Nicolás Copérnico representa un baluarte del pensamiento científico contemporáneo. El famoso astrónomo es célebre por formular la teoría heliocéntrica, que ya fue ideada anteriormente por Aristarco de Samos. Se puede decir, sin temor a equivocarnos, que fue autor de una de las demostraciones más importantes de la historia de la humanidad. Copérnico demostró que un científico nunca debe abandonar la búsqueda de la verdad.
Nació en la ciudad polaca de Frombork el 19 de febrero de 1473. Una terrible plaga asoló la ciudad cuando era niño, y le dejó huérfano. Por ello, fue criado por su tío, el obispo Lucas Watzenrode. Gracias a él, pudo recibir una exquisita educación.
Estudió en Kracovia y luego marchó a Italia, donde terminó sus estudios de Derecho Canónico. Pero esta materia no le interesaba. En cambio, destacaba en todo tipo de artes y ciencias. Con el objetivo de seguir instruyéndose en diversas disciplinas, retrasó lo más posible su vuelta a casa, y pasó en Italia 10 años viajando por distintas ciudades. Incluso se interesó por la medicina. Pero fue Domenico Maria Novara da Ferrara, astrónomo de la Universidad de Bolonia, quien le acercaría al mundo de la astronomía. Quedó tan fascinando por los cuerpos celestes que, a partir de entonces, dedicaría toda su vida a estudiarlos.
En 1503 regresó a Polonia, y se instaló en el pueblo pesquero de Frauenburg, donde fue nombrado canónigo de la catedral. Allí, pidió permiso para vivir en una de las torres para poder observar el cielo. Vivió en ella durante 30 años.
Copérnico no aspiraba a descubrir nuevos planetas o estrellas, sino solo refutar a Ptolomeo, que creía que la Tierra era el centro del universo y eran el Sol y el resto de planetas los que giraban en torno a ella. Cabe destacar que su polémica línea de pensamiento tambaleaba fuertemente las creencias cristianas.
Para demostrar su teoría heliocéntrica, la de que el Sol es el que se encuentra en el centro de nuestro sistema solar (el único universo comprendido por entonces), Copérnico dedicó años de investigación y cálculos matemáticos. En 1516 plasmó sus conclusiones en un manuscrito titulado Pequeño comentario.
Ese mismo año, fue nombrado gobernador del distrito de Allenstein. Tuvo que enfrentarse a la guerra, y demostró ser un estratega brillante defendiendo el castillo ante el conflicto entre prusianos y polacos, y organizó la defensa de la ciudad.
En 1533, dio una serie de conferencias en Roma explicando las bases de su teoría. En ese momento, Sobre el movimiento d los cuerpos celestes ya estaba escrita, obra que no fue publicada hasta 10 años después, el 21 de mayo de 1543, precisamente 3 días antes de su fallecimiento.
En vida, Copérnico nunca fue amenazado. La Inquisición tardaría 80 años en prohibir su obra.
1743: nace el compositor Luigi Boccherini
El 19 de febrero de 1743 nació Luigi Boccherini, un destacado compositor y violonchelista italiano que desarrolló su carrera en España. La familia Boccherini, instalada en la región de la Toscana de Lucca, vivía dedicada a la música. Luigi era el tercer hijo de Leopoldo Boccherini, violonchelista y bajista, y hermano de Giovanni Gastone Boccherini, poeta y bailarín que escribió libretos para Antonio Salieri y Joseph Haydn.
El pequeño Luigi aprendió lenguaje musical a la edad de cinco años. Fue su padre quien le enseñó violonchelo; más tarde, continuó sus estudios con el célebre director de la cátedra de San Martin, Abbé Vanucci. A la edad de 13 años Luigi Boccherini marchó a Roma a recibir las enseñanzas de Giovanni Battista Costanzi.
El éxito sobrevino en 1757, cuando Luigi Boccherini y su padre viajaron a Viena donde la corte los empleó como músicos en el Burgtheater. Un empleo que duraría hasta 1761, cuando Boccherini hijo se marchó a Madrid, a las órdenes del infante Luis Antonio de España, hermano menor del monarca Carlos III.
Pero Luigi mostró desavenencias constantes con el infante, quien le obligaba a reescribir pasajes, y Boccherini no toleraba tales intrusiones en su arte. Por ello, se fue como acompañante de Don Luis el infante a Arenas de San Pedro, un pequeño pueblo de la Sierra de Ávila. Allí, Boccherini escribió algunas de sus obras más famosas. Más tarde, trabajaría para célebres patronos, como Lucien Bonaparte o el rey Friedrich Wilhelm II de Prusia.
Luigi Boccherini tuvo que afrontar la muerte de sus cuatro hijas y de sus dos esposas. Finalmente, falleció en Madrid en el año 1805. Fue enterrado en la Basílica Pontificia de San Miguel en Madrid hasta 1927, año en que Mussolini hizo repatriar sus restos y hacerlos enterrar en la Iglesia de San Fracesco en la Lucca natal del compositor.