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viernes, julio 5, 2024

Lo que no se vio de Letizia en la misa por Constantino de Grecia: la polémica ausencia de Guillermo (y la incómoda tensión con Juan Carlos)

A la salida de la misa en memoria de Constantino de Grecia en Windsor, la reina Letizia se separó del rey Felipe para acompañar a la reina emérita Sofía. Prefirió no coincidir con Juan Carlos I. /GETTY IMAGES

A la salida de la misa en memoria de Constantino de Grecia en Windsor, la reina Letizia se separó del rey Felipe para acompañar a la reina emérita Sofía. Prefirió no coincidir con Juan Carlos I. /
GETTY IMAGES

La llegada de la familia real británica al castillo de Windsor ofreció una perspectiva del estado real del equilibrio de poder sorprendente. La comitiva, integrada por una nada despreciable cantidad de royals (12), se abría con la pareja formada por
el príncipe Andrés y Sarah Ferguson. Quién podía esperar que esta pareja, juzgada y condenada por la opinión pública sobradamente, podía volver de esta manera a la primera línea. Aún no había comenzado la
misa en memoria del rey Constantino de Grecia y el escándalo, con sordina pero escándalo al fin y al cabo, estaba servido.

Qué estarían comentando el rey Felipe y
la reina Letizia, justo por detrás de esta primera comitiva de familiares Windsor. No es que la familia real española escasee de royals incómodos para la Corona, aunque por el momento se las ha arreglado mejor para hacerles militar en la discreción. De hecho, el protocolo volvió a sentar a la monarca entre su esposo y al padre de este, un rey Juan Carlos que no se pierde una ocasión de recordar que,
aunque abdicado, sigue siendo rey. Además, era amigo entrañable de Constantino. Parece que Andrés fue invitado específicamente por la familia real griega.

La incomodidad de la reina Letizia y el rey Juan Carlos ha pasado de palpable a rutinaria, pues la una se ha acostumbrado a no dirigir la mirada hacia su izquierda y el emérito procura, igualmente,
no cruzarse con su nuera. Evidentemente, el orden protocolario supone una metáfora perfecta del estado de la cuestión en nuestra familia real, un clan que va normalizando sus relaciones. A la salida, el rey Felipe acompañó a su padre hasta la puerta, mientras Letizia salía por la otra
junto a la reina emérita Sofía e Irene de Grecia.

No se vio a Letizia y Juan Carlos I cruzar palabra

No podemos saber
qué roce podrían tener Letizia y Juan Carlos I en el almuerzo posterior a la misa que se celebró en el Grand Hall del castillo de Windsor. Si nos atenemos a lo que sucedió en la coronación de Carlos III, poca complicidad puede darse
mientras la reina esté presente en la reunión. Aunque el emérito pudo contar con el apoyo moral de sus hijas, las infantas Elena y Cristina, y de Juan Urdangarin, que vive en Londres. Probablemente no de la atención de la reina Sofía, quien acudió a Windsor acompañada de su hermana, Irene de Grecia.

La salida de la capilla de San Jorge del castillo de Windsor de los reyes españoles, con Juan Carlos I al frente.

La salida de la capilla de San Jorge del castillo de Windsor de los reyes españoles, con Juan Carlos I al frente. /

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En realidad, las dos protagonistas del servicio religioso que se celebró en la capilla de San Jorge de Windsor fueron la reina Camilla, quien presidió el acto
en ausencia del Carlos III, y Ana María de Grecia, viuda del rey Constantino. Formaron un trío formidable y bien avenido junto a la princesa Ana, muy atenta también a la conversación de la matriarca griego-danesa. A la salida de la misa, tratando de asimilarse al trío de muy poderosas, se vio a
unos muy encantados Pablo de Grecia y Marie-Chantal Miller, en una de las últimas oportunidades que tendrán de codearse con lo más granado de la realeza europea.

Ni siquiera la boda de Aquileas, heredero sin trono y debido a la muy antigua ley sálica que penaliza a la influencer Olympia, podrá
concitar tanta sangre azul. A la misa en memoria de Constantino acudieron, en representación de Reino Unido, la princesa Ana, los duques de Gloucester, los príncipes de Kent y la condesa de Mountbatten. De España, los reyes Felipe y Letizia, los eméritos Juan Carlos y Sofía y las infantas Elena y Cristina. De Dinamarca, la princesa Benedicta. De Países Bajos, el príncipe Constantino. De Bulgaria, Kyril, príncipe de Preslav. De Serbia, Alexander y Katherina. De Jordania, la reina Noor de Jordania, el príncipe Hassan Bin Talal y la princesa Sarvath El Hassan.

La
convocatoria de la reina Camilla para reunirse en memoria del rey Constantino de Grecia quedó suficientemente contestada, aunque se visibilizó claramente que el evento tenía un carácter familiar que no iba a ser subrayado por la presencia de los dos miembros más importantes de la Corona británica. Ni el rey Carlos III, al que hemos visto paseando recientemente, ni el príncipe de Gales, Guillermo, acudieron a la misa que
trata de compensar a la familia real griega la poca atención prestada al funeral del último rey de los griegos, hace algo más de un año. En este sentido, vemos cómo de nuevo es una reina, Camilla, la que pone paños calientes para enderezar diplomáticamente lo que el titular tuerce.

La ausencia del príncipe Guillermo no se justificó

La
ausencia del príncipe de Gales, un Guillermo muy atribulado por la enfermedad de su esposa Kate, fue de lo más comentado antes, durante y después de la misa en memoria de Constantino de Grecia. De hecho, se esperaba que realizara una lectura en memoria de
su padrino de bautizo durante el servicio religioso. Kensington
justificó el plantón aduciendo «razones personales», cosa que disparó los rumores al respecto de la gravedad del estado de Kate Middleton y provocó un segundo comunicado explicando que «se encuentra bien». Recordemos que la pareja vive en el mismo complejo de Windsor, a pocos minutos de la capilla de San Jorge.

Las infantas Elena y Cristina, junto a Juan Valentín Urdangarin, a su llegada a la capilla de San Jorge, donde se celebró la misa en memoria de Constantino de Grecia.

Las infantas Elena y Cristina, junto a Juan Valentín Urdangarin, a su llegada a la capilla de San Jorge, donde se celebró la misa en memoria de Constantino de Grecia. /

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Una razón poderosa para justificar su no comparecencia, anunciada hasta unas pocas horas antes del servicio, podría ser
la presencia más que incómoda del príncipe Andrés. Los príncipes de Gales no han querido relacionarse de ninguna manera con su tío desde que fue relacionado con la
trama de abusos sexuales y trata de menores de Jeffrey Epstein. Quizá su sobresaliente presencia en este acto familiar, pero de cara al público, disuadió a Guillermo.

En una mirada más larga, lo que vemos desde que se anunciara la enfermedad del rey Carlos III y la operación y larga convalecencia de Kate Middleton es
una desaparición de la figura del príncipe de Gales de las proximidades de su padre. Aunque Guillermo ha de estar, sin duda, pendiente de su esposa e hijos, las últimas semanas le han servicio para
marcar una distancia considerable con su padre, con declaraciones sobre la guerra en Gaza o el lanzamiento de un programa para construir casa para homeless en tierras de su propiedad. Todo parece apuntar a que ha iniciado por su cuenta y riesgo la carrera de popularidad que ha de reforzar su llegada al trono.

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