Una de las grandes curiosidades de la Copa del Rey es la poca incidencia que tiene el factor cancha a la hora de levantar el trofeo. Y es que solo en dos ocasiones desde que se creó la ACB en 1983 el equipo que actuaba como anfitrión ha sido capaz de llevarse el título. Ni el Real Madrid ni el Barça lo han conseguido cuando jugaban en su ciudad, y eso ya es mucho decir a lo largo de 40 años. El Unicaja, campeón hace un año en Badalona y ahora anfitrión, deberá pelear contra la historia si quiere conservar la corona.
Los únicos que lo lograron fueron el Tau Cerámica de Vitoria en la edición de 2002 y el desaparecido CAI Zaragoza en la edición de 1984. Vamos a repasar aquellos dos torneos en los que el factor pista sí fue decisivo.
1
Vitoria 2002
Elmer Bennett doblega al Barça
Una canasta de Elmer Bennett a 15 segundos del final acabó decidiendo una final competidísima ante el Barça, en la que el Tau Cerámica rompió una sequía de títulos para el anfitrión que duraba 18 años. Tras un encuentro soberbio (28 puntos y 30 de valoración), Sarunas Jasikevicius tuvo la opción de dar la victoria al Barça o forzar la prórroga pero se resbaló y falló un tiro muy forzado, que tampoco aprovecharon sus compañeros tras capturar el rebote. El 85-83 definitivo desató el delirio en el Buesa Arena, que minutos después vio como se le concedía el MVP a Dejan Tomasevic (20 puntos, 8 rebotes y 34 de valoración).
2
Zaragoza 1984
La Copa de Kevin Magee
La primera Copa de la era ACB (de la temporada 1983-84 pero disputada en diciembre de 1983) fue a parar de forma completamente inesperada a las vitrinas del equipo anfitrión gracias, en buena medida, al sensacional torneo de Kevin Magee, tristemente desaparecido años después (2003) en un accidente de tráfico. Medía dos metros justos pero era una máquina reboteadora, muy agresivo y con un buen tiro en suspensión. Su llegada le dio al CAI una nueva dimensión. Sus 19 puntos y 13 rebotes fueron clave en el triunfo en la final contra el Barça (81-78), igual que lo habían sido sus 36 puntos y 12 rebotes en las semifinales contra el Joventut (87-77). Magee había llegado al CAI un mes antes. «El equipo ya tenía una compostura pero sin Magee no hubiéramos ganado la Copa, igual ni nos hubiésemos clasificado. Desde su llegada ganamos todos los partidos», recordaba su compañero Fernando Arcega.
Lee también
