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jueves, octubre 3, 2024

De dónde vienen los celos: esto es lo que dicen los psicólogos de pareja

Los celos se ven afectados por varios factores. /Foto: pexels/ daria kaats

Los celos se ven afectados por varios factores. /
Foto: pexels/ daria kaats

Los celos son una emoción muy
compleja que surge cuando el miedo a perder a la otra persona se vuelve insostenible. Exiten varios factores que pueden influir en su origen e intensidad y conocerlos puede ayudarte a gestionar esos
celos de forma saludable y constructiva sin que ello afecte a la estabilidad de la relación de pareja.

Los celos pueden sentirse con diferenes grados de intensidad, pero si se convierte en una obsesión, puede acarrear problemas en el desarrollo de tu vida. Según el
DSM-5, el ‘Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales’ de la Asociación Americana de Psyquiatría,
la celotipia es un trastorno multifactorial que nos hace sospechar de una infidelidad, y provoca síntomas como miedo excesivo a perder la pareja, imaginar constantemente que la pareja te engaña o sentir mucha
desconfianza hacia esa persona.

Lo cierto es que ninguno de nosotros estamos exentos de sentir
celos en algún momento de nuestra vida, pero de cómo gestionemos esta emoción primaria dependerá el estado de nuestra relación. Y es que unos celos excesivos y
mal gestionados pueden generar problemas de comunicación, de confianza, de respeto, de intimidad y de satisfacción, haciendo que esa relacion se vuelva
tóxica.

De dónde vienen los celos

Los celos pueden tener múltiples
orígenes y factores que los influyen, pero se basan principalmente en el miedo a perder a una persona. Bien es cierto que solemos aplicarlos a la
relación de pareja, pero puede darse en todo tipo de relaciones, familiares o de
amistad. Echemos un vistazo a los cinco factores que suelen originarlos:

1. Tu tipo de apego

Según
la psicóloga Beatriz Galván, «
el apego es el vínculo que se establece entre los cuidadores principales y el niño, a través de la interacción. Dependiendo de la atención y cuidados con nuestros cuidadores a lo largo de la infancia, se generará un tipo de apego, y un modo de vernos a nosotros mismos y de
interactuar con nuestro entorno en la edad adulta«.

Existen diferentes tipos de apego que se han identificado en la teoría del apego, propuesta por el psicólogo
John Bowlby y ampliada por
Mary Ainsworth. Estos son los principales tipos: apego seguro, apego ansioso-preocupado, apego evitativo-distante y apego desorganizado.

Sentir celos es normal, el problema está en no saber gestionarlos.

Sentir celos es normal, el problema está en no saber gestionarlos. /

Foto de cottonbro studio en Pexels.

Las personas con un
apego seguro serán capaces de tener relaciones estables, confiadas y satisfactorias, mientras que las personas con un
apego inseguro (ansioso, evitativo o desorganizado) suelen tener relaciones inestables, desconfiadas e insatisfactorias.

Las personas con un
apego ansioso son las más propensas a sentir celos, ya que sienten un miedo atroz a perder a su pareja y dudan constantemente del amor de su pareja. Además, necesitan una constante
validación y cercanía emocional para sentirse seguros en la relación.

Las personas con un
apego evitativo suelen evitar la intimidad emocional y la dependencia de los demás, y las personas con un
apego desorganizado pueden sentir celos por motivos irracionales, generando relaciones caóticas y, en ocasiones, tóxicas.

2. Falta de autoestima

Las personas con una
baja autoestima suelen sentirse inferiores, por lo que tienen miedo de que su pareja les abandone por alguien mejor. Además, pueden
compararse constantemente con los demás y se sienten amenazados por cualquiera a la que consideren mejor que ellos en cualquier faceta.

3. Inestabilidad emocional

Algunos rasgos de la personalidad pueden hacer que sientas más celos como el
perfeccionismo, el
narcisismo, la
posesividad o la
dependencia. Esto puede hacer que te sientas amenazado más fácilmente o que seas demasiado exigente y desconfiado con tu pareja.

4. Malas experiencias previas

Si has sufrido previamente
una infidelidad o un abandono, puedes desarrollar unos celos excesivos como una forma de protegerte para no volver a sufrir. Y es que las experiencias previas pueden influir en nuestra forma de comportarnos y en cómo sintamos
los celos, al igual que cualquier otra emoción.

5. Nuestra situación emocional

El cómo nos sintamos también puede hacer que sientas los celos de una forma excesiva. El
estrés, la
ansiedad, los
cambios vitales, la
rutina, la
falta de comunicación… todo ello puede afectar de forma significativa a cómo te relaciones con los demás en general y con tu pareja en particular.

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