La reina Letizia durante un desfile militar en Cartagena. /
limited pictures
Son las «joyas de pasar» las que, habitualmente, llaman más la atención en el
joyero de la reina Letizia. Por su importancia y por las ocasiones señaladas en las que las luce. Pero, a lo largo de estos años, la reina ha ido conformando
un «trousseau» propio con algunas piezas espectaculares, que revelan su gusto original.
Algunas de ellas están guardadas desde hace tiempo, otras la acompañan con asiduidad. La
última recepción al Cuerpo Diplomático ha dirigido la curiosidad hacia este joyero personal, porque doña Letizia rescató un
aderezo de gargantilla y pendientes, que no ha lucido demasiado, y que fue un regalo con motivo de
su boda con Felipe VI. Repasamos estas piezas y otras, propiedad personal de la Reina.
El aderezo de brillantes y zafiros
Fue uno de los
regalos de boda a doña Letizia: una joya familiar compuesta por una gargantilla de platino, diamantes y seis zafiros talla marquesa con una perla perilla junto con un par de pendientes a juego. El aderezo había
pertenecido a la Condesa de Barcelona,
madre del rey emérito.
Era una joya sencilla, y no está claro si fue
un obsequio del rey Felipe o de sus padres.
Doña Letizia lo lució durante la cena de gala previa a su boda, el 22 de mayo de 2004, junto con un diseño en gris perla de
Lorenzo Caprile. En los años siguientes no ha lucido el collar, tan solo los pendientes en algunas ocasiones, como la
Pascua Militar de 2020.
Letizia, con vestio plateado y el aderezo de brillantes y zafiros. /
gtres
Por eso en la recepción al Cuerpo Diplomático celebrada hace unos días, las joyas de la Reina llamaron tanto la atención: se trataba del aderezo completo «de la pedida». ¿Esconden un mensaje secreto? Puede ser, dado que este año se cumplen veinte años de su boda con Felipe VI.
Los pendientes nupciales
No se han vuelto a ver desde hace muchos años. Este sí fue
un regalo nupcial de los reyes eméritos a su nuera y los lució el día de su boda. Se trata de un juego de pendientes, formados cada uno por cinco brillantes tallados en pera de más de un quilate y montados en platino.
LA reina, eldía de su boda, con los pendientes nupciales. /
gtres
Una de ellas es de cuatro quilates y medio.
Doña Letizia los llevó mucho, durante varios años, especialmente en las grandes ocasiones, como cenas de Estado. Pero hace tiempo que no se los vemos.
La diadema Princesa
Es un diseño de la
joyería Ansorena de Madrid, que tiene una antigua y fructífera relación con la Casa Real española. Es la única tiara propiedad personal de la Reina, pero solo se la ha puesto una vez, en 2015, en la celebración del 75º cumpleaños de
la reina Margarita de Dinamarca.
LEtizia con la diadema princesa. /
gtres
Existe cierta polémica sobre el origen de la joya. Algunos aseguran que se trata de un regalo de la firma de joyería, realizado cuando se anunció el compromiso de los reyes. Otras versiones sostienen que fue
un regalo del rey Felipe por su aniversario de boda, en 2009. La parte central de la diadema, en forma de flor de lis, emblema de los Borbones, se desprende y se puede utilizar como broche. Está formada por
450 brillantes y 10 perlas australianas.
Los grandes pendientes de zafiros
Son simplemente espectaculares. La reina los lució, por primera vez, en la visita oficial a Reino Unidos, en 2017. Los llevó con un vestido azul de
Carolina Herrera, en la cena oficial ofrecida por el alcalde de Londres a Felipe VI.
La reina, con lospendeinets de zafiros en tamaño XL. /
gtres
Están formados por
cuatro zafiros ovalados enmarcados por diamantes talla brillante y talla marquesa, sobre oro blanco. Algunas teorías apuntan a que es un regalo de don Felipe, que los adquirió durante un viaje a Abu Dabi (antes de que residiera allí don Juan Carlos, que se instaló en 2020).
Los pendientes en cruz
Se llaman «The polar star» y son un
diseño del príncipe Dimitri de Yugoslavia. Están compuestos por dos grandes perlas cultivadas y 15 diamantes montados en oro blanco de 18 quilates cada uno. Fueron un regalo de Felipe VI a su mujer, adquiridos en 2005, según reveló el propio autor. Doña Letizia los estrenó en abril de 2007 en la celebración del 40º cumpleaños del
rey Guillermo de los Países Bajos y los lució de nuevo en el 70º cumpleaños del rey Juan Carlos, en enero de 2008.
Letizia, con los pendientes de cruz. /
gtres
Las aguamarinas de Bvlgari
Son una de las piezas más originales y queridas (y también más valiosas) de doña Letizia. La versión sobre su origen es que fueron
un regalo de la casa Bulgari tras el nacimiento de la
infanta Sofía, aunque otros aseguran que se trata de un regalo del rey Felipe. Son desmontables, con unas criollas dobles de aguamarina, oro blanco y diamantes.
La princesa Leonor los lució en la entrega de los últimos
Premios Princesa de Asturias, el otoño pasado.
La princesa Leonor con las aguamarinas de Bvlgari. /
gtres
Los diamantes negros
Son de la
prestigiosa firma De Grisogono y una de las piezas más originales del joyero de la reina. Los tiene desde 2007. La joyería está especializada en diamantes negros. Se dice que fueron diseñados especialmente para doña Letizia.
Los pendientes con diamantes negros de Letizia /
gtres
Los ha lucido en la
inauguración de la temporada del Teatro Real en 2019, por ejemplo. Parece que los pendientes tienen un colgante a juego, aunque apenas lo ha lucido.
