cambios que ha experimentado la sociedad, le llevan a plantearse algunas de las situaciones que vivió.
Eso y que Thalía fue su compañera de cuarto durante algunos cursos y su muerte se quedó grabada en su memoria por varias razones. Unas semanas después del asesinato el entrenador de atletismo,
Omar Evans, fue detenido, y posteriormente condenado, por el crimen. Sin embargo, en aquella época Bodie ya se mostró escéptica sobre el desenlace del caso, y su regreso a Granby le devuelve recuerdos y dudas que creía enterrados.
El proyecto de su alumna solo incrementará su deseo por llegar a la verdad. Aunque eso le suponga granjearse nuevos
enemigos en la comunidad educativa de la que va a formar parte durante algunas semanas.
True crime, el género de la tragedia
El asesinato de Thalía, una
joven guapa y popular que llevaba una perfecta vida imperfecta, le sirve a Makkai para adentrarse en temas de plena actualidad que trata de forma personal, de la mano de su protagonista, o universal, dedicando varias páginas a lo largo de la novela a mencionar diversos crímenes que se han cometido en los últimos años contra todo tipo de mujeres, y cómo se han resuelto.
En las primeras páginas de la novela la protagonista reflexiona: «tengo mi opinión sobre sus muertes, que me reservo. Al mismo tiempo, me inquieta la forma en la que se han convertido en
propiedad pública, sujetas a la imaginación colectiva.» Esa propiedad pública y esa imaginación colectiva se han servido de podcast como los que ella ayuda a elaborar, y de series de televisión que han llevado el género a estar entre los más vistos cada fin de semana.
Y leyendo las reflexiones de Makkai, de la mano de Bodie, no resulta difícil preguntarse por los escrúpulos de quienes se alimentan de sucesos tan traumáticos, por la línea que separa el interés «general» de una plataforma del drama personal de las familias, por la necesidad de
hacer una tragedia todo un género. Pero también podemos felicitarnos por haber avanzado algo en materia de derechos y de reconocimiento de lo que es violencia contra la mujer.
Desde un espacio tan jugoso como un internado de élite, con algo tan manido como el asesinato de una adolescente a la que todo el mundo adora, Makkai construye un
relato interesante y lleno de misterio, tan actual que parece sacado de las noticias, tan adictivo como el género que critica. Y por eso tienes que leer Tengo algunas preguntas para usted, antes de que Netflix lo convierta en una serie.